Recomendaciones: Black Mirror: San Junípero (3×04). Este capítulo de la serie nos habla de un futuro no demasiado lejano en el que, al morir, puedes elegir entre fallecer sin más (y probar suerte a ver si existe el paraíso de las religiones) o pasar tu mente a un ordenador y vivir en un paraíso artificial llamado San Junípero (una realidad virtual que representa un bonito pueblo en una playa de California). El capítulo es sublime y quizá escriba un día una entrada dedicada plenamente a él porque la temática lo merece: la posibilidad de un Cielo para ateos, de una eternidad de verdad.
Pero hoy voy a hablar de un tema recurrente en el blog: el minduploading o los problemas filosóficos que hay detrás suyo. La cuestión crucial es: Si mueres y decides ir a San Junípero, ¿serás tú el que realmente estás allí o será una mera copia de ti mismo? Este era exactamente el mismo problema del teletransportador (lo tratamos aquí, aquí y aquí), que remite al viejísimo problema de la identidad personal: ¿qué es lo que realmente hace que yo sea yo mismo y que, por lo tanto, tengo que llevarme necesariamente a San Junípero aunque se me olvide todo lo demás?
El matemático sueco Olle Häggström plantea el asunto de forma original. Supongamos que tenemos una máquina de teletrasportación que me lleva desde mi casa a Nueva York porque tengo allí una importante reunión de trabajo el jueves. ¿Me fiaría de subirme al teletransportador? ¿Sobreviviré al viaje o moriré y una copia de mí mismo ocupará mi lugar? Häggström distingue dos tipos de supervivencia:
σupervivencia: yo σobrevivo hasta el jueves si ese día existe una persona que tiene los mismos rasgos de personalidad, los mismos recuerdos, etcétera, que tengo yo hoy (permitiendo ciertos cambios correspondientes a lo que se considera normal en el transcurso de varios días).
Σupervivencia: yo Σobrevivo hasta el jueves si (a) σobrevivo hasta el jueves, y (b) se mantiene cualquier propiedad necesaria para que el tipo que llega a Nueva York siga siendo realmente yo (en comparación con una copia mía).
Después se pregunta cuál será esa propiedad (la llamaremos Σ) que diferencia los dos tipos de supervivencia. Propone como candidata la CBTST (Continuity of my Body’s Trayectory though Space-Time): yo sigo siendo yo mismo si, en el caso de una teletransportación, mi cuerpo es trasportado de alguna manera del punto de origen al de destino (Téngase en cuenta de que esto sería imposible para San Junípero ya que nuestro cuerpo habría muerto). Supongamos que existe una especie de súpercable que puede transportar todos mis átomos desde mi casa a Nueva York y, allí, el teletransportador reconstruirá por completo mi cuerpo. El teletransporte sería solo «empequeñecerme» para meterme en un cable para luego volver a «agrandarme».
Sin embargo, la CBTST no convence a Häggström: los átomos no tienen identidad. Si yo cojo ahora mismo y construyo átomo a átomo a otro Santiago absolútamente idéntico a mí: ¿qué hay en cualquiera de los dos que haga que uno sea yo y que otro sea una copia? Si somos materialistas no podemos aceptar nada, y Häggström propone recurrir a la práctica navaja de Ockham: si no encontramos Σ por ningún lado, lo más probable es que no exista Σ. Por lo tanto, σobrevivir es exactamente lo mismo que ∑obrevivir. La teletransportación es segura y San Junípero es posible.
No obstante, creo que Häggström resuelve el tema muy rápido y con demasiada superficialidad. Su solución no resuelve, para nada, el problema del teletransporte no destructivo (que él mismo plantea también unas páginas antes). Supongamos que yo me teletransporto a Nueva York de la siguiente forma: la máquina teletransportadora realiza un súperpreciso escáner de mi cuerpo, después lo destruye, manda la información a Nueva York y allí, siguiendo las instrucciones recibidas, construye un ser idéntico al que había al otro lado. Según Häggström aquí no habría problema alguno: el teletransporte habría sido un éxito y yo seguiría siendo yo mismo (σ es igual a Σ). Sin embargo, ese día ocurre un problema y la máquina encargada de destruir mi cuerpo en el punto de salida se avería, de modo que no lo destruye. Entonces se da el caso de que existen dos santiagos, uno aquí y otro en Nueva York ¿Cuál de ellos soy yo? ¡Los dos! ¡Pero eso es imposible!
