Culpo directamente a los medios de dar una cobertura mediática desmedida a personajes que no la merecen. Es el caso de terraplanistas, negacionistas, transhumanistas… y ahora de chavales como Pablo Hasél o Isabel Peralta, jóvenes sin formación ni talento alguno demostrables, que copan minutos y minutos, páginas y páginas del espacio público. No es de extrañar que, al final, los imbéciles tomen el Capitolio y la imagen de nuestra era sea la de Jake Angeli, con su disfraz de piel y cuernos, asaltando el edificio que simboliza la democracia moderna. Y es que si miramos las estadísticas, toda esta gente constituyen una minúscula minoría. Gente que piense que la Tierra es plana o que los judíos son los culpables de los males de nuestro tiempo, tiene que contarse con los dedos de la mano ¿Por qué entonces tanta amplificatio?

Culpo directamente a los partidos políticos de no saber salir de este dilema del prisionero siniestro de la politización y simplificación absoluta de todo. Desde el segundo uno del caso Hasél, nos inundaron los memes que establecían la comparativa con el homenaje a la División Azul, lanzando la torpe pregunta de por qué a uno sí y a otros no ¿De verdad que todo se reduce a esto? ¿De verdad que, sencillamente, vivimos en un Estado Fascista que permite alabanzas a Hitler y castiga canciones de rap? ¿En serio que todo se reduce a esta película de buenos y malos? La reflexión sobre los límites de la libertad de expresión, que debería ser el centro del debate, queda en los márgenes de la arena pública y al final solo tenemos el Sálvame Deluxe de las tertulias televisivas, saturadas de charlatanes serviles a unos intereses bien remunerados. Así que vamos a salirnos de esa tendencia y a hablar del tema de interés: los límites de la libertad de expresión.

¿Es punible de alguna manera lo que ha hecho el señor Hasél? Sí. Creo que es muy importante la distinción entre ideas y personas. En nuestro Estado de Derecho lo más importante a defender son los individuos, las personas, por lo que parece razonable castigar cualquier delito de injurias contra cualquier persona (sea el rey, Pablo Iglesias o Alberto Chicote). Es diferente decir «Me cago en la monarquía» refiriéndome al sistema político en general, que «Me cago en Juan Carlos I de Borbón». La primera frase solo estaría atacando a una abstracción teórica (una idea), mientras que la segunda estaría atacando a una persona. La primera no debería ser punible mientras que la segunda sí.

Otro tema, diferente si bien no menos importante, es si Pablo Hasél debería entrar en la cárcel por lo que ha hecho. Aquí entra en juego el siempre difícil tema de la proporcionalidad de los castigos con respecto a los delitos ¿Las injurias contra la corona y otras instituciones del Estado, así como el enaltecimiento del terrorismo, deberían conllevar penas de prisión? ¿O sólo valdría con una multa u otro tipo de sanciones menores? Desde mi punto de vista, si bien estoy abierto a muchas y razonables objeciones, creo que en el caso Hasél tampoco se ha cometido ningún abuso jurídico, ni las leyes en las que se han basado para su condena parecen desproporcionadas. El delito de enaltecimiento del terrorismo (artículo 578 del Código Penal), por el cual le ha caído la mayor parte de la condena, castiga con de uno a tres años de prisión. No se a usted, querido lector, pero para mí enaltecer el terrorismo es una cosa muy grave que merece bastante escarmiento. Otra cosa, y aquí sí que hay un problema, es que las declaraciones en las que se enaltecía el terrorismo estaban dentro de una canción, lo cual añade un matiz muy diferente: ¿hay injuria si estamos dentro de una obra de arte? ¿No estaríamos limitando el arte si juzgamos la expresión artística? De nuevo creo que no. Habría que analizar caso por caso y seguro que podemos encontrar ejemplos en los que sería difícil decidir, pero en el caso de las canciones de Hasél creo que no hay duda de que en ellas hay un delito claro de odio. Pensemos que si decimos que no, estamos dando patente de corso para que cualquiera que nos quiera insultar y librarse del castigo, lo único que tiene que hacer es darle un barniz artístico a su agravio. Si quisieras llamarme «Hijo de puta» sin castigo alguno, solo tendrías que decírmelo cantando.

También es importante distinguir entre personas e instituciones. Puede parecer razonable que ciertas instituciones de nuestro país merezcan una especial protección debido a lo que representan. En el caso de la policía o la guardia civil es muy obvio. Si pudiésemos estar todo el día pitorreándonos e insultado a cualquier policía que nos encontremos por la calle, difícilmente iba a poder cumplir su, tantas veces desagradable, misión, que no es otra que protegernos (y que en la inmensa mayoría de los casos hacen con justicia y diligencia). Aquí creo que el debate estaría en a qué gremios o instituciones deberíamos también considerar con especial respeto y si habría que establecer una gradación entre ellos: ¿Médicos, profesores, bomberos, funcionarios de la administración…? ¿Y las profesiones liberales? ¿Esas no? ¿Por qué? Y entremos en el caso más peliagudo: ¿Y la corona?

En este caso, si aceptamos que la corona es una institución que merece un especial respeto, podríamos hacer punible también la injuria a los miembros de la Casa Real, tal y como hace nuestra Constitución (artículo 490.3). Esto puede no gustar a los republicanos, para los que, obviamente, la monarquía como institución no merece ningún respeto. Sin embargo, desde mi punto de vista, aquí ha de prevalecer el imperio de la ley. Nos guste o no, nuestro sistema de gobierno es una monarquía parlamentaria y, mientras así sea, hay una ley que protege especialmente esta institución. Por lo tanto, si aceptamos que nuestras leyes son fruto del consenso democrático, hemos de aceptarlas aunque no nos gusten. Esto es así porque si permitimos que no se cumpla una ley vigente estamos abriendo la caja de Pandora para que no se cumplan muchas más. Yo podría pensar que es injusto no poder superar los 120 Km/h de velocidad en las autovías debido a que Alemania no tiene límite de velocidad en las suyas, y no parece que les vaya mucho peor que a nosotros en cuanto a número de accidentes y, en consecuencia, rebelarme contra la ley e incumplirla ¿Sería razonable vivir en un mundo en el que cada cual se salta continuamente las leyes en función de sus creencias?

