Mi credo (II): el Principio de Mediocridad

Publicado: 23 julio 2015 en Filosofía general
Etiquetas:,

Cuando al biólogo de la Universidad de Minnesota Paul Z. Myers, le propusieron la pregunta Edge 2011 ¿Qué concepto científico podría venir a mejorar el instrumental cognitivo de las personas? respondió: el principio de mediocridad. Me sorprendió que Myers lo considerara tan importante pero, pensándolo bien, tiene mucha razón. La mayoría de la gente pensaría muchísimo mejor si tuviese más claro qué significa. Aquí voy a desarrollarlo en ocho puntos:

  1. Tu nacimiento no viene marcado por ningún designio ni propósito trascendental. No has nacido con ninguna misión encomendada previamente ni has sido elegido para nada. Siempre me ha parecido de una arrogancia pasmosa el hecho de que alguien se crea especial sin todavía haber hecho absolutamente nada para merecerlo. O, peor aún, que se considere pecador, manchado por el pecado original, y que tenga que redimir un mal que nunca cometió. Es enfermizo que pensemos que un bebé está dañado por el pecado.
  2. Eso no quiere decir que tu vida sea absurda, solo que tendrás que conformarte con un sentido algo menos pretencioso. Tu genética y la cultura en la que vivas conformarán en ti una serie de valores y objetivos vitales. Éstos marcarán el sentido de tu vida. Podrás buscar el dinero, la fama, el éxito, amor, comodidad, tranquilidad o nada de eso, lo cual llenará con más o menos plenitud el sentido de tu existencia, pero no busques nada más pues no lo hay.
  3. Es muy probable que no vayas a ser un genio universal, un famoso deportista de élite o un influyente líder político. Lo más probable es que te acerques al promedio humano. En algunas facetas estarás por encima de la media y en otras por debajo, pero será muy difícil que representes esos rarísimos casos de personas absolutamente sobresalientes. Lo más probable es que seas un mediocre. Acéptalo, pero eso no quiere decir que te quedes deprimido lamentándote de tu mediocridad. Schopenhauer decía que Dios repartía las cartas, pero que tú elegías la jugada. Puede ser que hayas nacido con escasas virtudes y en pésimas circunstancias (malas cartas), pero en ti queda hacer la mejor jugada posible dado lo que tienes. Inténtala.
  4. El universo, sea una gran maquinaria determinista o un proceso azaroso, funciona sin ningún propósito. No hay ninguna intencionalidad en lo que sucede a nuestro alrededor. Los organismos vivos y las máquinas artificiales son los únicos seres que funcionan siguiendo un objetivo, pero el resto del universo funciona sin más. Los sucesos importantes de tu vida no estaban premeditados. El día que, casualmente, conociste a la mujer de tu vida no estaba marcado con antelación en el calendario de un Dios bondadoso. A mí, en concreto, me parece mucho más reconfortante sentirme el dueño de mi propia vida, pensar que el futuro es algo que creo yo a cada paso que doy, y no algo que otros “seres mágicos” han decidido por mí.
  5. Las leyes que rigen el universo son absolutamente amorales. La ley de la gravedad funciona inquebrantable nos venga bien o no. Levanta aviones y los estrella por igual. No hay ninguna fuerza, energía, magia que, de algún modo, busque nuestro bien o nuestra maldición. Lo inteligente de la cultura occidental ha sido saber aprovechar esas leyes en nuestro beneficio utilizando la ciencia y la tecnología. Sigamos en ese camino.
  6. Estás solo en el universo. No tienes un ángel de la guarda ni un Dios amoroso que vela por que no te pase nada malo. Puedes ser la persona más bondadosa del mundo y que tu vida sea un penoso trasiego lleno de desgracias, y puedes ser un malvado al que la suerte le llueve del cielo. No hay ninguna justicia cósmica que castigue a los malos y premie a los buenos más que la justicia terrenal que nosotros erijamos aquí. Por eso nos conviene mucho hacer un mundo más justo.
  7. No hay vida después de la muerte. No hay misterio alguno en la muerte por mucho que hayan querido vendernos lo contrario. Cuando mueras, todas tus funciones cerebrales serán pasto de los gusanos y todas tus emociones, pensamientos, recuerdos… se perderán para siempre. No irás a un sitio mejor ni volverás a ver a tus seres queridos. La muerte será como cuando no habías nacido: nada. Aprovecha el tiempo que tienes porque no hay otro.
  8. No conocemos prácticamente nada del funcionamiento del universo. Newton decía que todo nuestro conocimiento equivalía a una gota de agua en el océano y Descartes decía, siendo algo optimista, que cambiaría todo lo que sabía por la mitad de lo que ignoraba. Hemos de aceptar entonces vivir rodeados del error y de la incertidumbre. No tenemos certezas absolutas de nada, pero eso no quiere decir que no podamos mejorar nuestro conocimiento e intentar acercarnos con todas nuestras fuerzas a esa lejana utopía que es la verdad. Yo tengo muy claro que cualquier proyecto filosófico que emprenda será, de antemano, un fracaso; que por cada respuesta que crea tener, surgirán miles de nuevos interrogantes. Pero no es tan grave. El hombre se dio cuenta de que conocer la realidad es más difícil de lo que parecía, pero eso no hace que el propósito de conseguirlo sea un noble, loable y, sobre todo, apasionante camino. Creo que tengo muchas menos certezas que cuando tenía dieciséis años, pero curiosamente, eso no me hace más ignorante, sino mucho más sabio.
comentarios
  1. Samu dice:

    Un artículo muy, muy bueno. Muy buen desarrollo del principio de mediocridad.