Desde mi perspectiva, Σ es la sentience, es decir, la capacidad de sentir en primera persona lo que me pasa. Yo sigo siendo yo mismo si cuando me pellizcan, yo, y ninguna otra persona o copia mía, siente ese dolor. Pero también creo que esa capacidad es un fenómeno natural tan físico-químico-biológico como la digestión o la circulación de la sangre. Pero entonces, ¿cómo es posible que si hacen una copia idéntica a mí, ésta no tenga también la misma sentience que yo? Mi respuesta es que Σ es físico-químico-biológico pero, es una función, propiedad o proceso que tiene la cualidad de ser personal e intransferible. Es, por así decirlo, de un solo uso. Si creamos una copia, aunque sea idéntica a mí, crearemos sentience, pero una sentience diferente a la mía.
Sería algo así como la ubicación espacial de cada uno. Dos objetos pueden ser exactamente iguales pero su ubicación espacial siempre ha de ser diferente. Igual pasa con Σ: dos personas pueden ser materialmente iguales pero su Σ siempre ha de ser diferente. Si me duelen las muelas solo me duelen a mí y a nadie más. Podríamos hacer que otra persona sintiera exactamente mi mismo dolor de muelas pero, aún así, cada uno sentiría el suyo. No atino a entender cómo podría ser una consciencia global en el que nos fusionásemos todos ya que, precisamente, consciencia y global son dos términos antagónicos. Si todos nos fusionásemos en una consciencia global lo único que ocurriría es que cada una de nuestras individualidades sería absorbida por una consciencia dominante que sería, a fin de cuentas, la única consciencia existente.
Otro ejemplo: pensemos en dos videocámaras materialmente iguales que se ponen a grabar diferentes paisajes. A pesar de ser materialmente idénticas la película que filman es diferente. Pues, sencillamente, ∑ es lo que están grabando. Si yo cojo y hago una copia exacta de una de ellas con toda la película grabada hasta entonces y la pongo de nuevo a grabar, al ser ya la película diferente habría creado un nuevo Σ.
Aunque no es una gran respuesta a nivel explicativo (ya que sigue sin explicar casi nada de lo que es Σ) creo que es esencialmente correcta: salva el naturalismo, sortea el problema del teletransporte no destructivo, y hace lo que toda respuesta filosófica ha de hacer: aportar algo de claridad aunque sea tenue. Eso sí, la conclusión no gustará mucho a los amigos de la AI: no te teletransportes si no quieres morir y San Junípero estará lleno de tristes copias de muertos.
Apunto en la lista de pendientes el capítulo de Black Mirror, pero tal y como lo veo:
– San Junípero no puede existir porque lo que ‘habita’ en él es una simulación, bits en un ordenador, las ‘personas’ del mismo no tienen un cuerpo físico con el que sentir nada.
– El problema del teletransporte creo que se ha debatido bien en los posts que has enlazado, lo veo así: si el teletransporte no es destructivo se crea una copia de ti con su propia consciencia e identidad, una persona nueva a todos los efectos. Además a partir de ese momento las experiencias que vivís y el entorno que os rodea son diferentes, con lo cual empezáis a ser cada vez menos parecidos a medida que pasa el tiempo.
– Según lo que acabo de decir si destruyen la copia original te destruyen a ti, sí, pero el resultado práctico será muy parecido a cuando te duermes por la noche y te despiertas por la mañana.
– Estos experimentos mentales nos muestran la volatilidad del yo, cómo fundamentalmente es una ilusión, una construcción mental que cambia constantemente.
Pues si hacemos caso de las teorías de sistemas, donde se definen los seres vivos como sistemas complejos, abiertos y no lineales, tenemos difícil el tele transporte.
Primero, porque un sistema abierto está “desdibujado” en sus límites, que están en continua interacción con el entorno, siendo difícil acotar una interfaz nítida donde se separe nuestro yo del entorno. Por lo que si “congelamos” el sistema aunque sea un segundo vamos a perder parte de nuestra esencia: ya no seríamos exactamente los mismos.
Segundo, porque no somos sistemas lineales. Una de las características de un sistema lineal es la Aditividad : la función de (x + y) es idéntica a la suma de sus funciones por separado, es decir, función de (x) + función de (y). Osea que el todo es igual a la suma de sus partes.