Si queremos que España llegue a ser una república, lo que hay que hacer es intentar conseguirlo mediante las vías legales y democráticas vigentes. Lo que hay que hacer es convencer al amplio sector de la población que todavía cree en la monarquía, que una república sería un mejor sistema. Ese es el único camino. Punto.

Y otra distinción a tener muy en cuenta está entre el vulgar insulto y la crítica racional. Yo, la verdad, no entiendo qué se aporta al mundo insultando a quien sea, sea el rey o sea Perico el de los palotes. Y en eso creo que la democracia española lo tiene claro. No he visto a ningún autor detenido ni censurado por hacer críticas argumentadas contra el sistema monárquico ni contra la institución. Yo mismo soy abiertamente republicano y nunca me he visto censurado ni amenazado por la policía por serlo. En este sentido, afirmar que España es un país donde no se respeta la libertad de expresión es una gran mentira (Eso sí, Facebook tiene vetado mi blog, pero eso creo que se debe más a la imbecilidad algorítmica y/o ingenieril de los de Facebook, que a ninguna censura oculta).

La libertad de expresión es un bien tan sagrado, que deberíamos pensarnos muchísimo cuándo y cómo lo limitamos. Por eso creo que, en cualquier caso, hay que intentar que los excesos sean castigados en las menos ocasiones posibles. Es decir, es mucho mejor tolerar que se pase de la raya, que pasarnos de estrictos en la legislación y su cumplimiento.

Recuerdo hace ya más de diez años el famoso caso de la campaña de Dawkins con sus autobuses ateos. Las asociaciones religiosas contraatacaron con otra cuyo lema era «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo». Esto causó un gran revuelo entre todas las asociaciones LGTBI, sindicatos, partidos de izquierda, etc. muchos de los cuales intentaron por todos los medios que se prohibiera la circulación del autobús. A pesar de lo lamentable que pueda parecernos un mensaje así, la libertad de expresión consiste en tolerar lo que nos disgusta. Así, en ese momento, yo defendí que el autobús transfóbico debía de seguir transitando porque esto debería ser una oportunidad para la reflexión, más que para la prohibición.

Y es que creo que las políticas de la prohibición, que ahora se llama eufemísticamente de la cancelación, no son un buen camino. Yo no quiero que mis hijos desconozcan lo que yo considero que es malo, sino que lo conozcan y que tengan herramientas racionales para aceptarlo o rechazarlo. A mí lo que me gustaría es que nos topáramos con el autobús y mis hijos me preguntaran qué significa y entonces yo les explicaría, y debatiríamos y reflexionaríamos sobre su mensaje. Hace unos días tuve noticias del historiador de Princeton, Dan-el Padilla, abogando por una cancelación de los clásicos greco-latinos debido a que en ellos puede verse racismo, machismo, justificación de la esclavitud, etc… O sea que como Aristóteles era machista y xenófobo, ya no hay que estudiarlo… Tales disparates son fruto de una mirada única tan miope como peligrosa. Hace poco también me llegó la noticia de la eliminación del nombre David Hume con el que se denominaba a una torre de la Universidad de Edimburgo, a causa de las relaciones que tuvo este filósofo con la esclavitud ¿En serio? ¿No estamos ante una broma?

Por eso la idea de pin parental con la que Vox ha roto su apoyo al PP en Andalucía es pasmosamente mala. No podemos entender que proteger a nuestros hijos sea librarlos de escuchar a cualquier persona que les diga algo contrario a nuestras ideas. Estaremos educando a niños dentro de burbujas de pensamiento único que, a la postre, serán terriblemente intransigentes con una diferencia a la que no estarán acostumbrados. No, hay que educar a nuestros hijos en el contraste, en la diversidad. Tienen que aprender a enfrentarse y a convivir con lo radicalmente otro, y eso, desde luego, no se hace poniendo vendas en los ojos.

Recomendación final: hay que leer Sobre la libertad de John Stuart Mill.

Collages de Deborah Stevenson.

comentarios
  1. pharmakoi dice:

    O sea que a Hasél (le deberían meter a la cárcel por tener un apellido agudo acabado en l con tilde en la última sílaba) que le metan a la cárcel por criticar a Don Juan Carlos y a los del autobús transfóbico si eso que les den un premio por su defensa de la libertad de expresión. Por el monte las sardinas tralará (y no me cae bien Hasel pero vamos que tú con tal de no criticar al poder haces contorsiones…)

  2. pharmakoi dice:

    Por cierto sabías que las personas trans tienen una tasa de suicidio de en torno a un 20%? no creo que Don Juan Carlos se suicide porque le insulte Hasél en sus canciones…

  3. Pharmakoi:

    ¿Contorsiones con tal de no criticar al poder? A Hasél lo van a meter en la cárcel por enaltecimiento del terrorismo, no especialmente por meterse con el rey. Si has leído sus brillantes tweets, dice cosas como que a Patxi López hay que ponerle una bomba. El autobús transfóbico debía circular porque la solución a la alta tasa de suicidio de los transexuales no está, como creía haber dejado bien claro en el artículo, en meterlos en una burbuja de cristal, en el happy world de los ofendiditos, sino en enseñarles a defenderse, en explicarles y dejarles muy claro que hay gente que va contra ellos y que sepan muy bien quienes son.

  4. pharmakoi dice:

    Pues hagamos lo mismo con Patxi López no? enseñémosle a defenderse. Eta hace años que se disolvió y el enaltecimiento del terrorismo solo tenía sentido por esa peculiaridad de nuestro sistema social, pero claro te parece mal que se compare esto con los homenajes a la división azul o con difundir mentiras que hacen mucho daño a cierta gente, por mucho que les enseñemos a ser unos rambos de la autoestima. El happy world de los ofendiditos es el día a día de los que sufren de discriminación y estigmatización, y no es porque sean unos niños de papá es porque tienen sentimientos, solo te falta decir que si se suicidan es porque son unos cobardes como he escuchado decir alguna vez sobre el suicido en general. Hay cosas que se deberían prohibir pero entrar en el terreno de lo delictivo es otro tema y nos lo deberíamos pensar muy mucho a la hora de aplicar esas penas, por mucho que las víctimas del terrorismo se puedan sentir ofendiditas por proclamas como las de Hasél.