    Voy, con tu permiso, a copiarlo en mi blog (haciendo referencia expresa a tu blog y a ti como fuente del texto).

    Por poner una pega, en el punto 4 dices: «El universo, sea una gran maquinaria determinista o un proceso azaroso, funciona sin ningún propósito.»

    Eso no lo sabemos. Conocer el propósito del Universo creo que requiere conocer su causa trascendente (si es que la tiene). Y aún si no tiene causa trascendente, o si dicha causa es no es racional, el hecho es que no podemos decir nada al respecto con la certeza con la que lo expresas en dicho punto.

    Porque, a ver, los fenómenos del mundo parecen ocurrir porque sí, sin ningún propósito aparente, pero el Universo, como un todo, sí podría tener a pesar de todo un propósito trascendente a su contenido fenoménico. No sé si me explico.

    En el caso de que una supuesta trascendencia «racional» hubiese creado el Universo para algo concreto (sea lo que sea), esa «intención» trascendente sería inmediatamente un propósito para nuestro Universo y todo lo que hay en él (incluidos nosotros).

    Un saludo, amigo. Buen aporte.

  2. Duduman dice:

    Está bastante bien el artículo. Pero si no mal recuerdo haber leído, aquí se citaba un artículo sobre niños que sobre-estimaban sus capacidades les iba mejor en tareas cognitivas, intelectuales o académicas porque se atrevían a hacer más cosas. Más allá de considerar esto como un consuelo o cómo sea que se lo desee considerar (me refiero a lo que está en este artículo), debemos mirar primero si la evidencia obtenida en estudios supone que sobre-estimarse o creer en propósitos trascendentes supone una mejoría en la ejecución de ciertas actividades o en la disminución de ciertos estados internos aversivos o lo que sea. Y que seguir «el principio de mediocridad» supone iguales resultados o mejoras, etc.

    Claro, a esto puede objetársele que, claro que una persona puede por ejemplo recuperarse más rápidamente de una enfermedad si siente que Dios quiere que siga con vida, o cree en propósitos trascendentes (religiosos, espirituales) que no ha cumplido encomendados por Dios o por un ser sobre-natural. De hecho, en una Q&A con Dawkins en un debate que hace con un sacerdote Australiano, una jovencita cita evidencia a favor de lo que postulo.

    En fin, que si yo sería más feliz pensar que mi mujer no me pone los cuernos cundo en realidad sí me los pone no hace por eso esta creencia nada laudable, por el contrario, la hace del todo execrable. Pero, ¿no es acaso interesante la función de la profecía auto-cumplida?. ¿no hay evidencia que la sustente?.

    Disculpen el desorden.

  3. Bueno, desde luego Myers presupone un buen montón de cosas, sin ningún fundamento, entre ellas, como apuntaban más arriba, que el Universo funcione sin ningún propósito. Es como los que no quieren ver ningún propósito en la Evolución…¿pero la Evolución no crea seres cada vez más adaptados al medio? ¿No es eso un propósito en si mismo? Que sobre el propósito del Universo no sepamos nada, o poco, según se mire, no quiere decir que no exista. Un mono será incapaz de imaginar el propósito de un ordenador, pero eso no quiere decir que el ordenador carezca de propósito. Por la tendencia que vemos en el Universo que observamos, parece que el Universo tiende a crear materia cada vez más compleja y autoconsciente, que es capaz cada vez de procesar la información de una manera más sofisticada. ¿No se acerca esto a una especie de propósito? No se puede afirmar categoricamente que ese sea el propósito del Universo, pero me parece cuanto menos aventurado el afirmar tajantemente que no tiene propósito ninguno.

    También me parece muy curioso que los ateos supediten la existencia de algo más allá de la muerte a la existencia de Dios, es como si la (según ellos) inexistencia de una Divinidad impidiera que hubiera «vida» más allá de la muerte. Pero…¿acaso no existe esta vida sin la ayuda (según ellos) de Dios? ¿Como se puede negar categoricamente que no haya nada? ¿No sería posible, entre miles de millones de posibilidades, que existieran miles de millones de Universos, en cada uno de los cuales nuestra consciencia pueda volver a crearse? ¿Por qué por un lado admitir (como es cierto) que sabemos poquísimo del Universo, pero a la vez afirmar rotundamente que después de esta experiencia vital no hay otras? ¿No deberíamos conocer por completo el funcionamiento del Universo (y a la vez de nuestra consciencia) para firmar eso? A mi me parece más difícil creer en la «nada» después de la muerte que en «algo», aunque solo sea porque jamás hemos experimentado la «nada», solo la ausencia de memoria, como dice Myers cuando usa el truco de «como antes de nacer». Pero…¿acaso alguien recuerda lo que le sucedió el primer día de vida? Y sin embargo existíamos, ¿no? O cuando alguien sufre de un episodio de amnesia hacia partes anteriores de su vida, a nadie se le ocurre decir que esa persona no ha existido durante el periodo que ahora no recuerda.