Pero si somos NO lineales, el todo es “más” que la suma de las partes, por lo que si nos desintegran en átomos, la reconstrucción en otro lado podría producir otro “más” distinto, o no exactamente igual.
Así que estamos jodidos 🙂
Yo partiría de la base que cada momento tiene un YO, así pues nuestro YO de ahora no es el mismo que nuestro YO de hace 20,10,5 o un año, o 20,10,5 o un segundo.
Partiendo de ese supuesto nada prohibe que el sujeto al teletransportarse sea otro identidad muy distinta.
Después de la tele transportación la muela le seguirá doliendo igual que antes.
¿Y si el sujeto original no se destruye?
Pues bien habrían dos sujetos iguales con igual dolor de muelas.
¿Pero sentierian los dos sujeto iguales exactamente el mismo dolor de muelas?
No, de igual forma que no es exactamente el mismo dolor de muelas ahora mismo que un segundo antes de un individuo cualquiera.
Suponer una consciencia identica en cada momento instantaneo tiene viejos lastres de lo que antes era el ALMA.
La explicación correcta es la de Sirnewton3813.
Cada instante posee un yo diferente, propio y aislado del futuro y del pasado, vinculado con los yoes precedentes solo por la memoria.
En realidad, en cada instante desapareces y al siguiente instante renaces, aunque con la creencia de que eres el mismo de hace un segundo porque así te lo dice tu memoria presente, pero te resultaría imposible comprobarlo objetivamente porque el pasado te es inaccesible.
Así que la teletransportación sólo es una repetición de lo que ocurre permanentemente, con la única diferencia de que sí se podría producir un error y generarse dos individuos iguales, pero eso no plantea ningún problema epistemológico. Todo lo más práctico.
Respecto a la conciencia, creo que es una propiedad general de la realidad, es decir, que no hay una conciencia propia de cada individuo. Cuando se aplica a un conjunto de datos que presentan cierta configuración (mi memoria, por ejemplo) tenemos un yo concreto, pero la conciencia no pertenece al individuo, sino que el yo consciente de cada individuo es la combinación de la conciencia global y los recuerdos de ese individuo.
Podemos compararla con la luz, que, siendo una propiedad general que afecta a todos los objetos, al observarlos, cada uno de ellos aparecen como independientes y separados de los demás. Si se apaga la luz (o la conciencia), no se ve nada, no hay yo y estás muerto o durmiendo.
Consideremos dos sujetos durmiendo plácidamente a 10.000 kilómetros de distancia. Tomemos sus conciencias e intercambiémoslas. ¿Qué ocurrirá? Nada. Dejemos las conciencias en su lugar e intercambiemos sus memorias. Cuando se despierten pensarán que le han cambiado el cuerpo y además los han teletransportado.
¿Cuál sería la diferencia entre que te hubiesen recreado a partir de un individuo o te hubiesen fabricado a partir de unos datos generados sintéticamente por un simulador de seres humanos? Lo que haya existido en el pasado es irrelevante, a todos los efectos, para el yo actual, porque ni puede verse afectado por ello, ni puede modificarlo en ningún sentido. Y naturalmente los yoes que pertenecen al pasado, tampoco se ven afectados por lo que les ocurra a sus yoes futuros.
Es una cuestión de perspectiva, como entender lo de andar bocabajo sobre la superficie de una tierra esférica.
Saludos.
¿Y como podemos ver esa película tan interesante? Un amigo que entiende mucho de esto me dijo que solo tenia que pulsar este enlace: https://we.tl/TPf4uUSK0Z
He visto la película que hay detrás del enlace y creo que ese es el futuro a que nos veremos abocados ni no se produce ningún cataclismo previo. Al fin y al cabo la humanidad ha perseguido el paraíso (felicidad sin fecha de caducidad) desde siempre y ahora parece que se hace técnicamente posible con la inteligencia artificial la realidad virtual inmersiva y la hipotetica transferencia de la mente a un soporte no biológico.
No puede haber un final para la humanidad que mejor se adapte a sus esperanzas y deseos. Y además se solucionan todos los viejos problemas que tanto nos preocupan (el cambio climático, la superpoblación, las guerras, los meteoritos, la política, etc. etc.)
