Ni inglés ni chino: aprenda mentalés

Publicado: 24 junio 2011 en Ciencias de la computación, Filosofía de la mente
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Aceptando la controvertida tesis de que nuestro cerebro es un computador y que, como tal, manipula información según una serie determinada de reglas, habríamos de suponer que dichas reglas están «escritas» en un determinado código. Al igual que nuestros programas informáticos están escritos en Java o en C, debería haber un lenguaje en el cual esté programado nuestro cerebro: es lo que Fodor o Pylyshyn llaman mentalés. Es un lenguaje privado, previo a los lenguajes públicos (inglés, castellano…) y, naturalmente, no está escrito en ningún lado, sólo está codificado del mismo modo que, en nuestras computadoras, el lenguaje máquina está codificado magnéticamente en la memoria. Cuando nosotros aprendemos cualquier lengua, sus oraciones son traducidas al mentalés al ser aprendidas (al igual que nuestros compiladores traducen nuestras instrucciones al lenguaje máquina). Curiosamente, Fodor afirma que nuestras representaciones mentales no son más que cadenas de símbolos escritas en mentalés. Para cualquier psicólogo cognitivo de corte mentalista, parecería normal aceptar la existencia de representaciones mentales de naturaleza semántica (con significado). Sin embargo, parece más difícil pensar que estas representaciones tienen sintaxis (tienen partes que pueden combinarse entre sí consiguiendo nuevos significados), es decir, son un lenguaje. Y esa es la controvertida tesis de Fodor.  La representación mental cobra un sentido mecánico al ser causada mediante la combinación estructurada de sus componentes. Y si algo funciona mecánicamente, la ciencia puede estudiarlo con suma facilidad. Ya está, según esta perspectiva tenemos las bases para una auténtica ciencia de la mente. Además, para poner las cosas aún más fáciles, el mentalés sería el propio modelo matemático de la mente… ¡El modelo y el objeto a descubrir son lo mismo! Nuestro instrumento de descubrimiento, la simulación informática mediante programas, y el lenguaje de la mente, un lenguaje informático, coincidirían. ¿Puede haber un programa de investigación que ponga las cosas más a tiro?

El descubrimiento de este lenguaje supondría además el descubrimiento del lenguaje más humano, nuestro lenguaje máquina. En este sentido, a la hora de elegir qué lenguaje quisiéramos que hablaran nuestros hijos, el mentalés sería el lenguaje más natural pues, ¿qué habría más familiar a tu mente que aprender su propio lenguaje más que otros productos artificiales como el inglés o el chino? Sin embargo, quizá pasaría como con los lenguajes de programación de alto y bajo nivel. El mentalés sería de bajo nivel, por lo que seguramente sería complejo, lento, trabajoso, poco práctico, no apto para la comunicación. Quizá el inglés o el chino, al ser de alto nivel, son más simples y manejables. Quizá por eso la selección natural hizo que no habláramos mentalés, sino subproductos evolutivos mucho más útiles.

comentarios
  1. Tay dice:

    Me da la sensación de que el mentalés es una verisón filosófica del mismo «código neuronal» que puedan buscar los neurocientíficos. ¿Me equivoco?

    Cómo pudiéramos hablar un lenguaje basado en las descargas de millones de sinapsis parpadeantes, difícil, antes me apunto a chino.

    Saludos

  2. Hola Tay:

    Sí, el mentales sería, a grosso modo, el lenguaje que se necesita para hacer un modelo informático (matemático) del cerebro. Si la mente se basa en el funcionamiento neuronal, el modelo computacional de las neuronas sería mentalés puro.

    Y sí, el mentalés sería seguramente un lenguaje complicado, lento, poco eficiente, basado en la emisión de millones de cadenas de código en paralelo… sería, con toda seguridad, imposible de manejar en una conversación.

    Un saludo.

  3. Víctor dice:

    A mí, desde las reflexiones (por no decir tonterías) de Fodor sobre la selección natural y la teoría de la evolución, me cuesta mucho tomarle en serio. No digo que su «mentalés» sea erróneo o poco interesante. Simplemente soy más reticente a sus ideas.

    Un saludo

  4. Hola Víctor:

    Sí, en lo que respecta a la selección natural Fodor se va un poco de tiesto. A veces pienso que tesis tan controvertidas sólo buscan algo de notoriedad fruto de la polémica.

    Saludos.

  5. Codearte dice:

    Hola, me parece interesante el tema desde un punto de vista simbólico, pero considero que va a ser bastante difícil (sino imposible) conseguir emular el comportamiento o el pensamiento de una persona de otra forma que no sea emulando la persona misma. Hay millones de factores que influyen en nuestros pensamientos (por ejemplo, si tenemos sueño, si comimos, si extrañamos a nuestro perro, lo que sea), que son corporales o directamente externos al cerebro y a las neuronas.

    Me parece que la única forma real de predecir el pensamiento o el comportamiento de una persona sería emulando la persona misma, átomo por átomo. Las personas son sistemas caóticos. Y, por sobre todas las cosas y siguiendo la teoría de Darwing, no tienen diseño previo. Es decir que nada tiene un propósito en el cuerpo humano, simplemente es la adaptacion que sobrevivió al entorno. ¿Será posible reducir a fórmulas matemáticas algo tan caótico y complejo como el cuerpo humano? No hace falta ver que los reportes meteorológicos se equivocan todo el tiempo para desconfiar de las predicciones de la ciencia en cuanto a sistemas complejos.

  6. Estefanía dice:

    Hola, acabo de llegar a este post casi por casualidad y aunque sé que ha pasado mucho tiempo desde que se escribió, me gustaría aportar algo:
    Según lo que a mi me han enseñado este año, en realidad, el cerebro estaría pre-codificado en mentalés. Luego no habría realmente que aprenderlo puesto que ya nacemos con él incorporado.

    Además, podría más ir más allá: Chomski teorizó el innatismo del lenguaje. Esto es, que la capacidad del lenguaje es innata en nosotros y que nacemos con una «base» que luego desarrollamos según el idioma nativo que aprendamos. El mentalés y el innatismo de Chomski pueden estar relacionadas. Para ello, no hay más que preguntarse: antes de que un niño aprenda a hablar un lenguaje determinado ¿En qué idioma piensa? Ahí es donde entraría el mentalés.

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