    En fin, que sinceramente, me parecen demasiado osadas algunas opiniones (porque no son más que eso, puesto que no las fundamenta en nada, más que en intuiciones, siendo estas incluso fácilmente desmontables) y que mezcla bastante churras con merinas. El Universo con las habilidades personales de cada uno, con su genética, el sentido de la vida, la moralidad con el Universo otra vez (como si tuvieran algo que ver, la moralida es algo humano) y así sucesivamente.

  4. Por favor, para todos aquellos a los que todavía se les humedece un poco la lengua al pensar en «el sentido trascendente del universo», les ruego que intenten ofrecer una respuesta a estas dos preguntas:
    1) ¿Tenemos alguna prueba de que sea más probable la tesis de que la existencia del universo es el tipo de cosa que necesita de una causa para existir, que la tesis contraria?
    2) ¿Tenemos alguna razón para sospechar que, en caso de que haya una respuesta afirmativa a la primera pregunta, una causa que podamos considerar parecida a una «intención voluntaria e inteligente» sea más probable que alguno de los posiblemente infinitos tipos de otras causas que no se nos han ocurrido?

  5. Samu dice:

    Respondo a Jesús, porque creo que su respuesta va relacionada con mi comentario anterior:

    1) ¿Tenemos alguna prueba de que sea más probable la tesis de que la existencia del universo es el tipo de cosa que necesita de una causa para existir, que la tesis contraria?

    No.

    2) ¿Tenemos alguna razón para sospechar que, en caso de que haya una respuesta afirmativa a la primera pregunta, una causa que podamos considerar parecida a una “intención voluntaria e inteligente” sea más probable que alguno de los posiblemente infinitos tipos de otras causas que no se nos han ocurrido?

    No.

    Ahora pregunto yo:

    3) El hecho (como bien apuntas) de la total falta de pruebas y razones que discriminen una tesis de su contraria (en 1) y 2)), ¿no es acaso suficiente para no poder descartar ninguna posibilidad a priori, e incluso para tratar cada tesis con equidad (véase https://en.wikipedia.org/wiki/Principle_of_indifference, http://www.matetam.com/glosario/definicion/principio-indiferencia-laplace)?

    Porque:

    «Si hay n posibilidades mutuamente excluyentes y colectivamente exhaustivas y las n posibilidades son indistinguibles excepto por sus nombres, entonces a cada una de esas posibilidades se les debería asignar la probabilidad 1/n.»

    Por lo tanto, como poco, habrá que ser honestos, y dejar abierta la puerta a toda posibilidad, e incluso tomar toda posibilidad imaginada como equiprobable dentro de un dominio particular debido a la falta total de datos e información en este terreno que tratamos (principio de indiferencia (también llamado principio de razón insuficiente)).

    A modo de ejemplo: si nos ceñimos a tomar y denominar dos posibilidades {n = 2} como n1 = «hay algo parecido a una razón trascendente» y n2 = «no hay razón trascendente alguna», el hecho de la falta de pruebas hacen aplicable el principio de Laplace, y asignar a cada posibilidad concreta una probabilidad de 1/n; en nuestro ejemplo = 1/2 (tan posible es una tesis como su contraria). Si incluimos 3 alternativas metafísicas, la probabilidad de cada una será de 1/3, etc.

    Y eso es lo único que yo he propuesto con mi comentario: que la afirmación inicial del punto 4 es poco acertada por lo categórica que es (pretende sesgar las probabilidades de un modo injustificado). El Universo tendrá o no algo parecido a un propósito, según haya sido causado o no con alguna intención; y como de momento no hay datos al respecto a favor o en contra, hay que quedarse con una probabilidad de 1/2 para cada opción.

    Un saludo.

  6. Antonio:

    Los puntos de mi escrito (que no es de Myers, es un desarrollo de sus afirmaciones) son conclusiones, no intuiciones sin más surgidas de la nada. Tratan de muchas cosas que, evidentemente, no se pueden argumentar en una pequeña entrada de blog.

    Respondo a tus objeciones:

    1. La evolución no es teleológica, no sigue ninguna intencionalidad ni propósito previo. Eso lo sabemos desde Darwin. El hecho de que surjan organismos más complejos es un efecto colateral de la competencia, de la struggle of life. Además, si miras la historia de la vida en la tierra, durante la mayor parte de ella solo han existido microorganismos, sin que hubiese un claro avance hacia la complejidad. De hecho, tenemos también ejemplos de organismos que han se han simplificado, que han avanzado hacia formas más simples.

    2. Decir que como no sabemos el propósito de algo, debe tenerlo, es una falacia lógica conocida como ad ignorantiam. El hecho es que sabemos muy poco y punto. De aquí deducir que Dios existe o cualquier otra cosa es un error. Vale, ¿entonces como afirmamos que Dios no existe?

    3. No lo sabemos, pero es que es una saludable estrategia epistemológica el que la carga de la prueba la tenga quien afirme algo. Si dices que Dios existe, no puedes basarte en que no tenemos ni idea de nada, hace falta que des razones o pruebas acerca de tu creencia. Hacer lo contrario es como si yo ahora te digo que tengo tres unicornios rosas en mi habitación. Si tú me pides que te de razones, yo te contestaría: ¡Ah! ¡Demuestra tú que no existen! No, el que afirma tiene que probar. Y, lo saludable es que si no hay razones ni pruebas claras para creer en algo, no creerlo o, como mínimo, permanecer agnóstico.