  5. pharmakoi dice:

    Y cuando digo «mentiras que hacen mucho daño a cierta gente» debería decir mentiras que hacen mucho daño a COLECTIVOS VULNERABLES, porque esto es esencial, se trata de colectivos que sufren todo tipo de opresión, discriminación e incluso violencia manifiesta (no hablemos ya de la estructural) en su día a día. Lo ético, creo yo, es protegerles en la medida de lo posible y no obligarles a exponerse a todo tipo de degradaciones para que así se conviertan en unos tipos duros y estén preparados por si se cruzan en su camino con algún fanático de la ultraderecha.

  6. pharmakoi dice:

    Ese rollo de ridiculizar el happy world de lo hippies y de los pacifistas es muy estilo Hasél, muy España decimonónica, como cuando le preguntaban a no recuerdo quién si perdonaba a sus enemigos y decía «no tengo enemigos, los he matado a todos». Al fin y al cabo criticas que se hable tanto del tema pero le dedicas un post a justificar su encarcelamiento y aprovechas para lanzar tus pullitas a las feministas que tanto rechazo generan entre el heteropatriarcado. Realmente lees el post y parece que lo hubiese escrito memento, tan pronto uno tiene que ir a la cárcel (porque claro la ley tal y cual así lo justifica) como otros solo hacen uso de una denostada libertad de expresión. Un verdadero ejercicio de contorsionismo al más puro estilo ciudadanos (y luego se preguntaban por qué no les dejaban llevar una carroza a la fiesta del orgullo gay…).

    En cualquier cado, gracias por contestar y exponer tus opiniones abiertamente pero no puedo estar más en desacuerdo contigo.

  7. pharmakoi dice:

    De todas formas, Santiago, creo que diferimos en la forma de abordar el problema pero compartimos una visión de fondo sobre los problemas éticos que plantean estos asuntos.

    Sobre lo de los clásicos, creo que puede estar bien no poner su nombre a monumentos y edificios públicos cuando son personas que abrazaban unos valores tan anacrónicos y desfasados para nuestra sociedad actual. Incluso puede ser interesante no centrar tanto en ellos los planes de estudio, pero de ahí a borrarlos completamente de la historia, con eso no estoy de acuerdo. No se puede ser tan presentista cuando se tratan temas históricos, es posible que estas personas situadas en contexto fuesen incluso progresistas y eso creo que es algo a tener cuenta, además no todo lo que produce una persona depende de sus valores morales.

    Ale, ya dejo de atosigarte, saludos cordiales xD.

  8. pharmakoi dice:

    Que yo no tengo nada contra el contorsionismo eh, está muy bien como espectáculo, pero en la vida real, en el día a día, no puedes ir por ahí todo el rato cono la cabeza en los pies y los pies en la cabeza. Es algo que hace la gente se pregunte de que lado estás realmente, o si realmente estás de algún lado que no sea el tuyo propio.

  9. pharmakoi dice:

    En cuanto a los comentarios de Hasél entiendo que puedan parecer entrañar una intención de cometer o de incitar a actos violentos, pero creo que se podría demostrar que tienen una intención puramente retórica. Como ya dije el enaltecimiento del terrorismo ya no es una ley que tenga sentido en nuestras condiciones actuales, e incluso en su momento podría considerarse una ley electoralista creada ex profeso para influir en la opinión pública. Lo que no deja de sorprenderme es que hablas de hacer leyes que protejan a profesores, médicos o policías y te importe tan poco la integridad de otros colectivos mucho más vulnerables.

    Sobre lo de los clásicos, bueno, me parece un tema muy secundario y tendría que meditar bastante si merece la pena tomar alguna de esas medidas que dices que se han propuesto.

  10. pharmakoi dice:

    El caso de Trump es bastante distinto porque se ha acabado demostrando que incitó a la violencia con el asalto al capitolio por parte de sus seguidores, pero claro él se ha ido rositas. Que yo sepa nadie ha intentado poner en práctica las proclamas de Hasél, porque entienden que se trata de algo puramente retórico. Su problema es que sus declaraciones son públicas y atacan instituciones que son sagradas y tratan con temas tabú en nuestra sociedad.

    Mientras tanto, aunque por alguna razón que desconozco aborreces estas comparaciones, tenemos a unos militares de ultraderecha diciendo en un chat que quieren exterminar a media España o a neonazis haciendo discursos públicos en los que se justifica el exterminio de los judíos y a aquellos que tanto se les llena la boca hablando del enaltecimiento del terrorismo no les importa lo más mínimo (incluso parece que os molesta que se hable de ello). Como se suele decir, se os ve el plumero, ya me gustaría pensar que la gente de centro es exclusivamente individualista pero en el fondo son fascistas políticamente correctos (aunque igual viene a ser lo mismo).

  11. pharmakoi dice:

    Por cierto después de escribir esto creo que ya no puedo mantener lo que dije de que compartimos una visión de fondo, porque me parece que lo tuyo no es más que pose. Me queda cada vez más claro cuales son las verdaderas adscripciones de tu corazoncito (o corazonzote, ya que tú eres un tipo duro que usa los diminutivos para ridiculizar)

  12. Pharmakoi:

    Vaya, ya me has llamado fascista. Y todavía no hemos tenido ni una primera cita… Jajaja. Qué fácil. Me adscribes muchas cosas que ni digo ni pienso. Te agradecería, si quieres que cualquier conversación conmigo tenga sentido, que no dejarás volar tanto tu imaginación y te ciñieras a lo que escribo.

    No he mencionado explícitamente a los homenajeadores a la división azul y a la señorita Peralta porque considero completamente obvio que lo que han hecho es un delito punible (artículo 510 del código penal). Cuando la señorita Peralta hablaba de los judíos , o los generales jubilados hablaban de fusilamientos, estaban claramente cometiendo crímenes ¿Tú crees de verdad que yo voy a defender a esa gente? Me he centrado en el tema de Hasél porque aquí es donde yo pienso que hay debate.