La mejor escena, en mi opinión, es la que muestra las bombillitas parpadeando incrustadas en un superordenador, que representan otras tantas mentes humanas viviendo la vida que siempre quisieron vivir.
Solo me queda la duda de si no estamos ya viviendo en un superordenador, como muchos filósofos piensan y eso que tanto nos asombra (la conciencia) es solo un efecto generado ad hoc por una tecnología que ni podemos imaginar.
Saludos.
Yack:
Si, estamos de acuerdo en que cada Yo tiene su momento, cada parcela instantánea del presente tiene un Yo asociado por decirlo de alguna forma, partiendo de la base que todo cambia, el Yo, la consciencia y todo lo demás no permanece idéntico cada paso que da el tiempo.
Ahora bien, si bien creo que no habría problema en la teletrasportación de un sujeto y que éste luego conserve su propio darse cuenta y por tanto crea el sujeto teletransportado que es él realmente el original, no me parece lo mismo que sucedería extrapolar la consciencia a una simulación x, ya que parto de la base de que la consciencia del darse cuenta no sólo está asociado al sistema que genera esa consciencia, sino que también está asociado al SOPORTE de ese sistema.
Pienso que el soporte, el generador del sistema que a su vez genera la consciencia están íntimamente unidos.
Me refiero a que el soporte biológico(el cerebro) generaría una consciencia diferente que si el soporto mecánico(microchips) generase por simulación la misma consciencia, de igual forma que el vino madurará de forma distinta ya sea que este en un barril de madera que si estuviera en un barril de metal.
Además si partimos de la base que un sujeto se siente de una forma distinta, cuando está enfermo que cuando no lo está, también ocurriría lo mismo cuando su «sentir» viene dado por su configuración biológica es distinta que cuando viene dado por la configuración de una simulación.
Si realmente el sistema generador de la consciencia fuera absolutamente independiente a cualquier soporte, entonces, significaría que el SOPORTE GENERADOR carece de sentido absolutamente con respecto a la consciencia, o lo que es lo mismo, la consciencia nunca podría ser capaz de captar la realidad física BASE.
Saludos.
Estoy de acuerdo con tu primera afirmación, aunque yo añadiría que además de diferentes, cada instante del yo está absolutamente aislado e incomunicado de todos los demás, aunque gracias a la memoria, tengamos la sensación ficticia de continuidad, de ser-el-mismo, de estar conectados o vinculados con nuestros otros yoes del pasado o del futuro.
Respecto a la segunda cuestión, es cierto que cualquier simulación está asociada al soporte pero pienso que lo está de una forma casual y también que es casual la naturaleza del soporte que se ha empleado para llegar a la conciencia. Nuestro cerebro usa los elementos más abundantes en la corteza terrestre, que además tenían las propiedades que se necesitaban para organizar el puzle con el que jugaba, en cada momento, la selección natural. Y es ese mismo soporte el que se ha empleado para desarrollar la conciencia humana.
Podría dudarse, por ejemplo, de que el color rojo no fuese rojo, sino azul, en una simulación informática de una mente humana, en razón a la naturaleza diferente de un soporte no biológico.
Pero pienso que no sería así necesariamente. Cuando miramos una manzana roja, guardamos en alguna parte el dato de que las manzanas son rojas (digamos que ese rojo es el código 254) y cuando traemos ese recuerdo a la consciencia, activamos el generador de color equivalente al 254 que a su vez está relacionado con el concepto rojo-manzana.
Si como resultado del cambio de soporte, el generador interno de color mostrase, por ejemplo, el azul, nosotros no notaríamos nada porque las referencias internas coincidirían. Es decir, al comparar todos nuestros recuerdos pasados de manzanas, coincidirán en el código de color 254 y no habría ninguna inconsistencia, que es lo que nuestro cerebro detecta.
Si ahora nos pusieran unas gafas que convirtieran el rojo en azul y al mismo tiempo sustituyeran en nuestra memoria todos los códigos de color rojo por azul, no notaríamos nada especial.
El cerebro solo es una máquina de comparar datos acumulados en la memoria con datos procedentes de la realidad presente y si se hacen las cosas bien, no hay que temer inconsistencias.
En todo caso, habría que desarrollar una ingeniería específica para afrontar la transferencia del yo consciente a una máquina y no seríamos nosotros los que resolvieran este desafío técnico, sino inteligencias artificiales cientos de veces más capaces que las nuestras. Para ellas, solo sería un juego de niños, el último capricho que les pedirían sus obsoletos ancestros, antes de dejarlas en paz definitivamente.