    4. Para razones a favor de la negación de la inmortalidad del alma te remito aquí:

    http://hyperbole.es/2015/07/el-error-de-pascal/

    Y es que de que no hay vida después de la muerte yo sí que tengo cierta certeza, si bien, claro está, no es absoluta.

    5. Acerca de la objeción a que lo único que hemos experimentado es la falta de memoria y que no podemos afirmar nada entonces acerca de qué pasaba antes de nacer y, por lo tanto, después de morir, en el enlace anterior respondo, pero te expongo de nuevo la argumentación: si tú tienes una amnesia retrógada y pierdes la memoria de todo tu pasado… ¿a dónde van esos recuerdos? ¿Se han ido al otro mundo? No, parece más lógico pensar que se han perdido para siempre. Sin cerebro no hay memoria, ni emociones, ni pensamiento… ¿por qué pensar que cuando el cerebro deja de funcionar todo eso vaya a continuar de algún modo?

    6. El conjunto de las ocho afirmaciones de la entrada son, creo yo, una consecuencia lógica del estado de la ciencia actual. Lo que sabemos sobre el universo y el cerebro nos llevan a estas afirmaciones.

    7. La ciencia ha cosechado todos sus éxitos partiendo de una perspectiva naturalista (negando cualquier causa sobrenatural). Cuando queríamos explicar qué es un rayo, a la ciencia le ha ido mejor pensando en causas meteorológicas que no en la ira de Zeus ¿Por qué ahora íbamos a cambiar la perspectiva?

  7. Samu
    Pues claro que hay que aplicar el principio de Laplace. Precisamente por eso, la elección primero es en si el universo necesita una causa o no, y como no tenemos ni idea, pues la probabilidad es 50% para cada opción. Ahora bien, supuesto que sí necesite una causa, ¿CUÁNTOS TIPOS de causas puede tener el universo? A priori, no podemos descartar ningún número de tipos de causas, así que tenemos que tomarlos por INFINITOS. Por lo tanto, la probabilidad de que, si el universo necesite una causa, el TIPO de causa que necesita es el tipo «un designio voluntario y consciente» es sólo UN tipo entre infinitos tipos posibles, así que su probabilidad es uno dividido por infinito.

  8. Samu dice:

    Jesús:

    Lo mismo se puede decir del caso contrario al que tu propones. Dado que hay 1/2 de probabilidad de que el mundo sea racionalmente causado o no. Según tu postura:

    Supuesto que NO necesite una causa racional, ¿CUÁNTOS TIPOS de apariciones NO causadas puede tener el universo? A priori, no podemos descartar ningún número de tipos NO volitivos, así que tenemos que tomarlos por INFINITOS. Por lo tanto, la probabilidad de que, si el universo NO necesita una causa racional, un TIPO cualquiera imaginable de «causa involuntaria no consciente» para el Universo sea la Verdadera, es sólo UN tipo entre infinitos tipos posibles, así que su probabilidad es uno dividido por infinito.

    En el fondo no haces más que darme la razón. Se tome el camino que se tome, todo es equiprobable en metafísica. Lo más honesto es no aventurarse en tomar una postura en estos terrenos de los que no hay ninguna información o dato con los que contrastar.

    Tan probable es el Dios cristiano, como la Voluntad irracional de Schopenahuer, el panteísmo de Spinoza, o la postura de Matrix. Podemos imaginar infinitas posibilidades trascendentes, y tanto las causas racionales como las irracionales están al mismo nivel en cuanto a cantidad y cualidad.

    Un saludo.

  9. · ¿Tenemos alguna prueba de que sea más probable la tesis de que la existencia del universo es el tipo de cosa que necesita de una causa para existir, que la tesis contraria?
    Depende de lo que entienda al decir “tipo de cosa”. Si hacemos cosmología, es decir, hablamos del universo como una cosa que puede ser conceptuada desde nuestra teorías científicas, obviamente sí. Es decir, preguntarse porque existe este universo tal y como es y no de otro modo es una pregunta con sentido científico dentro de la cosmologia. Y se contesta dentro de los parámetros propios de las teorías en boga, por tanto se fundamenta en todo aquello que fundamenta las teorías.
    Si la pregunta hace referencia al sentido de ¿por qué hay algo en vez de nada?, esa pregunta no tiene sentido científico, pues es una pregunta hacía algo que transciende a aquello con que pudiese contestarse la misma pregunta. La ciencia parte siempre de algo contingente y dado, que fundamenta, pero que en última instancia no puede ser fundamentado.
    Esta pregunta hace referencia precisamente a que el universo en última instancia está expresándose en nosotros como un enigma y misterio. Ante ese misterio, que es respectivo a nuestra existencia en él y por tanto no puede ser pensado al margen de nuestra existencia en el mismo, nos sentimos interpelados existencialmente. Permite establecer a algunos que el mismo abrirse la existencia del universo en nosotros y el hacerse la pregunta, nos lanza y reclama ya en búsqueda de algo que necesariamente transciende al universo. Es una hipótesis incomprobable. Es decir, si hay “algo transcendente” (yo no lo llamaría causa, pues las causas solo tienen sentido como funcionalidad dentro del aquende del universo y no del supuesto allende al mismo), si hay “algo”, que fundamente el universo transcendiéndolo (que usualmente llamamos Dios), ese algo lo podemos ver expresado como una posibilidad dentro de espacio probabilistico de sólo dos sucesos elementales equiprobables: a) el universo es inevitablemente infundado para nosotros y no requiere de nada más, b) el universo está fundado en algo que le transciende que no requiere de nada más. Es decir, o consideramos el enigma inmanente al propio universo o lo consideramos trascendente al mismo. Y eso de ser un enigma, repito, no es un aspecto del universo en sí mismo, sino del universo respectivo a nuestro estar existiendo nosotros en él, por ello también es posible y legitimo, partiendo de presupuestos metafísicos concretos, que algunos nieguen el sentido de tal espacio probabilistico y considerar que lo único que no es dado decir con sentido lógico es una única posibilidad, la primera.