    Con respecto al tema del colectivo vulnerable, creía haber dejada clara la diferencia entre una injuria clara o delito de odio (llamarte hijo de puta o desearte la muerte) y una opinión. Lo que ha hecho Hasél es una clara injuria. Por mucho que quieras decir que es retórica, a mí no quiero que me deseen la muerte ni de forma retórica ni en pintura ni en ninguna otra forma. Sin embargo, decir «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo» para mí no es una injuria. Puede ser una opinión despreciable o equivocada, pero para mí entra dentro de la libertad de expresión. Otra cosa sería si hubieran dicho: ·Transexuales merecéis que os pongan una bomba». Entonces el autobús jamás saldría del garaje.

    No debes permitir que la ideología nuble tu razón. Creo que lo interesante es pensar por uno mismo con independencia de que tus ideas sean de izquierdas o de derechas. Es lo que se llama ser independiente. Y si sigues viviendo en el happy world de héroes raperos que, cual Che Guevaras, luchan contra las hordas fascistas opresoras del Estado, tienes que mirártelo. La realidad es mucho más compleja.

  13. pharmakoi dice:

    Jajaja, como que te crees que a mi me interesea lo más mínimo el tal Hasél, pero mi visión es más pragmática que legalista (mírate un poco sobre el desarrollo moral de Kholberg a ver en que estadio te sitúas) y creo que hacen más daño las declaraciones transfóbicas de las que hablas que proclamas como las de Hasél, tú si que vives en el Happy wolrd del imperio de la ley. Por cierto lo del chat de los generales no se ha considerado crimen por ser declaraciones en un chat privado para que veas lo justo y equitativo que es a veces tu querido imperio de la ley.

  14. pharmakoi dice:

    Orientación hacia el orden social
    El individuo deja de tener una visión basada en grupos, para irse a una visión basada en la sociedad. Ya no importa lo que le agrade a los grupos o a las personas de mi entorno. El criterio de lo que es bueno o malo se basa en si la conducta mantiene el orden social o lo entorpece. Lo importante es que la sociedad sea estable y no exista el caos en ella.

    Aquí nos encontramos con un fuerte respeto a las leyes y a la autoridad. Ya que estas coartan la libertad del individuo a favor del orden social por nuestro bien. La moralidad sobrepasa los lazos personales y se relaciona con la legalidad vigente, que no debe desobedecerse, para mantener un orden social.

    Orientación al principio ético universal
    Este estadio de la teoría del desarrollo moral de Kohlberg es el más complejo del desarrollo moral, donde el individuo es el que crea sus propios principios éticos que son comprensivos, racionales y universalmente aplicables. Estos principios van más allá de las leyes, y se trata de conceptos morales abstractos difíciles de explicitar. La persona construye su moral acorde a cómo cree que la sociedad debería existir y no a como la sociedad le impone.

    ¿Qué se parece más a lo que tú defiendes en tu post?… Háztelo mirar Santiago, según Kholberg estás entre los diez años y la adolescencia tardía.

  15. pharmakoi dice:

    Con lo de fascista políticamente correcto igual me pasé, pero no lo digo por tu defensa a ultranza del imperio de la ley (esto es más bien un problema de falta de madurez), lo digo porque intuyo que eres de los que se consideran de centro y apoyan a partidos como ciudadanos, y después de ver los pocos escrúpulos que tienen a la hora de pactar con partidos como Vox, a la vez que no pueden ni ver a podemos, y su manera de encarar ciertos temas como el feminismo o la homofobia me da que pensar que son precisamente eso, fascistas políticamente correctos.

    Sobre las cuestiones éticas, digamos que yo me tiendo a guiar por un principio ético cuasi-universal que es el del pragmatismo o el bien común, pero al mismo tiempo pienso que hay principios éticos universales, que son líneas rojas que no se deben cruzar en virtud de ninguna razón, ya sea práctica, pura, legal o metamórfica.

  16. pharmakoi dice:

    Fascismo para mí es un termino bastante general y lo aplico a aquellos que no tienen la empatía suficiente para respetar los derechos y libertades de cada cual a ser como le plazca mientras no haga daño a los demás, pero también a aquellas personas que aún siendo políticamente correctas tienen una ideología (ligeramente) escorada a la derecha y no valoran en su justa medida la importancia de respetar esos derechos y libertades. En este sentido Hasél es, muy probablemente, un fascista de izquierdas y realmente es una persona que no me atrae lo más mínimo. Incluso tú me caes mejor xD.

    Perdona que te bombardee de esta forma con mis comentarios, paso mucho tiempo en casa y lo escribo según se me va ocurriendo.

  17. Pharmakoi:

    Primero fascista y ahora me sacas el desarrollo moral de Kohlberg para llamarme retrasado mental o algo así, jajaja, en vez de rebartirme con argumentos, solo porque digo que se han aplicado unas leyes que, por lo demás, creo que no están mal puestas.

    No sé, creo que o no me expreso bien o no sé… ¿En dónde te crees que yo pienso que han de inspirarse las leyes? ¿En el Mein Kampf? Las leyes, cuando no se basen en meros principios pragmáticos, se inspiran en la reflexión ética y, en cuanto a tal, se deben basar en principios de justicia y en cierta idea de bien. Yo nunca he defendido un legalismo por legalismo, el imperio de la ley a ultranza, como si todas las leyes fuesen justas por sistema.

    Y es que creo sinceramente que la condena a Hásel es correcta porque considero que debemos proteger a los individuos de la injuria. Si unos nazis llaman hijo puta a Pablo Iglesias, exactamente lo mismo. El autobús transfóbico no insultaba a nadie, por muy penoso que fuera su mensaje ¿Esto no está claro?

    ¿Y crees que soy de Ciudadanos? Jajaja ¿Qué ganas de etiquetar siempre, no? Y si, ¿simplemente, soy un tío reflexionando sobre la libertad de expresión?