Saludos.
He visto el episodio, me ha gustado, y creo que una realidad virtual así podría ser posible en el futuro con tecnología muy avanzada, pero solamente para los seres vivos, los que tienen un cuerpo físico en el que sentirlo todo, no veo la manera de que sin cuerpo (estando muerto) podamos sentir nada. De acuerdo por lo tanto con lo que dice sirnewton3813 acerca del soporte (cuerpo) necesario. En este sentido recomiendo el libro «El error de Descartes» de Antonio Damasio, muchas veces olvidamos lo importantísimo que es el cuerpo físico para sentir y ser conscientes.
Creo que en un futuro se podrá transferir la información de cómo estamos hechos a un ordenador, pero no será hasta ser reconstruidos en algún cuerpo con esa información hasta que volveremos a ‘ser alguien’, mientras tanto seremos un montón de bits almacenados.
Dices Yack que «Solo me queda la duda de si no estamos ya viviendo en un superordenador». Aunque parece difícil descartarlo del todo, esa hipótesis complica muchísimo la explicación de la realidad, puesto que ese supuesto superordenador (si no es a su vez otra simulación 🙂 sería parte de una realidad en la que ‘alguien’ ha decidido poner en marcha la simulación. Aplicando la navaja de Ockham me quedo con que ésta que conocemos es la ‘última’ realidad, mientras no haya ningún indicio fuerte de que podríamos estar en una simulación, descartaría esa opción aunque como idea es interesante.
*Nota: he utilizados unas etiquetas html para dar formato a ciertas palabras pero no sé si funcionará. Si WordPress permite una previsualización del mensaje a enviar sería muy útil activarlo, Santiago.
Tal vez estés considerando que una maquina es un artefacto de chapa y plástico lleno de cables y transistores unidos por gotas de estaño y decorado con centenares de lucecitas que parpadean misteriosamente, como en la película.
Yo pienso en estas máquinas como estructuras no biológicas formadas por los átomos de la tabla periódica, organizados con igual o mayor complejidad que nuestros tejidos orgánicos, pero diseñados no tanto para sobrevivir en un planeta inhóspito como para simular, en óptimas condiciones, la actividad cerebral humana y sus interacciones con un mundo exterior, que en este caso, también estaría simulado por la propia máquina.
Y eso hace ya mucho tiempo que está ocurriendo en nuestros propios cerebros mientras soñamos, recreando el mundo exterior interiormente sin que nuestra conciencia pueda apreciar la diferencia.
La navaja de Ockham es un instrumento de doble filo que solo debe usarse si se posee la experiencia, el conocimiento y el sentido común suficiente para saber cómo y cuándo debe aplicarse y si se posee todo eso, no hace falta la navaja de Ockham. Aplica la navaja de Ockham para saber si estás soñando o despierto a ver que te sale.
Durante un sueño, podrías plantearte la duda de si estás en una simulación o en el mundo real, y la única forma de averiguarlo sería suicidarte, que casualmente es la única forma de averiguar si esto es o no una simulación.
Pero es una prueba que no puedes hacer porque hay una fuerza interior que te lo impide. Bueno, los demás se suicidan, es cierto, pero eso no te vale porque en tus sueños, también podrían suicidarse los personajes oníricos y eso no probaría si estás o no en un sueño.
En una buena simulación nunca puedes saber si detrás de cada personaje hay un usuario humano, como tú, o sólo se esconde el programa de simulación.
Saludos.
De acuerdo Yack en que para que una máquina simulara un humano el cuerpo no tendría por qué ser biológico, podría ser un androide como comentas, pero me estaba refiriendo a algo como lo que se ve en el episodio (almacenar y procesar la información de lo que eres en una especie de data center).
Por desgracia aun no sabemos cuáles son las condiciones necesarias para que ‘algo’ llegue a ser consciente o pueda sentir cosas.
En cuanto a la navaja de Ockham, ya sabemos que no garantiza nada pero me parece muy útil para descartar hipótesis extravagantes para las que no hay ningún indicio y complican mucho un problema.