    Sigo…

  10. …sigo

    · 2) ¿Tenemos alguna razón para sospechar que, en caso de que haya una respuesta afirmativa a la primera pregunta, una causa que podamos considerar parecida a una “intención voluntaria e inteligente” sea más probable que alguno de los posiblemente infinitos tipos de otras causas que no se nos han ocurrido?

    Obviamente no. Pero creer en un Dios del que tenemos semejanza con él ( en ese sentido se le da sentido de tener intencionalidad y voluntad, siempre dentro de un sentido icónico en referencia a nuestra perspectiva humana, quede claro), digo pues, que la afirmación de la primera pregunta no hace más probable la afirmación de la segunda.
    Pero los que creemos en lo segundo, no lo hacemos en base a una “razón” de esas que usted exige, sino al modo existencial como sentimos realizarnos con sentido en nuestra existencia y experienciación esa posibilidad. Es fe, que es un ámbito íntimo y experencial propio de cada cual sin valor alguno de “razón objetiva”, que es lo que creo que usted exige. Es algo cuyo sentido se acrecenta, se abandona, se tiene en diversidad de grados en cuenta o se es indiferente… pero que siempre es visto como un modo icónico de dar sentido a la existencia en base a la confianza y la experienciación de lo que aporta esa confianza: en la existencia de un Dios personal.

    un saludo

  11. Santiago, nadie está hablando de demostrar la existencia de Dios, de hecho llamaba la atención sobre que muchos parecéis condicionar la vida más allá de la muerte precisamente con esa existencia, cuando estamos observando el hecho de que ahora vivimos, (en vuestra opinión) sin la necesidad de la existencia de Dios. Dices que la materia que sustenta nuestra vida ahora será polvo en el futuro, pero de la misma manera fue polvo de estrellas que diría Sagan antes de tu existencia, y sin embargo esa materia, acabó convirtiéndose en tu consciencia. Tal vez alguien que observara el Universo antes de la existencia de ningún ser vivo (hagamos el experimento mental) y desconociera los procesos que finalmente llevaron a la aparición de la vida diría lo mismo que vosotros: que tú jamás existirías, pero sin embargo en un punto de la existencia del Universo tu consciencia fue creada. ¿Se puede descartar por completo que esa materia que quedará de ti en un futuro no volvera a crear consciencia? Si no sabemos siquiera en lo que consiste esa consciencia y mucho menos como funciona por completo el Universo que la soporta, yo no digo que quede demostrado nada, digo que no se puede descartar tajantemente una posibilidad.

    No me tienes que recordar que la carga de la prueba está sobre el que afirma algo, o el que intenta demostrar la existencia de algo, pero tanto el autor como tú afirmáis también varias cosas sin sustentarlas en nada. Seguramente te verías en un aprieto si tuvieras que demostrarme que eres consciente (ya hemos hablado mucho de esto por aquí, en referencia a la IA, por ejemplo) ya que las experiencias subjetivas son difícilmente demostrables (como ese dolor de muelas, del que hablabas hace un tiempo, tu experiencia subjetiva de dolor). Tampoco digo que como no sabemos el propósito del Universo este debe tenerlo, digo que no se puede descartar que no lo tenga. Es más, tal vez ni siquiera nos interese si lo tiene o lo deja de tener, tal vez lo que nos interesa realmente es si el Universo evoluciona hacia algo, como se va a comportar, y si ese comportamiento y evolución siguen un patrón, y como nos afecta eso a nosotros como seres conscientes.

    Sin embargo, lo que menos me convence de tu explicación sigue siendo el que te niegas a ver que la evolución tiene un «patrón», llamémosle así si no le quieres llamar propósito, sentido o cualquier otra cosa, porque eso no es más que una cuestión semantica. Dices que la evolución crea seres más complejos como efecto colateral de la lucha por la supervivencia. ¿Pero acaso la evolución no es esencialmente eso, lucha por la supervivencia? Pero incluso dejando eso al margen…dices que la evolución crea a veces seres más simples en vez de más complejos. Pero sigue respondiendo al criterio de hacerlos más adaptados al medio, que sean más simples o mas complejos puede ser relativamente irrelevante, pero aún así…que la evolución conserve los seres más simples no quiere decir que la tendencia que se observa no sea hacia la complejidad. Dices que durante mucho tiempo solo existieron bacterias, pero eso solo indica que la evolución puede ser más lenta o más rápida, o que puede llegar a estancarse durante un tiempo. También surgiría la pregunta de que por qué la evolución ensayó en su momento seres más complejos, si ya las bacterias eran todo un exito evolutivo.