  18. pharmakoi dice:

    «. Sin embargo, desde mi punto de vista, aquí ha de prevalecer el imperio de la ley. Nos guste o no, nuestro sistema de gobierno es una monarquía parlamentaria y, mientras así sea, hay una ley que protege especialmente esta institución. Por lo tanto, si aceptamos que nuestras leyes son fruto del consenso democrático, hemos de aceptarlas aunque no nos gusten. Esto es así porque si permitimos que no se cumpla una ley vigente estamos abriendo la caja de Pandora para que no se cumplan muchas más. »

    Esto lo has dicho tú no yo Santiago que no haces más que decir que me invento las cosas y no hay más que leer el post.

    El autobús transfóbico insultaba a todo un colectivo vulnerable ¿tan difícil es de entender eso, o es que somos niños que se creen que insultar consiste solo llamar en hijoputa a alguien? En cambio, criticar a las instituciones (o sus individuos) que ostentan la potestad del ejercicio del poder y la violencia debería ser un eximente más que un agravante. Aunque siempre podemos hacer como los políticos y decir en público que lo primero es la ley y luego subvertirlas subrepticiamente.

    Te tomas las cosas muy a pecho, yo no te he llamado retrasado solo he dicho que si comparas lo que dices en el texto que cito y los estadios del desarrollo moral de Kholberg parece que eres bastante inmaduro en tu concepción del comportamiento ético. Vale que digas que las leyes se basan en la ética y demás pero si en la práctica defiendes que aplicar las leyes es algo insoslayable, por la razón que sea, encajas bastante bien con la definición del estadio que he puesto antes. Aunque según esto «Por lo tanto, si aceptamos que nuestras leyes son fruto del consenso democrático, hemos de aceptarlas aunque no nos gusten.» estarías en el estadio del contrato social que es más avanzado que el yo te adjudicaba.

  19. pharmakoi dice:

    Además que tú también me has etiquetado a mí, me has ubicado en el grupo del happy world de los ofendiditos y los héroes raperos che guevaras, y en de los que no piensan de forma independiente entre otras cosas.

  20. pharmakoi dice:

    Por ejemplo la ley mordaza, que vulnera los derechos humanos y que se la sacó el PP de la manga para impedir protestas como la del 15m, ¿la hemos elegido democráticamente? ¿quién, algunos de los votantes del PP? Y lo más importante ¿es ética?. Pero según tu razonamiento hay que aplicarla en todos y cada uno de los casos en los que sea aplicable como muestra de ejemplaridad, para no abrir la caja de Pandora.

  21. pharmakoi dice:

    Yo no soy jurista, pero creo que cualquier especialista te diría que la mayoría de las leyes son interpretables en cierto grado, además al tribunal supremo no lo elegimos democráticamente (ni siquiera sabemos todas las leyes que van a decidir hacer los partidos a los que votamos) y si dicta sentencia tres veces sobre un asunto, crea jurisprudencia. Entiendo tu razonamiento, pero no creo que sea necesario ser tan estricto con el cumplimiento de ley, los ciudadanos tenemos muchas formas de expresar nuestra opinión y no todas pasan por las urnas.

  22. pharmakoi dice:

    Y ya está, no escribas más Santiago que yo tengo más tiempo libre y voy a tener la última palabra en esta discusión. De algo tenía que servir ser esquizofrénico, jajaja.

  23. Pharmakoi:

    Jajaja. Vale, lo dejamos. Me gustaría responderte, sobre todo explicarte algo mejor la idea de imperio de la ley, y convencerte de que no soy de Ciudadanos, pero no tengo tiempo. Ahora estoy corrigiendo exámenes como un poseso porque tengo evaluaciones la semana que viene… ¡El horror! ¡El horror!

  24. pharmakoi dice:

    La conciencia crítica hacia el ejercicio del poder es necesaria para invitar a la reflexión sobre cómo mejorarlo, y debería considerarse algo positivo para la sociedad. En el caso de Hasél no creo que fomente la conciencia crítica, más bien es un showman y un agitador que juega a la polarización con sus declaraciones incendiarias, lo que empeora la calidad de la convivencia, pero no creo que llegue al punto de incitar a la violencia. Es mi modesta opinión.

    Ya te he dicho que yo iba a tener la última palabra xD, aunque si te ves con ganas puedes explicarme lo que te parezca, seguro que es interesante conocer mejor tu opinión. Ánimo con los exámenes.

  25. gonzalo dice:

    Os habeis leido alguno de los dos el primer articulo?. Todo esta decidido…no os compliqueis:-)(…

  26. pharmakoi dice:

    Pues no lo he leído porque me obliga a desactivar mi adblocker, pero seguro que es muy interesante, especialmente viniendo de forbes XD (por el título y las primeras líneas parece una especie de distopía irónica sobre el mundo «excesivamente» humanista al que nos avecinamos).

    Lo siento mucho por resucitar el hilo cuando tú ya pareces haber aceptado la tregua que habíamos pactado pero no puedo evitar hacer partícipe al mundo de estos insights tan iluminadores que en un momento voy a pasar a exponer.

    Si en algo tienes razón es en que a veces las comparaciones son odiosas. Comparar la crítica a una creencia con la mentira, el insulto, o la mentira insultante sobre la orientación sexual es… ¿cómo decirlo? ¿impreciso? ¿insultante? ¿odioso?

    Será una confusión, por aquello de que en ambos casos el mensaje se vehiculizaba mediante un autobús.

    Por ejemplo, ya que estamos con las comparaciones, hay un psicólogo, profesor de la UAM y adalid de uso indiscriminado de los IQ test para diferenciar entre los que tienen valor para la sociedad y aquellos que deben ser relegados a un segundo plano, que allá por año 2000 publicó un libro en el que manifestaba abiertamente su rechazo a las relaciones multiétnicas, ya que según él podían tener consecuencias peligrosas o desastrosas a nivel genético (vamos que venía a decir que los hijos de una pareja multiétnica podrían convertirse en algún tipo de monstruo mutante).

