Ahora leo…

Pulgarcita de Michel Serres (6): librito muy corto en donde se hace un análisis de la sociedad actual, centrándose en sus protagonistas: los jóvenes. Texto muy bien escrito, muy literario, tiene algunas ideas ingeniosas y alguna metáfora brillante, pero quizá peca de eso, de ser demasiado literario. Incluso para lo corto que es, se pasan muchas páginas con poco contenido y con poca claridad expositiva. La forma tapa y/o oculta la falta de contenido. Franceses.

La Consciencia. Una guía ilustrada de David Papineau y Howard Selina (6,5). Si quieres una visión muy superficial pero bien hilada, informativa y precisa, de las teorías actuales sobre la consciencia y que se lea en un par de horas, te puede ser muy útil. En general, los libros ilustrados te permiten asociar las ideas a imágenes, y eso refuerza su memorización y asimilación. A mí me ha servido como entrenamiento, además de que me ha dado algún dato que yo no conocía. Solo una cosa: ¿quién es la mujer que aparece en más de un 70% de las ilustraciones?

Siete vistas de la garganta de Olduvai de Mike Resnick (8). Es una reflexión muy pesimista sobre el ser humano contada a través de siete relatos cortos. Lo interesante es que los relatos son bastante buenos y están excelentemente bien narrados. Además tienen cierta mala leche. Por criticar algo, las reflexiones que ofrece sobre el hombre no son nada que no sepamos: violencia, ambición, crueldad, salvajismo, traición, destrucción del medioambiente…

La pregunta por la técnica de Martin Heidegger (?). No sé qué decir. Incomprensible, me huele muchísimo a teología de convento… Heidegger es como leer brujería… No sé, puedo valorar cierta originalidad en esa forma de escribir que, incluso, puede resultar hipnótica. Pero, desde luego, no puedo valorar esto como buena filosofía ni como un ejemplo de pensamiento. Podría valorarlo como una forma de literatura o un icono pop, pero para mí esto no es el camino a seguir.

El nombre del mundo es bosque de Ursula K. Le Guin (7,5). No he visto en ningún lado que James Camerón se basara en esta novela para crear Avatar (de hecho, Cameron habla de Solaris como fuente de inspiración, si bien no encuentro nada de ella en la película), pero esta novela es exactamente el mismo argumento publicado en 1976, es decir, 33 años antes que la película. En la película, el personaje del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang) es absolutamente idéntico al capitán Davidson de la novela. Incluso dice algunas frases en la cinta que, creo recordar, son calcadas a sus pensamientos en la novela. Supongo que no hacer referencia a Le Guin obedecería a no querer pagar ningún derecho de autor. En fin, el libro está bien, aunque tiene algunos defectos. Me han gustado el cuidado en describir las peculiaridades culturales de los athstianos, si bien me hubiese gustado más que se desarrollara más ese mundo soñado en el que viven gran parte del tiempo. En resumen, una decente novela de ciencia-ficción.

Lo indisponible de Hartmut Rosa (7). Libro breve pero magistralmente escrito. Rosa añade la idea de indisponibilidad a sus condiciones para la resonancia. Es un buen concepto para analizar ciertos elementos de nuestra sociedad.

Fragmentar el futuro. Ensayos sobre tecnodiversidad de Yuk Hui (7,5). Colección de varios ensayos breves de Hui sobre filosofía de la tecnología. De estilo un tanto seco, sigue la línea posmoderna de la crítica a la Modernidad, esta vez atacando su último bastión: la tecnología. Para el chino no hay una sino muchas técnicas, por lo que hay que «fragmentar el futuro», abriéndonos a diferentes posibilidades de avance tecnológico.

Mensajes de la era del ordenador de Thomas F. Montelenone (Editor) (8). Antología de cuentos de ciencia-ficción de algunos maestros del género como Asimov, Bradbury, Clarke, Ellison… con el tema común de los ordenadores. Me ha parecido especialmente interesante que este libro se editó en 1984, por lo que te proporciona la visión que tenían de los ordenadores en los años 80, y que esperaban que iba a suceder con ellos en el futuro. Hay relatos mejores y otros peores, pero, en general, son muy buenos.

Cuentos de E.T.A. Hoffmann (6,5). Cierto humor, buenos trucos metanarrativos, excelente prosa romántica, pero mucha inocencia; carece de la maldad de autores como Poe, Blackwood o Lovecraft. Valdrían muy bien como cuentos infantiles.

El día de los trífidos de John Windham (7,5). Leyéndola te das cuenta que todo estaba ya inventado: no hay película apocalíptica que no beba directa, o indirectamente, de esta novela publicada en 1951. Son interesantes las reflexiones sociológico-filosófico-religiosas que tienen los personajes con respecto al sentido de vivir en un mundo completamente devastado. Sin embargo, creo que no consigue acertar con el tono psicológico de la situación. Los personajes permanecen demasiado enteros y todo sucede con cierta tranquilidad. Cuando se encuentran deprimidos por la situación, recurren al alcohol y ya está. El Ensayo sobre la ceguera de Saramago describe una situación similar de forma más realista.

12 reglas para la vida: un antídoto contra el caos de Jordan Peterson (6). Un tanto decepcionado con un pensador tan famoso como Jordan Peterson. El libro es una suma de autoayuda de lo más común en el mercado editorial, mezclada con mucha, mucha catequesis y el ideal del american way of life. Eso sí, su escritura es bastante fluida y está bien narrado. En fin, había oído decir que era un gran polemista, todo provocación… y no es más que un cristiano mezclando psicología con religión… un predicador de toda la vida.

Conferencias sobre computación de Richard Feynman (7). Esperaba algo más original atendiendo a la legendaria fama del escritor, pero no deja de ser una serie de clases típicas sobre computación donde se explica de forma más o menos clara lo que se explica en cualquier curso universitario. Está bien como cualquier libro de introducción al tema.

Luminoso de Greg Egan (8,5). Colección de relatos de mi escritor de ciencia-ficción de cabecera. En general, son magníficos. Egan no solo maneja con increíble originalidad conceptos científicos y filosóficos, sino que, además, escribe muy bien. Egan es lo que yo quiero ser de mayor.

Los peligros de la moralidad de Pablo Malo (8,5). Magnífica obra. Para todos aquellos que piensan que el enfoque evolucionista en psicología está pasado de moda, Malo hace un recorrido por las principales teorías del origen y el funcionamiento de la moral, y las aplica para analizar problemas de actualidad… ¡con una potencia explicativa espectacular! La psicología evolucionista se muestra aquí como una poderosa herramienta para entender muchísimos comportamientos. Aparte, Malo escribe con una claridad encomiable que hace que devores el libro en dos tacadas. Muy recomendable.

Inteligencia Artificial de Susan Schneider (6,5). Divulgación muy ligera de filosofía de la IA. Se entiende muy bien y se lee en una tarde. Eso sí, mucha sci-fi. Tengamos en cuenta que Schneider fue una extropiana.

La máquina se para de E. M. Forster (7). Breve cuentecillo donde se hace la clásica crítica a la deshumanización que conlleva el progreso tecnológico. Lo que es absolutamente impresionante es que está escrito en 1909 y describe muy bien elementos propios de nuestra época… aislamiento, desconexión con el entorno natural, la banalidad de las redes sociales… Es asombroso lo que acierta… Y lo que va a suceder unos pocos años después con la Primera Guerra Mundial…

El fin de la inocencia de Arthur J. Clarke (8). Gran relato. No sé a cuántas series y películas de ciencia-ficción habrá inspirado este libro… ¿a todas? Lo malo: a parte de la prosa de Clarke, seca donde las haya, el tema de la inconmensurabilidad entre especies está tratado de una forma mucho más ingenua y menos realista que, por ejemplo, en Lem. Además, no me creo cómo la humanidad acepta de tan buena gana el dominio de los superseñores. Yo creo que habría muchísima más resistencia que la que Clarke describe.

Futuro imperfecto de Domingo Santos (5). Esperaba bastante más de, supuestamente, el mejor escritor de ciencia-ficción español de los últimos tiempos. Relatos irregulares, con temáticas muy vistas ya en el género. Quizá tenga otros mejores o brille más en las novelas, pero de momento muy justito todo.

El universo en un junco de Irene Vallejo (7). Melífluo. No recuerdo otro libro con una prosa tan sumamente agradable de leer. Crítica: las explicaciones de los autores están un poco a nivel de instituto, si bien hay que entender que es un libro para el gran público.

La espada de los cincuenta años de Mark Danielewski (7). Un tétrico cuento muy bien contado.

Ubik de Philip K. Dick (8,5). Me lo he pasado genial con esta pequeña novela. Original, muy divertida, con giros magníficos y grandes ideas que han inspirado a toda la ciencia-ficción contemporánea. Una chulada. Seguiremos leyendo la obra de ese curioso autor.