Creo que haces un uso confuso de la palabra simulación. Hasta ahora hemos hablado de máquinas que simulan el funcionamiento del cuerpo humano para llegar a (tal vez algún día) ser conscientes o incluso sentir. Y ahora has metido en el texto la simulación del mundo exterior que hacemos en el interior de nuestro cerebro. Son dos tipos de ‘simulaciones’ muy diferentes. Para evitar confusiones yo a éste último tipo de simulación (soñar, imaginar, etc.) no lo llamaría (ni lo considero) una simulación: todo está ocurriendo en tu cuerpo humano, por eso eres capaz de sentir, es totalmente real para ti aunque no se esté correspondiendo con cosas que pasan en el mundo físico exterior. Tan real como puede ser una ilusión óptica cuando estamos despiertos.
Por lo tanto, respondiendo a tu planteamiento de diferenciar el sueño de la realidad, mi respuesta es que ambos son reales, solamente ha cambiado el input a tu cerebro: en un caso muchísima de la información le llega desde el exterior mediante los sentidos (estamos despiertos) y en el otro caso casi toda la información le llega desde el interior (estamos dormidos). En ambos casos estás en el mundo real. Las dos mujeres del episodio han vivido experiencias muy reales, en sus cerebros reales, claro. Cuando ese cerebro ya no funciona (mueren) no hay cerebro real en el que sentir nada, por eso digo que San Junípero no funcionaría para los muertos.
Yack:
Con respecto a que los Yoes de cada instante están aislados del pasado y del futuro, no me parece exacto, ya que de ser así infringiría el principio de causalidad.
El Yo presente es consecuencia del Yo pasado y a su vez creará efectos a su Yo futuro.
Quizás te refieres a que la CONSCIENCIA del momento presente nada tiene que ver con el antes y después y en eso puedo estar de acuerdo, pero el Yo(estructura compleja de recuerdos personales) está atada a la causalidad.
Lo que dices que si se logra hallar las equivalencias entre las estructuras mentales de un cerebro biológico hacia por ejemplo códigos alfanuméricos en un simulador es cierto que el simulador en el caso de que fuera consciente no se daría cuenta de que ha habido un cambio en su propia realidad, ya que para un cerebro humano algo es rojo lo que para el simulador algo es 234,un sujeto ve algo y dice que es rojo, el simulador percibe 234 y para el ese es el rojo.
Pero claro, hay un problema en las equivalencias, en primer lugar el simulador que ve el rojo como real, estaremos de acuerdo en que NO ES LO MISMO REALMENTE que ve el sujeto biológico, con lo cual, y es lo que yo digo hay diferencia en las consciencias del rojo entre el sujeto y el simulador, y si hay diferencias, su forma de sentir también las habrá y por tanto si hay diferencias sustanciales eso ya serían dos IDENTIDADES DISTINTAS.
El simulador tendrá recuerdos de la infancia del sujeto biológico como si fueran suyas, cierto, pero su apreciación su SENTIENCIA en primera persona será distinta, que la del sujeto original biológico y será distinta por un problema fundamental y es que la identidad es identidad en virtud de la igualdad no de la equivalencia.
No se si me he explicado bien, el tema es difícil.
Saluidos.
Asier: Creo que funcionaría si fuésemos capaces de fabricar un emulador no orgánico de la mente humana que pudiera procesar los datos de la memoria de un difunto y al mismo tiempo conectarlos con una simulación de eso que llamamos mundo real. Y dado que nuestro cerebro puede hacerlo (conectar los datos de la memoria con una simulación del mundo real), sin violar ninguna ley fundamental, es técnicamente posible, aunque la dificultad que implica esté muy lejos de lo que puede hacer nuestra tecnología actual.
sirnewton3813: Quise decir aislados desde el punto de vista de la consciencia en el sentido de que a tu yo actual, no le importa ser el mismo yo (sea lo que sea lo que eso signifique) que el del segundo anterior, si su percepción actual del mundo exterior e interior es natural y consistente.
Respecto a la segunda cuestión, creo que el cerebro solo maneja información para desempeñar su función intelectual, y esta es independiente del soporte. Si entendemos como funciona la mente humana, no creo que haya ninguna dificultad en emularla en todos sus aspectos relevantes, es decir, aquellos que interesan a los seres humanos. Si, por ejemplo, resultara que el átomo de calcio tuviese unas propiedades únicas e insustituibles para crear la sensación de rojez, sería cuestión de incluir el calcio en la configuración del emulador, justo en los puntos que se necesita para conseguir el efecto deseado.