    A este señor, que tan libremente hace uso de su posición de autoridad para difundir argumentos de evidente racismo (pseudo)científico, no se la ha dado ni un toque atención, y sus libros siguen estando en las estanterías de las librerías esperando a que mentes maleables o predispuestas se dejen convencer por sus nefastos argumentos. Y no estamos hablando de un mengano cualquiera que escribe un comentario en twitter o hace una canción sobre el tema.

    Estamos hablando de una persona respaldad por el argumento de autoridad, que difunde argumentos de marcado carácter racista a través de libros. Y lo peor es que muchos de sus compañeros le justifican, diciendo que se trata solo de una opinión y que está haciendo uso de su libertad de expresión (como si se tratase de un niño travieso que ha llamado al timbre del vecino solo para divertirse).

  27. Rodrigo dice:

    Dice este artículo que en un estado de derecho lo más importante es defender a los individuos. Correcto, pero olvida que se causa mayor daño prohibiendo un derecho fundamental como es la libertad de expresión que injuriando. Porque en el primer caso se trata de un daño material objetivo, mientras que está claro que no se puede ofender sin la colaboración del ofendido.
    Un mero insulto jamás debe ser punible, con independencia de que se dirija a una idea o una persona, pues se estaría aplicando violencia física a quien no la ha ejercido ni ha amenazado con ella.
    La libertad de expresión sólo puede existir como derecho absoluto.

  28. pharmakoi dice:

    Jaja, voy a rumiar un poco y resucitar este post ya que me aburro. Coincido con lo que dice Rodrigo, al menos en intención, porque no tengo tan claro que esto del derecho natural y positivo sea algo «naturalmente» (diferenciable), al menos a priori, y desde luego puede que no de un modo absoluto.
    De ahí que muchos estudiosos del tema de la violencia hablen, acertadamente, de la construcción social de la violencia, concepto que a mi parecer es, sino objetivo, al menos objetivable (aunque no digo que sea fácil medir las consecuencias de tal o cual acto, ya se de palabra o de hecho, como tampoco es fácil medir las externalidades en economía).

    Sobre la discusión inicial quiero retractarme parcialmente de algunos de mis comentarios, o al menos matizarlos. En cuanto al tema de los ofendiditos (término este muy edgelordiano, lo cual explica en parte el éxito de tu blog por estos lares) lo cierto es que no incidí en lo más problemático de campañas como las de hazte oír, porque, sin infravalorar las consecuencias directas que pueda tener el verse expuesto a evaluaciones sociales negativas como el mensaje del autobús transfóbico (es bien sabido que el estrés derivado de estas situaciones, cuando se dan de un modo continuado, puede producir cambios en el eje HPA y acabar derivando en problemas mentales graves, especialmente depresión), creo que el mayor problema de este tipo de campañas es que transmiten mensajes de odio que a su vez aumentan los crímenes de odio y, en general, las evaluaciones sociales negativas a las que se tienen que ver expuestas aquellos a los que denigran dichas campañas (y esto, seguramente, sería medible; al menos con una concepción «no purista» de la causalidad, al estilo de lo que propone James Woodward).

    Sobre lo que dije de que comparar la crítica a una creencia con la mentira insultante a una orientación sexual es odioso etc… bueno quizá no es muy acertado infravalorar el daño que puede llegar a causar el odio por razones ideológicas (basta recordar el holocausto) pero también es cierto que el mensaje de los autobuses ateos es mucho más comedido y empático y que ,volviendo al tema de la construcción social de la violencia y el derecho positivo-natural, no tiene las mismas consecuencias sociales criticar a una creencia mayoritaria que a un colectivo oprimido (por mucho que el acto en sí pueda llegar a parecer objetivamente igual).

  29. pharmakoi dice:

    En cualquier caso creo que cualquier aplicación de la ley que implique la suspensión de derechos fundamentales como la libertad de expresión o de circulación (u otros como la potestad para realizar actos patrimoniales) y del principio de proporcionalidad ( como en el caso que plantea Rodrigo de responder a un ataque verbal mediante la coacción física) debe contar, siempre, con una evidencia científica prácticamente incuestionable sobre la eficacia y «rentabilidad» ( en el sentido de beneficio neto a nivel humano o de bienestar de la población en su conjunto) de dichas intervenciones.

    Esto creo que es algo que se cumple, en general, con las políticas de vacunación y de prevención que se han venido implementando a raíz de la pandemia, ya que, como me dijo una vez mi médico de cabecera, si algo funciona en medicina son las vacunas. En cambio soy de la opinión de que en psiquiatría existe una tendencia a vulnerar derechos fundamentales de los pacientes basándose en una evidencia científica que no es, ni de lejos, tan concluyente como para justificar esas prácticas (al menos en muchos casos). E incluso en ciertas cuestiones basta con aludir a la presencia de ciertas correlaciones en las que, aun pudiendo inferirse de ellas que existe con una probabilidad bastante alta una relación de causalidad, no hay evidencia de que las intervenciones destinadas a modificar la variable independiente tengan un efecto causal o invariante sobre la variable dependiente (véase el tema del consumo de ciertas drogas y las intervenciones destinadas a concienciar a los pacientes sobre sus perjuicios, cuando no a impedir su consumo mediante la coacción y la intimidación).

  30. pharmakoi dice:

    Sobre las campañas transfóbicas que según tú son una muestra de libertad de expresión y basta con «vacunar» a los «ofendiditos», mira cómo se parece tu discurso al de algunos movimientos tipo hazte oir, y las consecuencias que tienen estas campañas en la vida de las personas pertenecientes a estos colectivos

    Influence of the so-called “anti-gender movements”

    Politicians targeting LGBTI people often propagate narratives promoted by the so-called “anti-gender movements”. For some years now, there have been reports about the expansion – in Europe and the rest of the world – of these increasingly organised, transnational and well-funded movements, made-up of religious extremists and ultra-conservative organisations. The anti-gender movements call into question the concept of gender and whether it is a protected category in the human rights framework, promoting an ultra-conservative view of the family, sexuality and women’s role in society. Anti-gender movement actors seek to blur the lines for their audience by adopting the vocabulary of human rights, but what they are doing in reality is working to deprive other groups – mainly women and LGBTI people – of their rights.

