La crítica al principio de causalidad de David Hume

Publicado: 17 febrero 2009 en Filosofía de la ciencia, Filosofía general
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Estatua de Hume en EdimburgoSiempre me ha resultado curioso como los planteamientos filosóficos que pretendieron ser más estrictamente realistas, en el sentido de partir exclusivamente de la experiencia, sin inventarse nada, como los de Ockham o Hume, acaban en cierto escepticismo.  Por el bando contrario, otras menos cuidadosas, acaban en posturas más dogmáticas como las de Descartes o Leibniz, por seguir en la misma época.

Desde que me lo explicaron por primera vez en el instituto, he tenido una cierta debilidad por David Hume. Su famosa crítica al principio de causalidad me parece una idea tan fantástica como simple… ¿cómo todo el mundo había sido tan sumamente dogmático de no darse cuenta de algo tan evidente? ¿Cómo era posible que Santo Tomás no se diera cuenta de que es imposible deducir desde los efectos alguna característica de la causa? Para los profanos en el tema o para los que quieran repensar esto, voy a explicarlo tal y como lo hago en clase.

Cuando observamos un fenómeno causal, del tipo que digamos  «El fenónomeno A es causa de B», lo único que realmente percibimos es:

a) Una contigüidad entre el fenómeno causa y el efecto: A y B siempre se dan juntos en el tiempo, no separados por una distancia temporal considerable. Ej.: nada más encender el fuego sale humo.

b) Una prioridad de la causa sobre el efecto: percibimos que A siempre va antes que B. Ej.: el fuego va antes que el humo.

c) Una unión constante entre la causa y el efecto: siempre que percibo A percibo B. Ej.: siempre que percibo fuego hay humo.

La clave está en lo siguiente: unión constante no quiere decir conexión necesaria. Nuestro entendimiento tiende a crear expectativas de futuro cuando ve dos fenómenos que se dan parejos en el tiempo. Si cada vez que he visto fuego he visto salir humo, tiendo a pensar que, en un futuro, cada vez que vea fuego, veré humo. Sí, pero el único fundamento de tal expectativa sólo reside en la costumbre: como hasta ahora ha pasado esto, pienso que en un futuro pasará lo mismo… ¡pero ese es mi único fundamento! La costumbre nunca puede expresar necesidad lógica: que algo haya pasado así hasta ahora, no quiere decir que vaya a pasar así siempre.

Bertrand Russell expresaba muy bien esta crítica en su cuento del pavo inductivo: supongamos que tenemos un pavo muy inteligente que vive en una granja. Es muy curioso y quiere entender cómo funciona su mundo. Apunta cuidadosamente las cosas que le suceden todos los días e infiere leyes por inducción. Así, comprueba que todos los días el granjero le echa comida a las 9, de lo que infiere inductivamente que «Todos los días como a las 9″. El pavo cree en sus leyes y las eleva al rango de ciencia. Así vive tranquilo en su ordenado y estable mundo. Sin embargo, la víspera de Navidad, el granjero no vino ni con la comida ni con el agua, sino con un hacha. Las leyes inductivas de nuestro desdichado pavo jamás hubieran podido  predecir algo así.

Conclusión: nuestras leyes científicas están basadas en el principio de causalidad por lo que, como hemos visto, no podemos decir que se cumpliran de modo necesario en el futuro. Pudiera ser que mañana cambiara el orden del Cosmos y las cosas cambiaran radicalmente. ¿Y si mañana dejara de funcionar la ley de la gravedad? Sería un serio problema, pero no podemos decir con necesidad lógica que no pudiera ocurrir.

comentarios
  1. V!V! dice:

    Muy buena la explicación. Mi pregunta es la siguiente: Hume plantea que los objetos de la razón son dos, las relaciones de ideas y las cuestiones de hecho (base de nuestros razonamientos sobre la causalidad). A mí no me queda del todo claro qué entiende exactamente Hume por «objetos de la razón» ¿son cosas que la razón puede entender? ¿modos de operar de la razón? Realmente no me queda claro. Por otra parte, entiendo que una idea según Hume es copia endeble de una impresión. Ahora bien ¿cómo aplico esto a las relaciones entre ideas? Diré que las matemáticas son copias menos vivaces que las impresiones? No me termina de cerrar. Me gustaría alguna opinión al respecto.
    Gracias.

  2. Hola V!V!

    No soy un experto en Hume, sólo lo doy a nivel de Segundo de Bachillerato. No obstante, te digo lo que yo creo.

    Los objetos de la razón no son las relaciones de ideas ni las cuestiones de hecho. Los objetos de la razón son las ideas y las impresiones («cosas» que podemos percibir), y las relaciones de ideas y cuestiones de hecho son tipos de verdades que se forman cuando asociamos estas ideas o impresiones mediante una serie de leyes de asociación.

    La cuestión de hecho: «El fuego quema» se forma cuando dos impresiones o ideas, «el fuego» y «el dolor ante una quemadura», se relacionan causalmente.

    Espero haberte sido de ayuda. Un saludo.