Ética de la Inteligencia Artificial de Mark Coeckerlbergh (7).  Breve librito que sirve como una buena introducción al tema no solo de la ética de la IA, sino de toda la filosofía de la IA en su conjunto.

¿Preparados para el futuro? de Igmar Persson y Julian Savulescu (8,5). Excelente libro de bioética en donde los autores argumentan a favor de la necesidad del biomejoramiento moral. Sin florituras ni deleites literarios, pura argumentación. Puedes estar de acuerdo o no con los autores, pero esto es lo que yo, mutitatis mutandi, considero que es hacer filosofía.

Una selva de sinapsis de Ignacio Crespo (7). Divulgación amena y entretenida. Está bien para, de un vistazo, tener una visión general sobre lo que sabemos del cerebro.

La consciencia humana de José Enrique Campillo (6,5). Buen estilo narrativo, se lee rápido y muy fluido. Campillo reflexiona no solo sobre la consciencia, sino prácticamente sobre todo: el tiempo, el universo, la vida, las religiones… Problema: da muchísimo pábulo a las pseudociencias: Sheldrake, Jung, Grinberg, Ganzfeld, Targ… incluso hace algo de numerología con el 4… ¡Cuidado! Decía Feynman que hay que ser abiertos de mente, pero no tanto para que se te caiga el cerebro.

5000 años a. de C. y otras fantasías filosóficas de Raymond Smullyan (6). A diferencia de los demás libros del autor, en este no hay acertijos lógicos sino reflexiones, curiosidades, chistes, etc. Algunas son muy curiosas y divertidas, e incluso alguna reflexión me ha parecido muy sugerente. Entretenido, para pasar el rato y divertirse.

Introducción a la ciencia de la conciencia de Asier Arias (8). Fruto de la tesis doctoral del autor, es el libro más completo que existe en castellano sobre este tema. Magistralmente escrito, es una excelente obra para utilizarla de referencia, por ejemplo, en un curso académico sobre la consciencia.

Dune de Frank Herbert (8). No me gusta como escribe Herbert. Creo que, a veces, no controla nada bien el tiempo narrativo. Así, a veces pasa todo muy rápido y, otras tantas, pasa demasiado lento. Hay veces que aburre mucho. Sin embargo, y ahora voy con lo bueno, tiene ideas sumamente originales y las desarrolla muy bien: una trama política feudal en un mundo futurísimo, las Bene Gesserit, los fremen, los Harkonnen, los mentats, los gusanos de arena, la especia… Es muy interesante esta mezcla de religiones, mitos, tecnología, espiritualidad, ecologismo… Y lo que gusta más es leerte el libro y luego ver las dos adaptaciones cinematográficas y criticarlas como un poseso.

Homine Ex Machina de Carlos Sisí (7). Novela de ciencia-ficción que explora la aparición de una inteligencia artificial fuerte. Con un estilo muy cinematográfico, bebe de casi todas las fuentes del género: tendremos robots de combate, androides domésticos, megacorporaciones con pocos escrúpulos y, por supuesto, la lúcida investigadora madre intelectual de la criatura. Lo interesante es que casi más que una novela es un ensayo filosófico sobre el sentido de la humanidad.

Contra apocalípticos de Jesús Zamora Bonilla (7). Lectura fluidísima, se lee de un tirón en dos tardes. Es una dosis de sensatez, sosiego y sentido común en estos tiempos llenos de opiniones extremas y catastrofistas. Me hubiera gustado que se metiera más a fondo en muchos de los temas que trata, pero hay que entender que es un libro pensado para el gran público. Tiene de muy interesante que puede chocar con ideas que el común de la gente suelen tener bastante asentadas y, sin duda, violentarlas.

Lo imprevisible de Marta García Aller (6). Me ha gustado algo menos que su anterior libro, pero sigue en su misma línea: divulgación muy entretenida, fluidísima de leer, y llena de curiosidades muy interesantes.

Chamanes y robots de Roger Bartra (7,5). Buen y original ensayo. Magnífica relación entre el efecto placebo y la inteligencia artificial. Y es que es muy interesante cuando un antropólogo inteligente se mete en un campo que no es el suyo. Pero al final se queda corto, me hubiera gustado que llegara a algo más que a su «exocerebro», o que hubiera profundizado más y mejor en esa idea.

¿Quién? de Algis Budrys (7). Curiosa reflexión sobre la identidad humana en el contexto de la Guerra Fría. Tiene algunos defectos pero también grandes virtudes. Me ha gustado mucho la relación entre Rogers y Azarin, los dos jefes de inteligencia a cada lado del telón de acero, que se conciben mutuamente como entidades supremas pero que se caen del pedestal cuando el autor los humaniza.

El viejo y el mar de Ernest Hemingway (6,5). Es un cuento bonito pero, al menos a mí, no me ha llamado demasiado la atención. Quizá es cuestión de gustos y sensibilidades.

La aventura equinoccial de Lope de Aguirre de Ramón J. Sender (9). Una obra maestra. El personaje de Lope de Aguirre es legendario, el transcurrir de la novela, los personajes, la ambientación… ese Amazonas alucinógeno… una maravilla. No me extraña que inspirara las películas de Herzog y Saura (ninguna hace justicia a la novela).

El ruletista de Mircea Cartarescu (7). Muy cortito. Espléndidamente narrado. Eso sí, me dio mucha rabia que Cartarescu cae en la célebre falacia del jugador: en una parte del cuento se dice que el protagonista había tenido tanta suerte jugando a la ruleta rusa que acumulaba mucha probabilidad en contra… ¡Aaaaarrrgggg! Tengo en la mesita de noche Solenoide (el título me parece soberbio) y quizá le hinque el diente un día de estos.

Haz clic aquí para matarlos a todos de Bruce Schneier (8). Este es el libro que tienes que leer si quieres enterarte bien qué significa la ciberseguridad contado por un gran experto. Y así es como uno se entera de lo que, verdaderamente, es un hacker y se le van a uno todas las tonterías. Y también se entera uno un poquito más de cómo funciona el mundo.

En busca del Yo de Jesús Zamora Bonilla (4). He leído cosas muchísimo mejores de Jesús (y debatí alguna vez con él) y aquí me esperaba mucho más. Me ha dado la impresión de que esto fue un encargo que realizó sin demasiadas ganas o que por motivos editoriales tuvo que escribir algo muy ligero.

Mientras escribo de Stephen King (7). Me gusta que King es todo lo contrario a una diva de la literatura. Es un artesano, más parecido a un buen carpintero o a un hábil maestro albañil que a un Miguel Ángel o un Picasso. Me gusta porque en la literatura, como en todas las artes, hay mucha tontería. En este libro King te cuenta episodios autobiográficos de sus primeras experiencias literarias, te da consejos prácticos si quieres dedicarte a la escritura, y te cuenta también su terrible accidente y cómo luchó por recuperarse y volver a escribir. Como todo lo que hace King, muy entretenido y disfrutable.

Cuentos de Julio Ramón Ribeyro (7,5). Alta literatura de uno de los grandes narradores de cuentos. Leerlo significa mejorar tu castellano, si bien Ribeyro no es demasiado técnico. Narrar sumamente bien sin florituras.

Matadero cinco de Kurt Vonnegut (7,5). Muy diferente. Muy trágica y cómica a la vez. Curioso eso de meter episodios autobiográficos de la Segunda Guerra Mundial con la ciencia-ficción, viajes temporales, surrealismo…

La domesticación del azar de Ian Hacking (8,5). Es un denso recorrido histórico por el nacimiento de la estadística. Censos, burócratas, estadísticas de enfermedades, suicidios, crímenes… Quetelet, Durkheim, Comte (¿sabíais que el padre de la sociología era muy crítico con la teoría de probabilidades?), Galton, hasta terminar con la concepción del azar de Peirce. Un gran libro sobre este tema.

El hombre ilustrado de Ray Bradbury (8). Si bien no le había cogido demasiado el punto cuando leí Crónicas Marcianas, con este libro sí que lo he pasado realmente bien. Algunos relatos son chulísimos y el relato final que hila todos… ¡te dejará de piedra!

Axiomático de Greg Egan (8,5). Ciencia-ficción hard. Es un conjunto de excelentes relatos. A mi juicio, muy, muy buenos. De lo mejor que he leído en este género. Eso sí, es hard, no es literatura fácil para leer medio dormido. Desde que lo descubrí, Egan es uno de mis escritores de cabecera. Estoy leyendo Ciudad Permutación y, en breve, me compraré Luminoso.