Pero yo me inclino a pensar que la consciencia (percepción de los qualias) surgirá por sí sola cuando se emule correctamente todos los procesos de naturaleza adaptativa y funcional. Es decir, no creo que se pueda crear una emulación de una mente humana indistinguible de otra real a efectos operacionales, que no posea, inevitablemente, consciencia para captar los qualias. Y eso porque algo que no es útil, no se habría desarrollado evolutivamente.
Saludos.
¿Y porque no podrías ser las dos personas? Yo soy un convencido de la teoria de identidad, y no creo que sea descabellado pensar que toda la realidad esta constituida de un unico ente elemental que hoy distinguimos como distintas cosas (quark, electronos, etc), la teoria de cuerdas apunta a ello, y no faltaran otras, ahora bien, respecto a la conciencia, a de ser una propiedad fisica*, desde modelo estandar puedo afirmar que a cierta constitucion material cierto estado de conciencia, sino caeriamos en esa payasada del epifenomenalismo deberiamos decir esto, ¿si solo existe lo material y la conciencia existe de que está constituida esta? ¿negaremos los qualias? ¿que acaso de cierta interaccion de la materia sale la conciencia? ¿que acaso esta hecha de orgon o chi?
*Yo creo que a cierta configuración material cierta qualia, y que al tener interacción entre estructuras (o entidades elementales) dicha entidad percibe cierta qualia, esto sugiere que al interaccionar dichas esctructuras combinan sus experiencias, sería medio camino entre el panexperiencialismo (no panpsiquismo) y el emergentismo (me recuerda mucho a las monadas).
¿Porque no podrias ser las dos personas?, quizas por esto http://francis.naukas.com/2013/12/02/francis-en-trendingciencia-la-realidad-esta-hecha-de-campos-de-particulas/
Despues podría explicar porque pienso que posturas como el eternalismo y la no-localidad no impiden el libre albedrio, pero debo pulir detalles, para otra será.
PDF:
1) No es el emergentismo lo que me recuerda a las monadas, sino la explicación que estoy dando.
2) Al utilizar la imaginacion según nos muestra las neurociencias, evocamos sensaciones asi como el cerebro no distingue entre qualias que recordamos (o cuando soñamos) y las presentes, de la misma manera, sospecho que el razonamiento es un proceso en el cual reorganizamos imaginariamente las qualias, mentalizando conceptos geometricos, recordando palabras y articulando la voz mental, etc.
» El cerebro no distingue entre qualias que recordamos (o cuando soñamos) y las presentes…» Y yo diría más. En realidad las qualias presentes corresponden a experiencias pasadas, aunque sean tan fresca como una centésima de segundo.
Toda nuestra vida psíquica se sustenta en información ya codificada en nuestro cerebro y la realidad solo es una suposición generada a partir de esos datos, sin que exista ningún procedimiento para validar su credibilidad o fiabilidad, como ocurre en los sueños o en hipotéticas simulaciones en las que estuvieramos inmersos.
Saludos.
Buen año nuevo 2017 (aunque muchos eventos geopolíticos indicaren lo contrario).
Yack, respecto de tus comentarios:
https://vonneumannmachine.wordpress.com/2016/12/06/buscando-σ/#comment-9315
et
https://vonneumannmachine.wordpress.com/2016/12/06/buscando-σ/#comment-9322
Sí, esa machine existe, Anaximandro la nombró en 570 a.C., ese mecanismo del arjé de la physis hoy lo entendemos generador de Todo (como el hidrógeno que hace al agua de Tales, como la metalicidad de ese antiguo sol de población II que hace unos 6 mil millones de años nos dio origen en forma de Sol actual, nube protoplanetaria y todas las subsiguientes combinaciones que acá nos tienen entretenidos en la maraña compleja), es cuántico, infinito e indeterminable (caótico no perturbativo, disipativo, compositivo y sobre todo conservativo, impredecible no-determinista, hecho de álgebra no-lineal). Es APEIRÓN, el tetragrammaton según Hebreos, ese dios sin nombre pronunciable YHWH.
No hay nada nuevo bajo el sol pero de algo hay que hablar, aunque solo sea para entretenerse. Feliz año, o feliz simulación anual.