    Análogamente, observamos lo mismo en el Universo. Comenzó siendo algo muy simple, una sopa de partículas elementales que fueron generando progresivamente patrones más complejos (átomos, moléculas, estrellas, galaxias, planetas, seres vivos). Y no se puede argumentar que esto es colateral de algo, podrías decirme que el átomo de Helio tiene tanto éxito o utilidad dentro del Unvierso como un planeta o una persona, pero eso sería no ver que el Universo «evoluciona» hacia algo, que tiende hacia algo. Que el Universo conserve al átomo de Helio, a la vez que al ser humano no quiere decir que los dos tengan el mismo propósito o «función», solamente que hay que pasar por una cosa para llegar a la otra.

    Un saludo.

  12. Samu, no te engañes. Puesto que no podemos descartar que haya infinitos TIPOS de causas (y eso bajo el supuesto de que el universo necesita una causa), de ahí se sigue que la probabilidad de CADA TIPO de causa es uno dividido por infinito, o sea, cero. Es decir, que cada persona que PROPONGA un tipo determinado de causa está proponiendo una conjetura cuya probabilidad a priori es cero. En eso tienes razón: TODOS los posibles tipos de causa del universo (CADA UNO de ellos) son igual de (infinitesimalmente) improbables, así que lo único racional es NO ACEPTAR ninguna de ellas. En lo que no tienes razón es hacer el corte en «causas racionales vs causas irracionales»: lo que llamas «causas racionales» son sólo UN tipo de causas (aquellas producidas por algo que se pueda legítimamente describir como voluntad e inteligencia), y frente a eso hay POSIBLEMENTE OTROS INFINITOS TIPOS de causas.
    Es un error parecido al de la vieja (y errónea) clasificación de los animales en «vertebrados» e «invertebrados»: los invertebrados no son UN tipo de animales, sino MUCHOS, mucho más distintos entre sí que lo que se diferencian entre sí los vertebrados (o los cordados, para más exactitud). Del mismo modo, las «causas irracionales» no son UN tipo de causas, sino un cajón de sastre en el que se incluyen MUCHÍSIMOS TIPOS, que no tienen NADA en común (más que lo que tienen en común con las causas racionales: el ser causas). Cada tipo debe ser definido por una característica que posean todos los miembros del tipo y de la que carezcan los miembros de otros tipos, y no puede definirse, por tanto, por la CARENCIA de una característica (como la «racionalidad»).

  13. Enric
    Sobre tus tesis del «misterio» y del «sentido» creo que ya hemos discutido bastante y no hay nada que pueda añadir a los numerosos argumentos en los que te explicaba por qué me parece mera palabrería cuyo único valor es ayudar a dar cierta tranquilidad mental a los que tienen la suerte de que ese placebo intelectual les haga efecto.
    Un saludo

  14. Samu dice:

    Jesús:

    Voy a ver si me aclaro con tu postura porque este tema es denso (y en mi opinión bastante interesante):

    «Es decir, que cada persona que PROPONGA un tipo determinado de causa está proponiendo una conjetura cuya probabilidad a priori es cero.» «TODOS los posibles tipos de causa del universo (CADA UNO de ellos) son igual de (infinitesimalmente) improbables, así que lo único racional es NO ACEPTAR ninguna de ellas. »

    Concuerdo contigo en esto totalmente. Tan válida es la postura cristiana, como la postura que venga mi vecino del quinto a contarme. No es racional tomar una postura por ninguna opción concreta imaginable, dando por supuesto que hay una causa.

    Sin embargo, no sé si llego a entender el resto de tu comentario:

    Comprendo que las posibles causas irracionales trascendentes conformen un cajón de sastre más heterogéneo que el tipo de causas racionales, pero aún así, es un cajón con infinitos elementos, ¿no? Por lo tanto, aplica el mismo argumento que hemos acordado antes: dando por supuesto que el Universo tiene una causa trascendente no racional, cada persona que PROPONGA una alternativa irracional concreta como causa del Universo tendrá, a priori, para su conjetura dentro del cajón de sastre una probabilidad infinitesimal que tiende a cero. ¿Estás de acuerdo en esto?

    Si estás de acuerdo (que no lo sé), ¿cuál es entonces la diferencia probailística, por ejemplo, entre el Dios cristiano, la propuesta de Matrix, la hipótesis del multiverso, o la Voluntad irracional de Schopenhauer? ¿Crees posible sesgar la probabilidad de entre estas cuatro alternativas para las que no hay de momento datos o información empírica alguna (no es infinitesimalmente pequeña la probabilidad de todas ellas)?

    Un saludo.

  15. Yack dice:

    Para mí este tema admite dos niveles de análisis:

    La ciencia debe partir de la suposición de que no hay ninguna explicación mística ni alternativa de la realidad, porque si así lo hiciera, perdería su punto de apoyo. ¿Por qué el universo se expande? Pues porque Dios ha decidido que se expanda. Y ahí se acabó la ciencia.

    Desde el punto de vista filosófico (quiero decir no-científico) podemos admitir otras opciones sin entrar en contradicción con la ciencia, que funcionaría a un nivel puramente práctico, para la construcción de modelos útiles de la realidad.

    Por ejemplo, hasta donde sabemos, nuestros pensamientos, creencias, memoria y experiencia en este instante, a efectos de consulta adoptan una determinada configuración estática, dado el corto intervalo de tiempo que dura el presente.