Soy Leyenda de Richard Matheson (7). Nada que ver con la película de Will Smith. A pesar de sus múltiples defectos como novela, la atmósfera que crea es muy potente ¿Cómo te sentirías si fueras el último hombre vivo sobre la tierra y todas las noches una muchedumbre de vampiros intentara asaltar tu casa? Hay que leerlo de adolescente.

El fin del mundo tal y como lo conocemos de Marta García Aller (7). Un obra muy bien pensada para ser un best-seller, pero que tiene ideas interesantes. Es un análisis del futuro próximo muy razonable y agradable de leer.

Otras mentes de Godfrey-Smith (8). La verdad es que es muy original intentar meterte en la mente de un pulpo y, a partir de ahí, ponerte a reflexionar sobre la mente humana. Curiosos seres estos octópodos. Después de leer este libro te lo pensarás dos veces antes de zamparte un pulpo a la gallega (o no).

Transhumanismo de Antonio Diéguez (8). Muy buena introducción a una de las corrientes culturales más populares de nuestro tiempo. Diéguez explica maravillosamente bien, por lo que toda su exposición es clara y concisa. Recomendado.

El Túnel del Yo de Thomas Metzinger (8). Un excelente libro para adentrarse en el tema de la consciencia de la mano de uno de los filósofos de la mente más relevantes del momento. Examina originales experimentos con extremidades fantasmas, sueños lúcidos, experiencias extracorporales, el mundo de la realidad virtual… Además contiene conversaciones con otros autores como Wolf Singer, Allan Hobson o Vittorio Gallese.

La mente humana de Fernando Broncano (Ed.) (8,5). Recopilación de artículos de filósofos españoles sobre diferentes aspectos de filosofía de la mente. Contando alguna pobre excepción, todos los artículos son de altísimo nivel académico, siendo éste un excelente libro de filosofía de la mente.

Los sauces de Algernon Blackwood (9). Maravillosa literatura gótica de una calidad exquisita. Por supuesto, después de esto hay que leerse El Wendigo del mismo autor ¿Mejor que Lovecraft? Eso ya gustos, opiniones y querencias.

La Máquina Pensante de Jim Jubak (8). Qué lástima que el libro está ya un tanto anticuado (es de 1991), porque hace un magnífico recorrido por la historia de la IA y de sus personajes. Me gustó mucho y disfruté de su lectura.

Inteligencia Artificial de Margaret Boden (7). Una visión rápida, general y bastante decente de la IA contemporánea. Si, de forma rápida, quieres informarte bien del tema, es una buena opción.

Vida 3.0 de Max Tegmark (6,5). En general, demasiado light. Me esperaba más de Tegmark. Son una serie de reflexiones sobre la inteligencia artificial en el mismo tono de los transhumanistas de siempre. Creía que Tegmark no se tragaría tanto el cuento, pero sí lo hace, y mucho.

Aquí hay dragones de Olle Haggstrom (8). Si se quiere saber del futuro próximo de la IA, recomiendo mucho más este libro que Superinteligencia de Bostrom (de hecho, este libro es, en parte, una respuesta). Está mucho mejor escrito y trata más temas (El capítulo sobre el cambio climático es donde mejor he visto explicado el tema).

Superinteligencia de Nick Bostrom (6). Árido, farragoso, aburrido… Una pena para un libro que se toma en serio tomar medidas ante la explosión de superinteligencia que es posible que se avecine. Yo todavía no me lo tomo demasiado, pero entiendo que es interesante plantearse la cuestión. Ya sabéis que me gusta la filosofía de la sci-fi.

Homo deus de Yuvah Noah Harari (8,5). Muy sugerente, provocador. Es una historia del futuro próximo muy entretenida y fácil de leer (si bien decae un poco en su parte central). Tesis fuerte: el humanismo tiene los días contados y será sustituido por las nuevas tecnoreligiones: el dataismo.

Ciencia en acción de Bruno Latour (6,5). Muestra todos los vicios retóricos que se utilizan en la actividad científica. Es una cura de humildad par positivistas pero pierde una parte muy importante de la explicación: los hechos. Intentar comprender la actividad científica sin apelar, en ningún momento, a que la realidad responde a nuestros experimentos (y que eso, digo yo, algo tendrá de importante), es quedarse con la mitad de la historia.

Todo es cuestión de química de Deborah García Bello (5,5). Un manual de química nivel bachillerato. Interesante para refrescar conocimientos, pero me esperaba algo más.

Historias del cerebro de Alejandra Folgarait y Marcelo Merello (7,5). Oliver Shacks en argentino. Casos clínicos curiosísimos en un tono ameno y bien narrado.

Nueva cultura del apocalipsis de Adam Parfrey (7). Recopilación de textos sobre asesinos, trastornados y demás historias truculentas. Original e interesante, ves lo terriblemente loco que está el mundo. Es un buen libro para regalar.

La historia de tu vida de Ted Chiang (8,5). Creo que es la mejor colección de relatos de sci-fi de la actualidad. El titulado El infierno es la ausencia de Dios me pareció magnífico, digno él solo de servir de guión para una película. Lenguajes extraterrestres atemporales (que Villeneuve llevará al cine, ya veremos cómo), pócimas de ultrainteligencia, calignosia inducida (incapacidad de observar la belleza física de un sujeto), torres de Babel que, de verdad, llegan al cielo…

¿Por qué existe el mundo? de Jim Holt (8,5). Amenísima introducción al clásico tema central de la metafísica, mediante entrevistas a personajes como David Deutsch, Derek Parfit, John Updike, Richard Swinburne o Roger Penrose entre otros, sazonado con fragmentos autobiográficos del propio autor. Dedica tiempo al argumento de San Anselmo y a su renovada versión por parte de Alvin Plantinga, a el planteamiento metafísico de Nozick… ¡Incluso nos ofrece su propia respuesta en una prueba! Pegas: a mí al menos me ha parecido algo simplón en algunos ratos. No creo que el problema de la existencia se resuelva en una pequeña retahíla de argumentaciones (aunque hay que entender que es un libro divulgativo). En cualquier caso es una buena lectura que recomiendo sin dudar.

Filosofía mundana de Javier Gomá (6). Estilísiticamente muy correcta. A esto me refiero muchas veces con lo que no debe ser filosofía. Este libro no ha de entenderse como un libro de ensayos filosóficos, sino más bien como un relato de episodios biográficos reflexivos. Si la filosofía se confunde con esto, la mala fama que tenemos los filósofos (y, en general, las humanidades) en un mundo académico gobernado por científicos estará ganada a pulso. En general, algo rancio, antiguo para mi gusto.

Tomándose a Darwin en serio de Michael Ruse (8). Es una obra de referencia para la filosofía evolucionista. Habla de los grandes temas (sobre todo ética y epistemología) a un nivel asequible. La única pega que le pongo (y es grave) es que no me gusta, para nada, como escribe Ruse. Aunque la traducción, seguramente, habrá ayudado a ello, es farragoso y no se lee con fluidez.

La vida bajo escrutinio de Antonio Diéguez (8). Magnífica introducción a la filosofía de la biología. Muy claro, conciso, argumentado. Lo recomiendo absolutamente para quien se quiera meter en estos jardines a nivel académico sin querer complicarse la vida con un manual técnico.

Hasta la vista baby de Jordi Vallverdú (6,5). Ameno ensayo acerca de todo lo que tiene que ver con la filosofía de la información y de las ciencias de la computación. Algunos datos muy interesantes, pero algo ligero. Me hubiera gustado más chicha.

De ratones y hombres de John Steinbeck (8). Lo grande de los grandes es que ya desde la página tres o cuatro, estás sufriendo. En este caso ya percibes la gran vulnerabilidad de la eterna pareja y que la tragedia, tarde o temprano, va a llegar. Tremendismo en la norteamérica de la Gran Depresión. Clásica crítica al american dream.

Este libro le hará más inteligente de John Brockman (ed.). (8) Edge planteó en 2011 la pregunta: ¿qué concepto científico vendría a mejorar el instrumental cognitivo de las personas? Este libro recoge las respuestas de un montón de intelectuales al respecto (son los de siempre: Dawkins, Dennett, Harris, Chomsky, Pinker, Ramachandran, Seligman… los amos del star system norteamericano). A pesar de que el título del libro me parece muy malo, me ha gustado bastante porque es el mejor ejemplo editorial que he visto de economía intelectual. Cada colaborador escribe dos o tres páginas presentando un concepto interesante. Ya está. No hay por qué enrollarse más. Entonces tienes un montón de ideas (muchas muy buenas) en muy poco espacio y en muy poco tiempo de lectura. Enriquece.

Fundamentos de Inteligencia Artificial. Libro III. de Antonio Benítez (6,5). Descripción de varios programas clásicos en Inteligencia Artificial. Este tomo está dedicado a la vida artificial. Lo que me disgusta es que los ejemplos están en el lenguaje Scheme… Yo solo sé algo de Basic y Java, y me da mucha pereza ponerme a aprender otro lenguaje de programación nuevo.