    The influence of the anti-gender movements in politics is increasing. Some politicians are not hiding their affiliation and others may seek convenient alliances because the issues raised are known to attract votes and distract attention from real problems. In my work, I have clearly seen some common patterns across several countries in the way political leaders resort to “anti-gender” slogans in national campaigns emerging around issues, such as same-sex marriage and adoption by same-sex couples. By permeating the political scene, the anti-gender movements are increasingly well-placed to erode the protection of human rights in Europe. It is urgent to acknowledge this fact and take steps to counter it.

    Harmful impact on LGBTI people

    Targeting LGBTI people for political gain is a costly strategy which harms the lives and well-being of those affected and undermines social cohesion in general. When public officials and elected politicians employ intolerant rhetoric, this signals to others that they too can engage in hateful actions with impunity. In the European Union (EU) Fundamental Rights Agency’s 2020 survey of LGBTI people, negative public discourse by politicians was identified as one of the key contributing factors in prejudiced social attitudes towards LGBTI people. Harassment of LGBTI people and activists on social media and everyday acts of violence are on the rise in Europe. Hardly a week passes without reports of serious physical attacks motivated by homophobia or transphobia. Recently, the Tbilisi Pride march in Georgia had to be cancelled after violent attacks on the organisers’ headquarters and journalists covering the events.

    Toxic rhetoric targeting LGBTI people also hampers their ability to fully participate in all facets of life, including political and public life, and to have full access to education, health care and employment. In Poland, the proliferation of anti-LGBT declarations and “family charters” adopted by some local governments has led to many LGBTI people being shunned by members of their own communities. Others are seeking to leave the country altogether. In Bulgaria and Ukraine, LGBTI activists informed my office that young people increasingly avoid LGBTI events and community centres over fears of attacks and intimidation by members of extremist groups. This hostile atmosphere is driving LGBTI people back into the closet in many places, in a clear affront to their human dignity and right to live in freedom and safety. A climate of hatred promoted by public officials also has a huge impact on LGBTI people’s mental health.

    Stigmatisation and political manipulation of LGBTI issues rarely stops at words; it often goes on to adversely affect how LGTBI rights are protected at policy level and by law. At a very minimum, as highlighted in ILGA-Europe’s 2021 annual review, the current polarisation has brought the adoption of new legislative proposals protecting the rights of LGBTI people to a standstill. Transgender Europe has reported a slowdown in new initiatives increasing the protection of trans people. Bills that should be uncontroversial have spurred heated political debate. For example, in Italy, a bill ensuring that sexual orientation and gender identity are mentioned along with other grounds in a law prohibiting hate speech and hate crimes, has been blocked for months. Opponents have argued that this move threatens freedom of expression and freedom of thought. But, as clearly established by the European Court of Human Rights, hate speech against LGBTI people is not protected by freedom of expression, and neither is it by freedom of belief. In countries where politicians proudly voicing anti-LGBTI positions are in government, we already see a dismantling of existing LGBTI rights or positive policies, for example with regard to legal gender recognition.

    https://www.coe.int/en/web/commissioner/-/pride-vs-indignity-political-manipulation-of-homophobia-and-transphobia-in-europe

    https://www.tuc.org.uk/resource/transphobic-hate-incidents-and-crimes

    The law
    The CPS and the police have agreed a shared definition of transphobic hate crime. This definition is wider than the legal definition of a hate crime within the CJA 2003, to ensure the CPS and police capture all relevant cases.

    Their agreed definition is:

    “Any incident/crime which is perceived by the victim or any other person to be motivated by hostility or prejudice towards a person because of their trans identity or perceived trans identity by the victim or any other person.”

    Hate speech can be a type of hate crime.

    The balance between the protections covering freedom of expression and protections from hate speech is complicated. In a democratic and tolerant society, it is important that people are able to robustly exchange views, even when these may cause offence.

    However, the courts and international conventions are clear that balance must still be struck between the right of individuals to express points of view which others may find offensive or insulting, and the rights of others to be protected from hatred and discrimination.

    People are legally protected from hate speech; however, the law does not cover all protected characteristics equally.

    For example, stirring up hatred on the ground of sexual orientation is an offence. This is committed if a person uses threatening words or behaviour, or displays any written material which is threatening, if they do so intending to stir up hatred on the grounds of sexual orientation.

    There is no offence of stirring up hatred on the grounds of trans identity.

    However, one of the public order offences, Section 4A of the Public Order Act 1986, makes is an offense to intentionally cause harassment, alarm or distress.

    This offence applies to all people, but if it can be shown the individual was targeted because of trans identity the judge can impose a tougher sentence on the offender under the Criminal Justice Act 2003.

    This means that the right to freedom of expression, which is often cited as a defence for hate speech, does not protect expression that seeks to incite violence, hatred or discrimination against others.

    Members’ role
    Trade union members can fight transphobia and hate crime and create and inclusive supportive workplaces by:

    speaking up for trans people, for trans equality and against transphobia
    being the first to challenge and correct misconceptions or transphobia
    not leaving challenging transphobia to trans people.

  31. pharmakoi dice:

    sobre la relación entre consumo de cannabis y esquizofrenia aquí enlazo varios papers que ponen en duda la idea comúnmente mantenida por los psiquiatras y la población general de que exista un vínculo causal unidireccional y evidente, y que las intervenciones destinadas a concienciar a los pacientes sean de alguna utilidad

    https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5341491/

    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19783132/

    https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(16)30005-0/fulltext

    «As to whether a public health benefit can be obtained from efforts to reduce cannabis use in patients with psychosis, two randomised controlled trials,4, 5 published in 2013, comparing treatment as usual with treatment as usual plus motivational interviewing and cognitive behaviour therapy that focused on cannabis use, found no beneficial effect of either intervention on either psychotic symptoms or amount of cannabis use.»

    Ahí lo dejo, si te da por permitir que lo publique, que ahora volveré a la carga con el que puse ayer y no ha pasado tu filtro de moderación, no sé si porque aún no lo has visto o porque no quieres que se publique.