    Nuestra conciencia solo tiene acceso a un instante infinitesimal de tiempo y simplemente debe aceptar esa configuración, tal cual, en la que está todo contenido.

    Que existió un pasado, que existirá un futuro, que existen unas leyes que gobiernan la transición entre el presente y el futuro, que fuera de nuestro cráneo existe un universo poblado de estrellas, solo son creencias indemostrables codificadas en las estructuras sinápticas, suponiendo que existieran esas estructuras sinápticas y no fueran también una creencia falsa.

    Así que aquí se pueden hacer todo tipo de conjeturas sin que se pueda demostrar ninguna de ellas, porque todas se basan, necesariamente, en la configuración actual de nuestra mente, cuyo origen y evolución, también forma parte de las creencias indemostrables y preexistentes.

    Así que en saliéndonos de la ciencia, todo es especulación indemostrable, aunque también es cierto que existen diversos niveles especulativos. Podemos suponer que el tiempo existe, que las leyes de la física son reales y se cumplen, que existen otros seres como nosotros al otro lado de la pantalla, etc. etc.

    Es decir, dependiendo del conjunto de axiomas que consideres válidos, podrás especular sobre uno u otro aspecto de la realidad, afirmar o negar la verosimilitud de ciertas hipótesis, pero nunca podrás cuestionar los axiomas que te sirven de base.

    Y la hipótesis de que esa configuración actual de nuestra mente ha sido producto del azar, la evolución, o de una voluntad preexistente, son igualmente indemostrables.

    Tan indemostrables como si un comecocos intentase reponderse a la pregunta de si el laberinto por el que se mueve eternamente es producto del azar o de la voluntad de una mente organizada.

    Saludos.

  16. Antonio:

    1. Con respecto a demostrar que existe consciencia. Vamos a ver, una cosa es, como bien has leído ya en este blog muchas veces, que tengamos enormes dificultades para crear una máquina artificial dotada de consciencia porque todavía no tenemos ni pajolera idea de cómo funciona el cerebro, y otra que no podamos demostrar que hay consciencia. ¡Claro que sabemos que hay consciencia! De hecho es una de las cosas que uno sabe con más seguridad. Descartes situaba la consciencia como la primera (y casi la única) gran certeza que tenemos. Tú sabes con mucha seguridad que eres consciente.

    2. Constantemente te basas en el argumento de que cómo no conocemos bien la realidad, no podemos descartar categóricamente nada. Efectivamente, como posibilidad, cabe que Dios exista, que seamos inmortales y que Jesús resucitara al tercer día. Pero, vuelvo a repetirte que pensar así es hacerlo de modo falaz o, epistemológicamente, poco saludable. Para sostener una creencia no basta con decir que no es imposible, hacen falta razones.

    3. El argumento que mantengo para mostrar la inmortalidad del alma es que no hay nada en nuestra mente que implique o, como mínimo que sea un indicio, de una continuidad post-morten. Demostradas las estrechas relaciones entre cerebro y mente y comprobado experimentalmente, que el deterioro de zonas cerebrales deteriora igualmente las funciones mentales, ¿qué razón hay para pensar que, cuando hay deterioro o destrucción del cerebro, la función mental continúe? Es algo tan absurdo como pensar que después de que llevamos nuestro viejo coche al desguace, la velocidad, la función de su motor, continua en otra vida.

    4. Con respecto a el supuesto patrón que sigue la evolución de las especies. Yo no soy infalible como el Papa de Roma, y lo que digo es una determinada interpretación de una serie de hechos. Pero creo que es la más acertada dado lo que sabemos. La regla primordial de la evolución es que tiende a generar organismos mejor adaptados dado un ecosistema concreto. Esto no implica necesariamente crear organismos más perfectos, mejores, más fuertes, más listos ni más complejos y, ni mucho menos, que exista un plan global intencional en la evolución. De hecho, los organismos que más tiempo llevan en la tierra y que mejor han prosperado son los microorganismos y los insectos. No son nada inteligentes pero tienen unas estrategias evolutivas tremendamente eficaces dado los ecosistemas donde proliferan.

    5. Pensar que la evolución es un camino especialmente pensado para que llegara el hombre es un mito antropocéntrico inaceptable dado lo que sabemos de la evolución. Te pongo un ejemplo: en el Este de África está la enorme falla del Rift, que comenzó a crearse hace unos treinta millones de años. Cuando surgió, dividió a los primates que allí vivían en dos grupos, unos al este y otros al oeste. La gran falla impidió que las lluvias llegarán al este por lo que, en esa zona, el ecosistema pasó de selva a sabana. El nuevo ecosistema permitió que los primates del este evolucionaran hacia nosotros, mientras que los monos del oeste siguieron siendo monos. Pues bien, si no hubiese habido un movimiento tectónico que creara esa gran falla que propició el cambio en el clima, tú y yo no estaríamos aquí hablando, sino que quizá estaríamos saltando de rama en rama ¿Propició Dios ese movimiento de placas? ¿Formaba parte de un plan intencional? Creo que es más racional pensar que no.