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (8). He disfrutado mucho con esta biografía un tanto novelizada a dos bandas. Stewart nos cuenta de forma muy entretenida las vidas de Spinoza y Leibniz a la par que nos explica sus filosofías. En mi caso concreto, he comprendido algunos conceptos de Spinoza que no tenía nada claros. Tras ello he salido mucho más spinozista de lo que era ¡Qué genio que era ese judío!

¿Por qué nada funciona? de Marvin Harris (6,5). Es interesante como un antropólogo, en vez de hablarnos de las peculiaridades de los himba o de los rituales de los yanomamo, se lanza a describir su propia sociedad. El caso es que los análisis de Harris son de la Norteamérica de la década de los 80 y, claro, ya no tienen demasiada actualidad. Por ejemplo, cuando habla de la automatización que traen consigo los ordenadores, está lejísimos de predecir la llegada de Internet o, en general, los cambios que traerá consigo la revolución de las ciencias de la información. Realmente, las cosas funcionan ahora mejor que en el momento que describe Harris.

Neuromante de William Gibson (7). Me gusta por toda la inmensa cantidad de nuevos términos y expresiones que Gibson introduce para describir ese tecnológico mundo futuro. En ocasiones, es difícil seguir la lectura debido a esta inflación de jerga futurista (que ahora nos parecería retro). Lo que no me ha gustado es que quizá, debajo de todo este barroquismo cyberpunk falta algo. La trama se desarrolla demasiado como si fuese un videojuego, como un juego de rol para frikis.

Vacas, cerdos, guerra y brujas de Marvin Harris (8,5). Excelente. Antropología desde el materialismo cultural propio del autor. El capítulo El cargo fantasma es sublime, pero es que el análisis de los maring, los yanomamo, los bosquimanos o los kwaikutl, no se queda corto. También tiene una interpretación militar-mesiánica de la figura de Jesucristo que se opone a la tradicional visión del Príncipe de la Paz, que a mí, al menos, me ha resultado muy sorprendente. Una lectura que choca frontalmente con nuestras ideas preconcebidas y nos violenta. De verdad, excelente.

El ladrón de cerebros de Pere Estupinya (7). Capítulos muy cortitos y agradables de leer. En algunos momentos es, para mi gusto, demasiado light, pero su gran virtud es que da un panorama muy bueno de la mayoría de los temas de la ciencia actual, además, desde los investigadores más relevantes del MIT. Es divulgación ligera sobre la ciencia más de vanguardia.

Sin máscara de Alfredo Gómez Cerdá (4). Literatura adolescente que leo por obligaciones laborales. Me pregunto por qué si queremos enganchar a lectores juveniles tenemos necesariamente que diseñar personajes tópicos y planos y recrear una y otra vez las mismas historias de siempre. En este caso estamos ante la enésima versión de Romeo y Julieta en un entorno estudiantil, que pretende, de modo totalmente fallido, recrear la vida madrileña simplemente apelando a largas enumeraciones de nombres de calles.

El Cisne negro de Nassim Nicholas Taleb (8,5). Hice una breve reseña aquí. Original y muy divertido. Un Hume con mucha mala leche en nuestro siglo.

Las fronteras de la vida de John Postgate (7). Ojalá el señor Postgate hubiera sido mi profesor de biología en el instituto. Magníficas explicaciones de cómo se enfrentan a sus adversos entornos los organismos extremófilos. Lo peor es que se hace repetitivo: cada capítulo representa un tipo de bichos y su entorno, y así sucesivamente.

Escalando el monte improbable de Richard Dawkins (8,5). Es una delicia lo bien que escribe el controvertido inglés. El libro es una justificación del darwinismo a través de muchos argumentos y maravillosos ejemplos sacados de la zoología. Por ejemplo, los capítulos dedicados a la tela de las arañas o al origen de las alas, son sublimes. Obras como ésta hacen que ames la biología.

¿Quién manda aquí? de Michael Gazzaniga (7,5).  El autor nos explica las conclusiones sobre sus extraordinarios experimentos con cerebros escindidos y también reflexiona sobre el libre albedrío a partir de la neurociencia y de la física. Algunas argumentaciones y descubrimientos muy, muy sugerentes y evocadores. Buen libro.

El espejismo de la ciencia de Rupert Sheldrake (6,5). El autor tiene buenos conocimientos de filosofía e historia de la ciencia y, mediante ellos, ataca la filosofía dominante detrás del paradigma científico actual: materialismo y mecanicismo. Sheldrake mantiene un organicismo holístico y teleológico. El problema radica en que las pruebas que ofrece para sustentar sus tesis son escasas y pintorescas (¡utiliza la inedia con ejemplos de santos y monjes orientales como prueba para atacar el principio de conservación de la energía!) y, en ocasiones, pura sci-fi o , incluso, magufería. Sus atractores, creodas y resonancias mórficas necesitan de nuevos tipos de energía totalmente desconocidos por la ciencia actual. Un libro sugerente pero basado en evidencias terriblemente endebles que rozan, y tocan, la pseudociencia.

Filosofía de la mente de Carlos Moyá (8). La mejor introducción a la filosofía de la mente en castellano que he leído hasta la fecha. Explicaciones claras, precisas y rigurosas. Si yo impartiera una asignatura universitaria de Filosofía de la mente, este sería mi manual.

Neurociencia para Julia de Xurxo Mariño (6,5). Divulgación efectiva. Muy didáctico, bien escrito y bastante actualizado con respecto a lo que se sabe del cerebro. Eso sí, básico.

El futuro de nuestra mente de Michio Kaku (7). Por la portada de mi edición (de la editorial Debate) y por los títulos de los capítulos (en los que se habla de telekinesis o telepatía entre otros polémicos temas), parecería un libro de autoayuda magufa. Pero nada más lejos de la realidad. El tratamiento de los temas por parte de Kaku es absolutamente científico. Es cierto que especula con el futuro, pero dentro de lo lícitamente especulable dado lo que sabemos y las perspectivas futuras de la ciencia y la técnica. Yo, sobre todo, he aprendido cosas de escaneo cerebral que no sabía. Sugerente, asequible, entretenido.

Máscara de Stanislaw Lem (8). Me gustó menos que Vacío PerfectoMagnitud Imaginaria pero, igualmente, tiene relatos magníficos. Lem me sigue pareciendo el mejor escritor de ciencia-ficción que ha habido.

Incógnito de David Eagleman (5,5). Demasiado ligth, demasiado diseñado para ser un best seller. Trata de las últimas evidencias científicas acerca de la importancia del inconsciente. Muy basiquito, no he aprendido nada que no supiera ya.

El club de la lucha de Chuck Palahniuk (7,5). La película es bastante fiel al libro. Voy a ser pedante: es la posibilidad de una Iliada en tiempos postmodernos, la vuelta del héroe homérico a nuestros días. Ese es Tyler Durden, un Ulises esquizofrénico dispuesto a terminar con un mundo decadente. Testosterona y virilidad contra el vacío existencial. Novela original, muy bien hecha.

Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros  de Konrad Lorenz (7,5). Precioso librito lleno de anécdotas de las relaciones con los animales que tuvo en vida Lorenz. Con él aprendes más zoología que con muchos manuales y exuda un amor por el mundo natural que produciría más ecologistas que un manifiesto de Greenpeace.

Primates y filósofos de Frans de Waal (7). Muy documentado estudio de la moral en los primates. Mi edición viene con ciertos comentarios críticos de otros pensadores que están bastante bien. Recomendable para entender que provenimos del simio.

La nariz de Charles Darwin y otras historias de neurociencia de José Ramón Alonso (3). Las anécdotas de neurociencia que todos ya sabemos, contadas a un ritmo demasiado ligero y superfluo. Divulgación demasiado ligth.

Vacío perfecto de Stanislaw Lem (9). Uno de los mejores libros que he leído. Es un original conjunto de reseñas a libros imaginarios. Denso, cultísimo, Lem construye (y destruye), prácticamente, una historia de la cultura. Se ríe de todo y de todos (incluso de sí mismo) con una finísima ironía. Habla de Joyce, de Defoe, de la pornografía, de inteligencia artificial y de cosmología (no podían faltar), de la posibilidad (o imposibilidad) de crear novelas o de ser un genio, de la creación de mundos y vidas virtuales… Es como Borges, pero a mi juicio, mejor.

La invención de Morel de Bioy Casares (7). Literariamente magnífica. Clásico juego de un personaje que no sabe si está loco o no, si su mundo es realidad o apariencias, con una explicación final bastante original y con ciertas reflexiones memorables. Es la serie Lost para cultos.