  32. pharmakoi dice:

    Aun a riesgo de repetirme en el caso de que publiques los comentarios pendientes de moderación (que supongo que lo harás porque tampoco te he dado mucho tiempo para aprobarlos y es posible que ni los hayas visto) escribo este comentario donde digo más o menos lo mismo, un poco reducido en el caso de la transfobia, pero sin incluir los links, solo los títulos de los artículos.

    Pride vs. indignity: political manipulation of homophobia and transphobia in Europe

    Influence of the so-called “anti-gender movements”

    Politicians targeting LGBTI people often propagate narratives promoted by the so-called “anti-gender movements”. For some years now, there have been reports about the expansion – in Europe and the rest of the world – of these increasingly organised, transnational and well-funded movements, made-up of religious extremists and ultra-conservative organisations. The anti-gender movements call into question the concept of gender and whether it is a protected category in the human rights framework, promoting an ultra-conservative view of the family, sexuality and women’s role in society. Anti-gender movement actors seek to blur the lines for their audience by adopting the vocabulary of human rights, but what they are doing in reality is working to deprive other groups – mainly women and LGBTI people – of their rights.

    The influence of the anti-gender movements in politics is increasing. Some politicians are not hiding their affiliation and others may seek convenient alliances because the issues raised are known to attract votes and distract attention from real problems. In my work, I have clearly seen some common patterns across several countries in the way political leaders resort to “anti-gender” slogans in national campaigns emerging around issues, such as same-sex marriage and adoption by same-sex couples. By permeating the political scene, the anti-gender movements are increasingly well-placed to erode the protection of human rights in Europe. It is urgent to acknowledge this fact and take steps to counter it.

    Harmful impact on LGBTI people

    Targeting LGBTI people for political gain is a costly strategy which harms the lives and well-being of those affected and undermines social cohesion in general. When public officials and elected politicians employ intolerant rhetoric, this signals to others that they too can engage in hateful actions with impunity. In the European Union (EU) Fundamental Rights Agency’s 2020 survey of LGBTI people, negative public discourse by politicians was identified as one of the key contributing factors in prejudiced social attitudes towards LGBTI people. Harassment of LGBTI people and activists on social media and everyday acts of violence are on the rise in Europe. Hardly a week passes without reports of serious physical attacks motivated by homophobia or transphobia. Recently, the Tbilisi Pride march in Georgia had to be cancelled after violent attacks on the organisers’ headquarters and journalists covering the events.

    Toxic rhetoric targeting LGBTI people also hampers their ability to fully participate in all facets of life, including political and public life, and to have full access to education, health care and employment. In Poland, the proliferation of anti-LGBT declarations and “family charters” adopted by some local governments has led to many LGBTI people being shunned by members of their own communities. Others are seeking to leave the country altogether. In Bulgaria and Ukraine, LGBTI activists informed my office that young people increasingly avoid LGBTI events and community centres over fears of attacks and intimidation by members of extremist groups. This hostile atmosphere is driving LGBTI people back into the closet in many places, in a clear affront to their human dignity and right to live in freedom and safety. A climate of hatred promoted by public officials also has a huge impact on LGBTI people’s mental health.

    Stigmatisation and political manipulation of LGBTI issues rarely stops at words; it often goes on to adversely affect how LGTBI rights are protected at policy level and by law. At a very minimum, as highlighted in ILGA-Europe’s 2021 annual review, the current polarisation has brought the adoption of new legislative proposals protecting the rights of LGBTI people to a standstill. Transgender Europe has reported a slowdown in new initiatives increasing the protection of trans people. Bills that should be uncontroversial have spurred heated political debate. For example, in Italy, a bill ensuring that sexual orientation and gender identity are mentioned along with other grounds in a law prohibiting hate speech and hate crimes, has been blocked for months. Opponents have argued that this move threatens freedom of expression and freedom of thought. But, as clearly established by the European Court of Human Rights, hate speech against LGBTI people is not protected by freedom of expression, and neither is it by freedom of belief. In countries where politicians proudly voicing anti-LGBTI positions are in government, we already see a dismantling of existing LGBTI rights or positive policies, for example with regard to legal gender recognition

  33. pharmakoi dice:

    Vaya no sale, bueno ya que estoy termino lo que he empezado aunque me temo que acabarán apareciendo todos jajaja (qué le vamos a hacer ya, uno que le gusta hacer esfuerzos inútiles, aunque con buena intención xD).

    Assessing causality in associations between cannabis use and schizophrenia risk: a two-sample Mendelian randomization study

    Our results provide some that cannabis initiation increases the risk of schizophrenia, although the size of the causal estimate is small. We find stronger evidence that schizophrenia risk predicts cannabis initiation, possibly as genetic instruments for schizophrenia are stronger than for cannabis initiation.

    Assessing evidence for a causal link between cannabis and psychosis: a review of cohort studies

    A total of 10 key studies from seven general population cohorts were identified by the search. Limitations were evident in the measurement of psychosis, consideration of the short-term effects of cannabis intoxication, control of potential confounders and the measurement of drug use during the follow-up period. Pre-existing vulnerability to psychosis emerged as an important factor that influences the link between cannabis use and psychosis. Whilst the criteria for causal association between cannabis and psychosis are supported by the studies reviewed, the contentious issue of whether cannabis use can cause serious psychotic disorders that would not otherwise have occurred cannot be answered from the existing data.

    Correlation still does not imply causation

    It is of utmost importance for us to remember that the meta-analysis was based on correlational studies. Each study points out that causation has not been shown; however, a strong tendency exists to accept cannabis use as a so-called component cause of psychosis, which then leads to the conclusion that it is imperative to reduce cannabis use in patients with or at risk for psychosis. Although we understand this impulse is motivated by a concern for public health, we should not allow the consistency of these correlational findings to substitute for actual evidence of causality.

    As to whether a public health benefit can be obtained from efforts to reduce cannabis use in patients with psychosis, two randomised controlled trials,4, 5 published in 2013, comparing treatment as usual with treatment as usual plus motivational interviewing and cognitive behaviour therapy that focused on cannabis use, found no beneficial effect of either intervention on either psychotic symptoms or amount of cannabis use.

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