Metáforas de la mente: la nación

Publicado: 22 junio 2014 en Filosofía de la mente
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Consideremos la actividad que caracteriza una nación en cualquier momento. Las fábricas están en marcha, las líneas de telecomunicaciones zumban de actividad, las empresas despachan productos. La gente come constantemente. El alcantarillado encauza nuestros desperdicios. Por las grandes extensiones del territorio, la policía persigue a los delincuentes. Se cierran tratos con un apretón de manos. Hay encuentros amorosos. Las secretarias filtran las llamadas, los profesores dan clases, los atletas compiten, los médicos operan, los conductores de autobuses circulan. Puede que desee saber lo que ocurre en cualquier momento en su gran país, pero es imposible que asimile toda la información a la vez. Y aunque pudiera, no le sería de ninguna utilidad. Quiere un resumen. Así que agarra un periódico: no algo denso como el New York Times, sino algo más ligero como el USA Today. No le sorprenderá comprobar que ninguno de los detalles de toda esa actividad figuran en el periódico; después de todo, lo que quiere conocer es el resultado. Quiere saber que el Congreso acaba de de aprobar una nueva ley impositiva que afecta a su familia, pero el origen detallado de la idea – en la que participan abogados, corporaciones y obstruccionistas – no es especialmente importante para el resultado. Y desde luego no quiere conocer todos los detalles del abastecimiento alimenticio del país – cómo comen las vacas y cuántas nos comemos -, lo único que quiere es que le adviertan si hay un brote de la enfermedad de las vacas locas. No le importa cuánta basura se produce; lo único que le interesa es si va a acabar en su patio trasero. Poco le importa la instalación eléctrica y la infraestructura de las fábricas; sólo si los trabajadores se ponen en huelga. Eso es lo que le cuentan los periódicos. Su mente consciente es ese periódico.

[…] Sin embargo, es un lector de periódico bastante peculiar, pues lee el titular y se atribuye el mérito de la idea como si se le hubiera ocurrido a usted primero. Alegremente dice: «¡Se me acaba de ocurrir algo!», cuando de hecho su cerebro ha llevado a cabo un enorme trabajo antes de que tuviera lugar ese momento genial. Cuando una idea sale a escena, su circuito nervioso lleva horas, días o años trabajando en ellas, consolidando nueva información y probando nuevas combinaciones. Pero usted se la atribuye sin pararse a pensar en la inmensa maquinaria oculta que hay entre bastidores.

[…] Tal como lo expresó Carl Jung: «En cada uno de nosotros hay otro al que no conocemos». Tal como lo expresó Pink Floyd: «Hay alguien en mi cabeza, pero no soy yo.»

David Eagleman, Incógnito

Si queréis más reflexión sobre esta forma de entender la mente, aquí.

comentarios
  1. yack dice:

    Para afrontar la complejidad de nuestro mundo, el cerebro utiliza el método de las cajas negras. La cosa más compleja puede reducirse a una caja negra con algunos botones (o reglas) y tal vez un display.

    Nos basta con saber para qué sirve una caja negra y qué puede hacer por nosotros. Podemos ignorar la complejidad subyacente y además ensamblarlas para fabricar nuevas cajas negras para otros usuarios que se mueven a otros niveles.

    La tecnología ha desarrollado extraordinariamente este planteamiento, la informática lo usa intensivamente, pero la estrategia de las cajas negras se remonta mucho más atrás. Nuestros semejantes son las cajas negras más complejas que han existido nunca y también las que tienen la interfase más avanzada y al mismo tiempo más intuitiva. Por ahora.

    Y en cuento a la conciencia, es obvio que hay una gran maquinaria detrás, pero esa maquinaria también eres tú y es natural asumir el mérito de sus logros. Por otra parte, en la mayoría de los razonamientos complejos, la conciencia se ve involucrada en el proceso y de ahí que se sienta autora activa del logro al recordar las distintas etapas por la que ha pasado y las decisiones en las que ha participado, siquiera sea como espectador.

    Saludos.

  2. Ananías de Cantimplela dice:

    La obra del «águila» esta rezuma oportunismo comercial. El mérito de esta obra está en aprovechar la moda del cerebro como tema y de paso forrarse con un panfleto barato – menos de 20€ – a base de incursiones en los litemotivs modernos de las conductas de masas: un poco de Pink Floid por aquí, otro poco de John Lennon por allá, etc..etc… Un montoncillo de frasecillas aparentemente ingeniosas que le suenan a la plebe a su culturilla, a lo que domina y conoce, a sus músicas celestiales. Todo esto lo mezclas con las coletillas sobre la majestuosa complejidad del cerebro y ya tienes un panfleto indispensable para tomarte unas cañas nocturnas y analizar la cotidianeidad científica ultramoderna sobre uno de los temas de moda: el cerebro.
    Particularmente entiendo más la conducta humana y las complejidades de la mente leyendo una novela como «Memorias de Adriano» de Marguerite Yourcenar – por ejemplo -, que en esta propuesta panfletaria del «Incógnito» de este rapaz. Y aún diría más. Cualquier libro de Ciencias Naturales de Bachillerato, o de Biología, es más ameno, ilustrativo y entretenido sobre el «tema» que el panfleto en cuestión.
    Es posible que Eagleman sea un figura en su colegio y realice laberínticas proezas estudiando la percepción y demás aspectos. No le quito el mérito. Pero como divulgador científico se le ve el plumero. Un imitador de las técnicas de Dan Brown en el mundo de la literatura aplicándolas a la divulgación científica. En resumidas cuentas: un timo, un fraude.
    Y en lo que se refiere al asunto de los periódicos considero insultante que se diga que el lector sea autor del mismo o que sea el periódico que lee. ¿A qué viene semejante atrevimiento? Yo a este sujeto lo encerraba en su laboratorio sin más. Un periódico es un instrumento de manipulación de masas en el que tengo que realizar una labor discriminatoria constante cotejando sus informaciones con otras inumerables fuentes a fin de sacar algo en limpio y las más de las veces es simple basura. ¿Va ahora el figura este a enmendarle la plana a Noam Chomsky y a una élite de la inteletualidad banalizando el influjo de los medios de comunicación?

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