Como vivimos, porque morimos de Lewis Wolpert (7) . Todo lo que usted quiso saber sobre las células y nunca se atrevió a preguntar. Muy divulgativo (quizá algo básico). He aprendido mucho con él.

La singularidad está cerca de Ray Kurzweil (6). Tiene información valiosa pero es un ladrillo. Después de su larga lectura creo que casi no he aprendido nada que no supiera. Y, desde mi campo, la filosofía de la mente, es terriblemente ingenuo.

Yo robot de Isaac Asimov (6). Divertidos e inteligentes cuentos sobre robots. No obstante, se hace un tanto cansino que siempre esté jugando con los flecos de las leyes de la robótica y no con otros aspectos, quizá más interesantes, de la mente de un robot.

Los juegos del hambre de Suzanne Collins (3). Producto comercial hecho específicamente para lectores adolescentes. Poco original (Mezcla de Battle Royal y de 1984) pero, como suelen ser estos productos, entretenido y algo adictivo. Lo mandé leer a mis alumnos de Ética y les ha encantado. Todo sea porque se animen a leer.

Campo de fresas de Jordi Sierra i Fabra (3). Producto fabricado para ser leído por adolescentes y que ni se droguen ni acaben bulímicos. Cumple con sus objetivos. Lo mejor es que el ritmo es trepidante y lo peor es que los personajes son terriblemente estereotipados y que, simplemente, es una novela juvenil sin otra pretensión.

2001: una odisea espacial de Arthur C. Clarke (8,5). Después de leer esta fascinante novela uno no mira el universo del mismo modo. Me hace gracia cuando los críticos de cine dicen que la película homónima de Kubrick tiene muchas interpretaciones, varias lecturas. No, tiene una: la del libro que no habéis leído. Al leerlo comprenderás la película sin la menor dificultad. Ésta, a pesar de ser una maravilla visual, no iguala la grandiosidad de los escenarios que narra Clarke. Una grandísima novela: la soledad del cosmonauta, su aislamiento e insoportable rutina, la inmensidad del universo, el peligro constante en el que cometer el más mínimo error te cuesta la vida… y, por supuesto, Hal 9000.

Cita con Rama de Arthur C. Clarke (8). Sci-Fi de la buena, de la muy buena. Ritmo trepidante, mucha preocupación por dar una buena base científica a lo que se cuenta, muy emocionante… Me han encantado las largas caminatas de los astronautas en el silencio y la oscuridad del espacio inmenso dentro de Rama, el mar cilíndrico, los orgullosos mercurianos, el profesor Perera… El vuelo de la libélula es alucinante.  Había un proyecto para hacer la película pero parece que se abandonó. Una lástima porque la novela es perfecta para una peli en plan Gravity + Avatar. 

¿Qué debes saber para parecer un cinéfilo? de Jesús Palacios (5).  Cumple perfectamente lo que promete. Es una sucinta historia del cine muy útil como introducción al séptimo arte. A mí me ha gustado, simplemente, porque he aprendido mucho que no sabía en mi casi total ignorancia del tema. Es curioso como en una realidad en la que el cine es la más potente de las artes, no tengamos ni idea de ella. En el sistema educativo actual no se le dedica absolutamente nada de tiempo, ni siquiera en las asignaturas de historia del arte. Claro que igual andamos con la música.

Magnitud imaginaria de Stanislaw Lem (8). Este polaco es el Borges de la ciencia-ficción. Tiene algunos puntos de humor buenísimos y su idea de utilizar la ciencia-ficción para especular con total libertad sobre temas filosóficos es muy inteligente. El prólogo de las bacterias que aprenden, se comunican en morse y predicen el futuro es, sencillamente, genial. Sin embargo, tanto neologismo y tanta historia imaginaria de la ciencia, se me ha hecho algo repetitivo. En Solaris ya había hecho lo mismo de forma lo suficientemente prolija.

Tiempo de rupturas de Eric Hobsbawn (8). Libros así hacen subir la comprensión de ciertos fenómenos, en este caso diversos aspectos de la historia de la cultura en el siglo XX, varios órdenes de magnitud. Portentosa erudición, historia con H mayúscula.

Drácula de Bram Stoker (8). La mejor novela de vampiros jamás escrita. Un novelón, con todos sus encantadores defectos y toda su infantil ingenuidad romántica.

La máquina de las emociones de Marvin Minsky (7,5). Un montón de buenas ideas acerca de como funciona la mente. Fácil, divertido, divulgativo, interdisciplinar. «La mejor manera de comprender como funciona la mente es diseñar una», Minsky dixit.

Demostrando a Darwin de Gregory Chaitin (3). Muy decepcionante. Me esperaba mucho más de este hombre. Una parte del libro es absolutamente inasequible para los no matemáticos y la parte que es asequible es un conjunto de flipadas posmodernas: Feyerabend, Bergson, Deleuze, matemáticas creativas versus determinismo mecánico que termina por ser una prisión para la mente y la sociedad… Chaitin repite hasta la saciedad lo maravilloso de la creatividad la cual, evidentemente, no define. Es un mal libro de divulgación si es que eso es lo que pretende y también es la enésima vez que un científico se mete en filosofía sin saber demasiado de ella y, y esto si que es malo, sin ser demasiado buen escritor.

Tres diálogos entre Hylas y Philonus de George Berkeley (8,5). Trabajé sobre esta obra en la Universidad y ahora la he vuelto a releer. La sensación es la misma que entonces. Recuerdo que me lancé a hacer una feroz crítica al planteamiento de Berkeley para, al final, darme cuenta de que no conseguía refutar nada y que mis argumentos eran inermes como gotas de agua chocando con una muralla de piedra. Así te das cuenta de que cuando un pensador se convierte en un clásico de la historia de la filosofía es por algo y que un joven e impaciente estudiante es precisamente eso: un joven e impaciente estudiante al que le queda mucho por aprender. Pues eso, una gran obra de filosofía.

Vidas sintéticas de Ricard Solé (6,5). Algoritmos de inspiración biológica aplicados a toda clase de disciplinas: desde la evidente fabricación de vida artificial hasta cosas tan curiosas como el crecimiento de ciudades o el crecimiento demográfico. Muy interesante y magistralmente escrito, aunque, al final se me hizo algo repetitivo.

Una historia de la mente de Nicholas Humphrey (7,5). Filosofía de la mente magníficamente escrita e ilustrada con múltiples ejemplos literarios. Sobre todo se centra en temas de percepción y consciencia. Lo he pasado muy bien leyéndolo.

La nueva filosofía de la mente de Pascual F. Martínez-Freire (5). Muy sencillo y didáctico. Es una buena introducción para el estudiante de filosofía que quiera saber algo de la actual filosofía de la mente de corte anglosajón: Wittgenstein, Ryle, Searle, Fodor, Putnam…

La Isla del doctor Moreau de H. G. Wells (6,5). Clásico de la ciencia-ficción sin más misterios. Entretenido, emocionante, muy adecuado como literatura adolescente.

Pensar por pensar de Manuel Cruz y Manuel Delgado (6). Un antropólogo y un filósofo, debaten de forma culta e inteligente sobre diversos temas: el amor, la memoria histórica, la posibilidad de llegar a la verdad, las ideologías políticas, etc. Aportan ideas y perspectivas, generan opiniones (o, al menos, a mí me las han generado). Una aceptable y enriquecedora lectura.

La máquina del tiempo de H. G. Wells (6). Algo apresurada pero muy original. Cuando uno espera que, al viajar al futuro, va a encontrar una civilización muy avanzada tecnológicamente, se encuentra con el subdesarrollo a todos los niveles de los morlocks y los eloi. Wells  reflexiona sobre la idea de la lucha de clases en términos de evolución darwiniana (citando al mismo Darwin). Sin embargo, me he quedado con muchas ganas de más. Wells podría haber jugado con muchas más cosas: viajes al pasado (el misterioso viajero del tiempo solo viaja al futuro más remoto), paradojas temporales… Incluso la trama de los terroríficos morlocks podría ser algo más elaborada. También es extraño que viajando, nada más y nada menos, al año 802701 uno encuentre cerillas, fusiles (aunque oxidados e inútiles) o dinamita. Hubiera sido más interesante encontrarse maravillas incomprensibles tal como le pasaría a un hombre del medievo con Internet (si bien Wells cita algunas máquinas que resultan herméticas para los conocimientos del viajero).

Solaris de Stanislav Lem (9). Atmósfera asfixiante bien conseguida, tema muy interesante y bien llevado (contacto con una vida extraterrestre que estamos lejos de comprender, inconmensurable en términos kuhnnianos) y con una base científica muy elaborada. Gran parte de la novela narra las diversas, y todas fallidas, teorías que intentaron inteligir la inexplicable conducta de ese océano viviente que es Solaris. A día de hoy es la mejor novela de Ciencia-ficción que he leído .