  17. Santiago, me vuelves a hablar de Dios y de planes intencionales, cuando yo no estoy hablando de eso en ningún momento, es más, como verás, en todo momento he estado intentando excluir en este caso a Dios de la discusión. Aquí la pregunta, para que lo entiendas claramente sería: ¿hay algo en la leyes fundamentales del Universo que haga inevitable la aparición de organizaciones de la materia cada vez más complejas e incluso la aparición de la conciencia, o incluso de fenómenos de procesamiento de la información más sofisticados que ni siquiera conocemos?

    Yo lo único que digo, es que me parece obvio que desde sus inicios, o al menos con las teorías actuales en la mano, el Universo ha aumentado su complejidad de una manera bastante evidente, como decía antes: desde la aparición de partículas fundamentales a la de las moléculas, estrellas, galaxias, planetas, materia viva…

    Y la evolución parece llevar un camino paralelo. Dices, como efectivamente es cierto, que la aparición de los primates y de los seres humanos se debió a unas condiciones ambientales muy concretas. Esto es así, desde luego, pero el Universo es tan inmensamente grande y dispone de tanto tiempo, que aunque algo sea altamente improbable, acabará dándose si las leyes de la física lo hacen posible. Y lo que interesa es que se dé o que no se dé, no el tiempo que tarde en darse. También podría considerarse que las condiciones que propiciaron la aparición de la vida en la tierra también eran improbables, y sin embargo se dieron. Y una vez que se dieron, la vida se expandió por toda la tierra a una velocidad considerable.

    Y bueno, también hay teorías que predicen que una vez que la vida prende en un planeta, es probable que su extensión por el Universo sea posible. Supongo que te suenan las cápsulas de Von Neumann, ¿no?

    Un saludo.

  18. Antonio:

    Te cito textualmente:

    «Bueno, desde luego Myers presupone un buen montón de cosas, sin ningún fundamento, entre ellas, como apuntaban más arriba, que el Universo funcione sin ningún propósito. Es como los que no quieren ver ningún propósito en la Evolución…¿pero la Evolución no crea seres cada vez más adaptados al medio? ¿No es eso un propósito en si mismo? Que sobre el propósito del Universo no sepamos nada, o poco, según se mire, no quiere decir que no exista. Un mono será incapaz de imaginar el propósito de un ordenador, pero eso no quiere decir que el ordenador carezca de propósito. Por la tendencia que vemos en el Universo que observamos, parece que el Universo tiende a crear materia cada vez más compleja y autoconsciente, que es capaz cada vez de procesar la información de una manera más sofisticada. ¿No se acerca esto a una especie de propósito? No se puede afirmar categoricamente que ese sea el propósito del Universo, pero me parece cuanto menos aventurado el afirmar tajantemente que no tiene propósito ninguno.»

    ¿Es esto no hablar de propósitos o planes intencionales del universo? También me hablabas de que no se podía negar tajantemente la continuidad del alma. Creo que te he respondido con argumentos.

    Ahora preguntas:

    «¿hay algo en la leyes fundamentales del Universo que haga inevitable la aparición de organizaciones de la materia cada vez más complejas e incluso la aparición de la conciencia, o incluso de fenómenos de procesamiento de la información más sofisticados que ni siquiera conocemos?»

    La respuesta es que no lo sabemos. Lo único que sabemos es que no hay nada que lo haga imposible, pero de aquí a inevitable hay un trecho. Hace tiempo publiqué una entrada hablando sobre autores que defendían que la aparición del hombre era inevitable. Después publiqué otra con las posturas de autores que defendían lo contrario. Mi postura al respecto va más con los segundos. Creo que vivimos en un universo regido por unas leyes muy concretas que posibilitan e imposibilitan muchos sucesos, pero que dan mucho margen de acción a la existencia de muchas cosas. En un margen de tiempo muy largo y con un universo tan grande como el que conocemos, es muy probable (no sé si inevitable, pero sí muy probable) que existan formas de vida en otros planetas. Lo que sí me parece más improbable es la aparición de vida inteligente y desarrollo de ciencia y tecnología tal y como la conocemos.

    No obstante, fuera o no estadísticamente inevitable la aparición del hombre ¿nos dice eso que el universo se hizo con el propósito de que apareciera el hombre o la inteligencia artificial? Supongamos que yo tengo un campo de golf muy grande, de miles de kilómetros cuadrados. En un punto cualquiera pinto una x roja de unos centímetros. Si me paso toda la eternidad lanzando bolas con mi magnífico swing, inevitablemente alguna bola caerá en la x roja. ¿Eso quiere decir que el campo de golf se hizo con el propósito de que una bola cayera sobre la x roja? Que algo no sea estadísticamente imposible o, incluso, que sea inevitable, no quiere decir que sea el propósito de nada.

    También es posible que nosotros expandamos la vida por otros planetas (está la famosa teoría de la panspermia). Pero eso de nuevo, no nos dice nada acerca del propósito del universo. Solo nos dice algo de los propósitos de la especie humana. Y también creo, al parecer igual que tú, que la evolución, si le seguimos dando tiempo, podrá generar cosas increíbles, quizá mucho más sofisticadas que la actual inteligencia humana, pero de nuevo, sin proponérselo ni planificarlo de antemano de ninguna manera.

  19. giordano bruno dice:

    Interesantisimo el blog y este tema, muy bien expuesto

  20. anonimouse dice:

    Parece que Myers hubiera leído a Stephen Hawking.(The Grand Design).

Deja un comentario