  3. V!V! dice:

    Hola, ante todo muchas gracias por responder. Me ha servido mucho, aunque Hume en Investigaciones sobre el entendimiento humano dice textual: “Todos los objetos de la razón e investigación humana pueden, naturalmente, dividirse en dos grupos, a saber: relaciones de ideas y cuestiones de hecho; a la primera clase pertenecen las ciencias de la Geometría, Álgebra y Aritmética (…) Las proposiciones de esta clase pueden descubrirse por la mera operación del pensamiento, independientemente de lo que pueda existir en cualquier parte del universo(…)» Yo tenía entendido que las ideas e impresiones eran «contenidos mentales», o sea, percepciones en Hume. Por eso me confundía. Pero ahora puedo llamar a las relaciones de ideas y cuestiones de hecho como «verdades» o «tipos de conocimiento» tal vez si entendemos a Hume como escéptico. Lo que a mí no me cerraba era eso, es decir qué cosa entiende por «objetos de la razón». Yo tampoco soy experta en Hume ni mucho menos, pero me gusta mucho el autor. Me sigue quedando la duda con las relaciones entre ideas, es decir, la Matemática es copia de una impresión??? Muchas Gracias!!!

  4. Con respecto a las matemáticas, el razonamiento de Hume es el siguiente:

    Todo procede de la experiencia, así que los objetos matemáticos (líneas, triángulos, cuadrados…) proceden de impresiones. De tanto observar formas triangulares genero el concepto de triángulo, es decir, hago de una serie de impresiones particulares una idea general. Todas las operaciones que realizo ya con esta idea se hacen a partir de leyes de asociación. La verdad de estas asociaciones no viene dada por la experiencia sino por su modo de combinarse.

    Mejor explicado lo tienes aquí:

    http://umcientifica.blogspot.com/2009/01/filosofa-de-la-matemtica.html

  5. V!V! dice:

    Muchas gracias Santiago, me quedó super claro. Con respecto a «los objetos de la razón», creo que ya lo resolví. Hume entiende que «objetos de la razón» son los tipos de afirmaciones o proposiciones que podemos realizar (que son susceptibles de un valor de verdad). Así por ejemplo, las proposiciones matemáticas o relaciones de ideas, no admiten contradicción lógica y son verdaderas. Contrario ocurre con las cuestiones de hecho o proposiciones empíricas. Me faltaba esa unión que la encontré en las proposiciones. Totalmente de acuerdo con el hecho de que las matemáticas deriven de una impresión, «tenía» que ser así. Gracias de nuevo.

  6. De nada. Gracias a ti. 😀

    Un saludo.

  7. Anna dice:

    hola Santiago muy buena tu explicación!!!!! todo quedó clarisimo ahora me gustaría pedirte una opinión en el hipotético caso de refutar la crítica a la causalidad de Hume que criterios tomarías en cuenta!!! desde ya gracias espero tu respuesta!!!!!

  8. Anna dice:

    gracias

  9. Hola Anna.

    A Hume se le acusó de caer en un escepticismo absoluto. Si el principio de causalidad es la base de todas nuestras afirmaciones acerca de la realidad y su fundamento depende de algo no racional como es la costumbre… ¡todo nuestro conocimiento se asienta en pilares irracionales! ¡Todo el edificio del saber se derrumba!

    Sin embargo, ni el mismo Hume quería llegar a tanto. A pesar de que no puedo estar seguro al 100% de que mañana vaya a salir el sol, podemos apostar con cierta seguridad de que así será. El conocimiento puede seguir avanzando porque lo que ha caído no es el conocimiento, sino sólo las certezas absolutas acerca del mundo natural. Que no estés al 100% seguro de algo no implica que renuncies a toda verdad. Mañana, puedo garantizarlo, saldrá el sol. La crítica al principio de causalidad de Hume no es tan destructiva como pudiera parecer.

    Por otro lado se ha criticado que la concepción del mismo principio, por parte de Hume, es algo simplista y no del todo acertada. Por ejemplo, afirma que entre la causa y el efecto se da una contigüidad temporal, lo cual no es siempre cierto. Hay veces que entre la causa y el efecto hay mucho espacio temporal. También hay fenómenos como la retrocausalidad o las horquillas causales, que Hume no tiene en cuenta (y que ya no te explico por no soltarte un rollo más grande).

    Espero haberte sido de utilidad.
    Un saludo.

  10. Anna dice:

    Gracias te agradezco mucho la gran ayuda en serio!!!!! esteremos en contacto Hume me parece un tema aun pendiente!!!

  11. Lucas dice:

    No sabemos que fue antes si el huevo o la gallina. Si la crítica del principio de causalidad llevó a Hume al escepticismo o el escepticismo llevó a Hume a la crítica del principio de causalidad. Es un problema de geometría hermenéutica: depende de donde uno se sitúe. Ciertamente, que el dogmatismo que rebosa en el subjetivismo empirista absoluto de Hume nos puede llevar no sólo a negar el principio de causalidad, sino también la realidad misma, que podría ser un invento de mi mente. Pero, como los buenos críticos y criticones de nuestro de nuestro vil mundo, Hume se reserva para sí mismo el principio de causalidad, conectando así la experiencia con la génesis de las ideas. Habría que decir a Hume, que no critique lo que él mismo fomenta.

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