La Tercera Cultura de John Brockman (Ed.) (3). La peor de la saga que llevo leída. La mayoría de los artículos vienen a decir lo guay que es el autor y lo provechoso y revolucionario que es lo que está investigando sin explicar con demasiada profundidad lo que es. Demasiado superficial. Pérdida de tiempo.

Ensayos de Michel de Montaigne (9,5). Si me dijeran que todos los libros que existen van a ser quemados en una gigantesca hoguera y me dieran la enorme responsabilidad de salvar diez o doce, los ensayos de Montainge estarían, sin vacilación alguna, entre ellos. Absolutamente deliciosos, sabiduría, sentido común, honestidad, amor al saber y a la vida… Renacimiento.

Los cien táleros de Kant de Pietro Emanuele (4). Es una historia de la filosofía muy light a través de anécdotas y ejemplos curiosos. Lo he leído, precisamente  para ver si esos ejemplos podrían valerme para amenizar mis clases. Sólo recomendable para legos que quieran pasar un rato ligero y agradable.

Crónicas marcianas de Ray Bradbury (6,5). ¿Qué pasó cuando los seres humanos colonizaron Marte? Ciencia-ficción de la buena en el sentido de ser buena literatura: de estar bien escrita y de mostrar ideas profundas. Me lo he pasado bien leyéndolo.

Mente de John Brockman (Ed.) (7). Artículos variados de los pensadores de Edge. Tenemos a Pinker, Ramachandran, Zimbardo, Braon-Cohen, Dehaene, etc. Tan recomendable como cualquier otro de la serie de Brockman que ha editado Crítica. Artículos muy frescos y sugerentes.

Cultura de John Brockman (Ed.) (7).  Es una colección de artículos del círculo de intelectuales alrrededor de Edge. Jared Diamond, Denis Dutton, Daniel Dennett, Jaron Lanier, Nicholas Christakis, etc. Ideas frescas, nuevas, que vienen bien ante tanto olor a rancio. Se habla del impacto de Internet en nuestras vidas, del poder y la tecnología, de la nueva educación, de la evolución de la cultura, etc. Muy recomendable. En la misma colección en Crítica, ya han sacado otra colección de artículos sobre el universo y sobre la vida. Ahora mismo voy a comprarlos.

La trilogía de la noche de Elie Wiesel (7). Literatura sobre el holocausto contada en primera persona. Es muy interesante la negación psicológica de los judíos ante lo que les estaba pasando. Había una fuerte negación de la realidad que no se hizo patente hasta que uno se encontraba duchándose en Auschwitz. Brutal, salvaje, crudísimo… Hay pasajes que ponen los pelos de punta incluso después de haber visto cien películas sobre el mismo tema. Pues eso, el genocidio en todo su esplendor.

La naturaleza de la conciencia de Hacker, Bennett, Searle y Dennett (6,5). Los diferentes autores discuten sobre temas de filosofía de la mente: la atribución de predicados psicológicos al cerebro, los qualia, etc. Las explicaciones son lentas y simplonas… no me ha gustado demasiado.

Los retos actuales del darwinismo de Juan Moreno (6). Es una defensa a ultranza del darwinismo. No me gusta su estilo narrativo y creo que algunos argumentos cojean o se los zanja en dos frases (como en un blog). No obstante, mantiene una rica erudición y es bastante completo.

La tabla rasa de Steven Pinker (7). Lo bien que este psicólogo cognitivo escribe hace que sea sospechosamente convincente. Pero hasta que alguien me saque de mi dulce  sueño pinkeriano, he de darle la razón.

La mente mecánica de Tim Crane (5,5). Es una introducción muy asequible a los problemas actuales de la filosofía de la mente. Se centra en el problema de la representación y en la teoría computacional de la conciencia.

Gödel para todos de Guillermo Martínez y Gustavo Piñeiro (3). Para todos, para todos… demasiado parco en las explicaciones y pobremente escrito. A mí se me ha hecho difícil en muchas partes. No es, desde luego, la obra definitiva sobre Gödel.

Los lógicos de Jesús Mosterín (7). Está bien para hacer un recorrido ameno por los grandes lógicos del Siglo XX (Frege, Russell, Gödel, etc.) y para introducirse en las problemáticas de la lógica moderna. Recuerdo que leí algunos capítulos en la universidad. A ver si releyéndolos recuerdo tiempos dorados.

El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon (7). Muy cortito y entretenido. Te enteras muy bien de cómo funciona la mente de un autista por dentro y te sientes más comprensivo y tolerante con esa gente. Me encanta cómo el desdichado protagonista opera siempre siguiendo unas pautas muy ordenadas y una fría lógica. Le envidio. Las personas «normales» actuamos de modo mucho más disperso y voluble. ¿Quizá hay muchos estilos cognitivos diferentes y el nuestro no es necesariamente el mejor?

Historia de la cosmología de Helge Kragh (7). Despacha toda la cosmología griega (incluyendo el complejo universo aristotélico) en unas pocas páginas para dedicar mucho más espacio a la cosmología contemporánea. Es una muy aceptable y erudita introducción histórica a la cosmología.

La mente de Dios de Paul Davies (8). Leído por recomendación de Héctor, lo he devorado en unas tardes. Muy fácil de leer, algo básico para filósofos, muy bueno para científicos. Toca temas clásicos de la filosofía de la ciencia pero desde perspectivas diferentes a las tradicionales. Me han interesado algunas reflexiones hechas desde la teoría de la computación, aunque, al final Davies se vuelve demasiado teísta para mi gusto. Si te gusta este Blog, muchas de las cosas de las que aquí hablamos se encuentran en este libro.

Conversaciones sobre la conciencia de Susan Blackmore (7). Consiste en una serie de entrevistas a los más eminentes científicos y filósofos dedicados al tema de la conciencia (David Chalmers, los Churchland, Dennett, Searle, Penrose, Varela, etc.). Me está gustando bastante. Lo recomendaría como un manual de introducción a la filosofía de la mente actual pues cada entrevista es un pequeño resumen de la teoría del entrevistado. Es interesante que a todos estos pensadores, aparte de preguntarles por sus principales tesis, se les pregunta también por sus creencias de ultratumba y por cómo su investigación ha cambiado su vida.

El sótano de Thomas Bernhard (8). Tiene un estilo narrativo muy curioso: todas sus obras (o, por lo menos, las que he leído) sólo tienen un párrafo. No las divide ni en capítulos. Todo de un tirón. Además, es machacón, deliciosamente repetitivo. Parece como si estuviera buscando la expresión exacta pero contándote todo el mismo proceso de búsqueda, es decir, escribiendo todas las demás frases fallidas. Tiene una visión tremendista del ser humano, sin concesiones, sin dejar títere con cabeza: un mundo negro, negro, la cruda verdad. Recomiendo cualquiera de sus libros (el que más me llenó fue El sobrino de Wittgenstein).

Entre lobos y autómatas de Víctor Gómez Pin (4). Como puede predecirse viendo el titulo, el libro es una critica a la concepción del hombre tanto como una máquina como un animal, posturas éstas que según el autor llevan a un antihumanismo. Gómez Pin se mueve en el clásico discurso de la irreductibilidad del hombre: no podemos decir que el hombre sea exclusivamente eso ni exclusivamente lo otro, acusando toda concepción de reduccionista. Por ejemplo, para criticar la visión del hombre como máquina se apoya en el vitalismo utilizando el concepto griego de thymós. Dice: el hombre no es sólo una computadora ya que tiene thymós… ¿No había quedado el vitalismo desterrado de la ciencia desde hace más de cincuenta años? No obstante, la obra tiene algunas reflexiones interesantes.

El cerebro accidental de David Linden (8). El autor trata de mostrarnos la enorme chapuza evolutiva que es el cerebro. Para referirse a él utiliza el gracioso término kludge: algo ineficiente, torpe, tonto, feo, falto de elegancia e incomprensible, pero que, sin embargo, funciona bastante bien. Cuenta muchas cosas que yo no sabía en un tono sencillo y muy asequible a los legos. Divulgación científica de calidad.

El Aleph de Jorge Luis Borges (8,5). De lo mejor que puede leerse (y releerse. Recuerdo que cuando lo leí por primea vez, allá por la residencia de estudiantes charra, no me llamó demasiado la atención; pero claro, yo entonces era otro). Su castellano es maravilloso a pesar (y a pro) de su pedante erudición. Su calidad es tal que, automáticamente después de leerlo, uno escribe  mejor. Frases enmarcables al lado de reflexiones filosóficas de notable profundidad. Juegos de espejos, de sueños dentro de sueños, de instantes y eternidades, de repeticiones y originalidades. Una maravilla.

La Odisea de Homero (8,5). La estuve releyendo (pues quiero saberla bien) en mi viaje por las islas griegas (qué lectura mejor adecuada a los hechos). Lo que resulta notable es la actualidad de una obra pensada hace unos veintiocho siglos, tesis que refuerza, una vez más, lo griegos que somos. Occidente nació en el Egeo.

La peligrosa idea de Darwin de Daniel Dennett (7,5). Amena, bien explicada, imprescindible para hacerse una idea de las enormes connotaciones que la convulsión darwiniana trajo consigo. La mejor idea que jamás a nadie se le ocurrió, según Dennett, es rematadamente simple pero rematadamente compleja de comprender en todos sus matices y consecuencias.

Técnica y civilización de Lewis Munford (9). Combina una magnífica erudición con unas interpretaciones históricas tan agudas como sorprendentes. Obra imprescindible si se quiere comprender qué significa realmente la modernidad y, quizá, lo mejor que he leído en mucho tiempo.

La carretera de Cormac McCarthy (7). La película me gustó y decidí leer la novela. Es de lo más desolador que jamás he leído. Desesperación sin concesiones.

El quinto milagro de Paul Davies (8). Un acercamiento al tema del origen de la vida desde este físico metido a filósofo. A mi juicio, lo mejor que he leído hasta la fecha sobre el tema.

Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena (6). Un best seller como cualquier otro, eso sí, bien hecho. Se lo mando leer a mis alumnos de psicología y les suele gustar mucho. No sé que tienen los tenebrosos psiquiátricos y la difusa barrera entre la cordura y la locura para fascinar tanto.

Alan Turing. El hombre que sabía demasiado de David Leavitt (6,5). Biografía de Turing. Demasiado al estilo norteamericano: No puede haber un párrafo en el que se digan las cosas sin más, sino que siempre ha de aparecer una referencia a un libro que ha leído el autor o cualquier otra historieta paralela para hacer un ingenioso juego de analogías que muestre lo listo que es Leavitt y lo profundo o poético que es su análisis. Yo únicamente quería saber quién era Turing. Se centra demasiado en su faceta homosexual (es que hay que vender morbo), aunque es ameno y explica relativamente bien las aportaciones matemáticas de este gran genio.

El Universo de la conciencia de Gerald Edelman y Giulio Tononi (7). Muy riguroso (me encanta que un médico controle perfectamente todo el panorama de la filosofía de la mente actual y no sólo toque de oídas como suele ser lo habitual). Promete mucho en la introducción (que va a resolver el problema duro de la conciencia, nada más y nada menos), así que estoy con el corazón en un puño, avanzando con ansiedad página tras página. Supongo que no resolverá nada (si así fuera le habrían dado otro Premio Nobel), pero quizá dé algunas líneas interesantes. Ya os contaré.

El hombre mecánico de Hans Moravec (5). Divulgación sobre robótica. Algo básica para mi gusto. Una cosa es que no pongas cadenas de ecuaciones y otra es que todo seas tan general y superficial que no digas nada que cualquiera sabría con un poco de sentido común. También se flipa bastante con las posibilidades de la inteligencia artificial. Moravec es lo que Jaron Lanier llamaría un sacerdote de la nueva religión robótica.

El juego de Ender de Orson Scott Card (4). Con eso de estar investigando sobre conciencia e inteligencia artificial, me he propuesto leerme algunas novelas de ciencia-ficción, para ver si saco de allí alguna idea o, como mínimo, me empapo del zeitgeist que hay detrás de las fantasías de los ingenieros. Sin embargo, mis prejuicios de cultureta gafapasta sobre la ciencia-ficción se están cumpliendo: novelita ligera para niños. Y dos cosas: ¿Cuánto le han pegado de pequeño a Scott Card? y ¿Es Bonzo Madrid un nombre típicamente español?

The World in my Mind, My Mind in the World de Igor Aleksander (7). Es imperativo categórico leer libros en inglés y no sólo para que el inglés no se oxide, porque ¿para qué quieres que el inglés no se oxide si no es para poder leer libros en inglés?. Uno pronto se da cuenta de la ingente cantidad de publicaciones en la lengua de Shakespeare en comparación con la pírrica  producción en la de Cervantes con respecto a ciertos temas (a casi todos). Si quieres estar en el mundo… to be or not to be. Respecto al libro en cuestión, me gusta leer algo de alguien que apuesta fuertemente porque la máquinas podrán tener consciencia entre tanto filósofo descreído.  Dice que le llaman «dirty reductionist» o «unthinking funcionalist»… ja, ja. Lo raro es que aún no le hayan dicho «dogmatic and fundamentalist positivist».

Inteligencia Artificial de Jack Copeland (8). Indispensable introducción a la filosofía de la Inteligencia Artificial que bien podría servir de manual para cualquier curso o asignatura del mismo tema. Claridad meridiana en las explicaciones (incluso trae algún ejercicio para que intentes resolverlo) y argumentos. Nada de retóricas ni embellecimientos estilísticos que suelen ocultar con pomposidad su auténtica pobreza. En otras palabras, filosofía asequible, como toda debería ser.

El cerebro y el ordenador de John Von Neumann (5). Último escrito en vida  de Von Neumann, breve obrita sólo interesante para un historiador de la informática al que le interesen los problemas a los que se enfrentaban los pioneros de esta noble ciencia y la gran visión que tenía de ella Von Neumman (que no eran muy diferentes a los que se enfrentan ahora. ¿Quién decía que enfrentarse una y otra vez a los mismos problemas era asunto único de la filosofía?).

El nuevo debate sobre la Inteligencia Artificial de Stephen R. Graubard (comp.) (7,5). Es una colección de artículos de intelectuales como Seymour Papert, Tomaso Poggio, Hilary Putnam, Daniel Dennet o Paul McCarthy sobre el tema en cuestión.

Sueños de robot de Isaac Asimov (6,5). Cuentecillos en donde se ahondan los problemas éticos o filosóficos de la futura convivencia con robots pensantes. Entretenidos e interesantes.

El científico rebelde de Freeman Dyson (6,5). Interesantes opiniones de este científico sui generis sobre diversos temas. Muy recomendable para los jóvenes científicos que comiencen ahora sus estudios. Un hombre inteligente hablando de historia de la ciencia, de las armas nucleares o del fanatismo de los militares.

Mensajeros del paraíso de Charles E. Levinthal (5,5). Me parece un poco anticuado.  Utiliza mucho el modelo del cerebro trino de McLean, el cual ya no está muy de moda. Te cuenta la apasionante historia del descubrimiento de las endorfinas, pero se queda en la década de los setenta. Supongo que en los siguientes treinta años, algo habrá pasado.

El cerebro nos engaña de Francisco Rubia (6,5). Está muy bien como combina teorías filosóficas de diversa índole con los últimos descubrimientos en neurología. Muchas cosas que yo no sabía. Nos encontramos desde el psicoanálisis más especulativo hasta los experimentos más rigurosos. remuévase, agítese y a reflexionar. Conclusión: el cerebro hace cosas muy diferentes a las que todo el mundo pensaba.

El mal de la escuela de Daniel Pennac (7,5). Junto con El Emilio de Rousseau, lo pondría como libro de lectura obligatoria para cualquiera que se vaya a dedicar a la docencia. La educación desde el punto de vista del zoquete. Entre tanto legislador estadista y pedagogo obsesionado por las TICs, necesitaba leer algo así.

El misterio de la conciencia de John Searle (7). Constituye una defensa del biologicismo de Searle ante el negacionismo de Dennett o Churchland, o el dualismo de Eccles o Chalmers, haciendo un recorrido crítico por las obras de dichos autores y de otros (Crick, Penrose, Edelman). Es un buen libro para tener una visión global del pensamiento de todos estos autores. Claridad expositiva ejemplar y yo dándome cuenta de que era searleano cuando hacía años que no lo leía. Me hace gracia cuando piensas algo, te parece una chorrada sin importancia, y luego descubres que alguien importante ha pensado lo mismo cincuenta años antes. De repente, ya no es una chorrada, sino un gran argumento que te animas a defender con seguridad casi dogmática en cualquier foro. Pues eso mismo ha sido para mí Searle.

El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl (6,25). Un psicoanalista en Auschwitz desde la lejanía de la perspectiva psicológica. Moraleja: el hombre puede encontrar el sentido, incluso la felicidad en las condiciones más adversas. Es bonito. Un buen libro para regalar.

Controversia entre mentes y máquinas editado por Alan Ross Anderson (5,5). Es una breve colección de artículos clásicos sobre el tema de si una máquina puede pensar. Está el clásico de Turing y otros de Putnam, Scriven, Paul Ziff, etc. En general, no me han aportado demasiado a lo que yo sabía. Muchos son simples apuntes terminológicos que no van a lo crucial.  Me ha gustado algo más el artículo de Gunderson.

Inteligencia artificial y hombre natural de Margaret Boden (7,5). Libro denso, técnico, difícil. Describe pormenorizadamente diversos proyectos clásicos de AI: PARRY, ELIZA, SHRDLU, etc. Nos dice como funcionan y critica su funcionamiento.

La revolución copernicana de Thomas S. Kuhn (8,5). Excelente introducción a la cosmología. Un recorrido histórico que parte de las cosmologías primitivas para centrarse en la aristotélica y la copernicana. Las explicaciones son muy claras y tienen la virtud de enseñarte, colateralmente, multitud de información útil sobre astronomía. Muy buena obra.

Máquinas que piensan de Pamela McCorduck (8). Amena y divertida historia de la Inteligencia Artificial. Llena de datos biográficos interesantes de personajes tan llenos de talento como poco conocidos para el público general. Gente como Warren McCulloch, Claude Shannon o Hebert Simon. Muy amena, asequible e intelectualmente divertida introducción a las principales teorías causales en torno a los fenómenos sociales. Una apuesta por los mecanismos en contra de la búsqueda de leyes universales.

Filosofía zombi de Jorge Fernández Gonzalo (3). Original análisis de la sociedad actual a partir de las películas de George A. Romero. Demasiado posmoderna para mi gusto y, a la postre, irrelevante. Estéticamente correcta pero trivial.

El cerebro ejecutivo de Ekhonon Goldberg (6,5). Muy ameno, con ecos de Oliver Shacks (No es casualidad que él sea quien lo prologue). Interesantes reflexiones acerca de los últimos avances en neurología. Una cosa que últimamente comienza a molestarme es por qué todos los libros de divulgación acerca del cerebro tienen que explicarte qué es una neurona y demás cosas que ya se estudian en tercero de la ESO (o se estudiaban antes).

El dilema del prisionero de William Poundstone (7). Introducción a la teoría de juegos y a la vida de nuestro ilustre Johnny Von Neumann. Muy bien explicado y asequible a los legos (ni una sola fórmula, ni un número en todo el libro aun cuando no se hace otra cosa que explicar una teoría matemática. Eso tiene mérito). Lo aconsejo.

La mente de Paul Thagard (5,5). Muy asequible introducción a las ciencias cognitivas. Está escrito casi como un manual para clase. Empezó algo aburrido, pero después se puso mejor. Obra correcta para conseguir lo que promete el título.

El elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam (7,5). Una golosina. Cortito y muy divertido. Cuando uno lee clásicos no deja de sorprenderse la actualidad de la vida de hombres que vivieron hace cientos de años. Delicioso.

El golem de Gustav Meyrink (7). Novela extraña, angustiosa, devastadora. Hecha por y para mentes muy enfermizas o enfermas. Recomendable.

Decodificando la realidad de Vlatko Vedral (6). Aplica la teoría de la información de Shannon a diferentes aspectos de la realidad, desde la biología o los juegos de azar a las relaciones sociales, dedicando gran parte del libro a la física cuántica. La tesis principal del texto es que el concepto de información es una noción física más fundamental que las de calor, trabajo, masa o energía. Ameno, muy divulgativo, pero el caso es que después de leerlo sigo sin tener nada claro qué es la información y creo que Vedral no consigue explicarlo bien por mucho que se esfuerza en hacerlo.

Y el cerebro creó al hombre de Antonio Damasio (7,5). Ideas muy, muy interesantes de cómo entender qué es el cerebro y para qué vale. Damasio entiende que no hay que entender el cerebro como algo separado del cuerpo y de sus funciones, así como de sus orígenes biológicos. Buena obra.

Homo cybersapiens de Tirso de Andrés (6). Está bien hasta que empieza a hacer metafísica de la antigua, de esa que los positivistas lógicos denunciaron con mucha razón. Uno va leyendo y siempre tiene la sospecha de que todo es palabrería. Es lo que tiene la EUNSA.

Mente y materia de Erwin Schrödinger (4). Un físico muy inteligente metiéndose en temas de los que no tiene demasiado conocimiento. Su tesis principal es que la visión objetiva de la realidad ha tenido como lamentable consecuencia la expulsión de la subjetividad. Así, no podemos estudiar la conciencia de modo objetivo. Bueno, supongo que Schrödinger tendría ideas distintas si hubiera conocido los últimos avances de las ciencias cognitivas.

Redes complejas de Ricard Solé (5,5). Teoría de grafos aplicada a diversos campos: neurología, ecología, Internet, genomas… Lo que me hubiera gustado es que explicara con mayor profundidad los conceptos clave: mundo pequeño, red libre de escala, límite de percolación… Si lo que sabemos de las redes complejas es lo que se expone en el libro, sabemos muy, muy poco.

El otro barrio de Elvira Lindo (6,5). Muy buen libro, excelentemente escrito. Además cortito (Qué harto estoy de tochos infumables). Hay que regalárselo a alguien.

Gödel, Escher, Bach de Douglas R. Hofstadter (7,25). Muy divertido, excelentemente escrito, sugerente, evocador. Si quieres enterarte de lo que realmente quiere decir el teorema de incompletitud de Gödel, este es tu libro. Pero, además, tiene muchísimo más: una catarata de reflexiones muy sugestivas sobre filosofía de las matemáticas. Si te gustan las paradojas y los espejismos de la razón, este es un libro ineludible.

La lectura de los malos libros enseña a ver sin horror el mal, a hablar de él sin pudor y a cometerlo sin avergonzarse.

Agustín de Hipona

comentarios
  1. Jose dice:

    Me gustaría tener más tiempo para dedicarle a la lectura como tu lo haces. Felicitaciones y gracias por compartir lo que lees.

  2. Gracias José.

    Uno nunca tiene suficientemente tiempo para todo lo que hay que leer.

    Un saludo.

  3. vicenç dice:

    es un consol sapiguer que hi han persones com el que ha escrit tant interessant resum. Son un ajud i guia pels que tenen desig de coneixement, gracies.

  4. neuronacalva dice:

    ___De verdad Amigo Santiago, debo felicitarte por la hermosa bibliografía que has leído y que estás leyendo en la actualidad.
    ___Uno a veces añora disponer del tiempo necesario para ingresar a nuestro campo de conocimientos, los títulos que por ejemplo tu nos prersentas y compartes.
    ___Desde Argentina, un gran abrazo.

  5. Bcn-30 dice:

    Hola Santiago!
    Me llamo Josep, y soy de Reus, en Tarragona. Te recomiendo Ending Aging de Aubrey de Grey, sobre la reversión médica del envejecimiento. Seguro quente hará pensar en esos temas que tratas en el blog. Un saludo!

  6. vicente dice:

    ¿Has actualizado últimamente este post? Me gustaría saber qué más lees porque me sugiere próximas adquisiciones.

    Gracias

  7. Neurona:

    Muchas gracias y un abrazo a Argentina.

    Vicente:

    Voy actualizando de vez en cuando. Suelo colgar los libros que termino. Evidentemente, artículos o lecturas de Internet no las comento. Ahora estoy con Wade y su herencia incómoda. Te la recomiendo.

  8. ¡Excelente blog! ¡Felicidades! Me animo a comentar después de haber leído tu reseña sobre un libro de Inteligencia Artificial en la que muestras tu desagrado porque los ejemplos están en Scheme. Aunque sé muy poco acerca de Inteligencia Artificial, creo que Lisp es un lenguaje fundamental en su historia, y tal vez también en su presente, esto último no lo sé. Lo que sí sé es que, en primer lugar, Scheme es un «dialecto» de Lisp, y en segundo lugar, si puedes sacar tiempo para aprenderlo, interiorizarás una forma de pensar respecto a la programación que cambiará tu forma de entenderla, incluso cambiará cómo programas en los lenguajes que ya conoces.

    Ya tienes a otro seguidor. Saludos.

  9. joserizomassu dice:

    Meta personal: leer absolutamente todo lo que recomiendas. Espero sigas actualizando la lista 😉

  10. gustavo gutierrez dice:

    Me gusta leer mucho sobre todo temas filosóficos de Historia y científicos, Muy interesante los temas sobre la física cuántica y sus connotaciones filosóficas en la historia del ser humano, Deberías hablar sobre la física cuántica Mucho más. Creo que en lo más Inescrutables Misterios cuánticos están las claves para llegar a la Concepción mística de la realidad humana.

  11. Memerto dice:

    Santiago:

    ¿Has leído Galileo’s error de Philip Goff?

  12. No, pero lo tengo en lista de pendientes. No obstante, no me termina de gustar la idea de que la consciencia sea una propiedad fundamental de la materia como la carga o la masa, ni tampoco me gusta el panpsiquismo. De todas formas hay que ver cómo lo argumenta.

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