El salto que es el hombre

Publicado: 9 May 2009 en Antropología, Ciencia y religión, Evolución
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Hay ciertas discontinuidades en la historia evolutiva de los seres vivos que son difíciles de comprender. El darwinismo pretende explicar todo a partir de pequeñas variaciones graduales que poco a poco van dando lugar a nuevas especies. Esto no se corresponde, en ocasiones, con el registro fósil. Uno de los grandes misterios de la evolución es el paso de la célula procariota a la eucariota. A pesar de que, contemplando las dos imágenes de abajo, intuitivamente no vemos que ambas células sean aparentemente tan distintas, analizándolas pormenorizadamante sabemos que las diferencias entre ambas son abismales (si las dos imágenes estuvieran a escala, la célula eucariota puede llegar a ser cien veces más grande que la procariota). Comprobando el ADN de ambas, las diferencias son muchísimo mayores que las que existen entre un ratón y un ser humano. No sólo es que la eucariota tiene núcleo, sino que tiene microtúbulos, flagelos compuestos, aparato de Golgi, lisosomas, mitocondrias o cloroplastos que la procariota no tiene, sus sistemas de reproducción son diferentes (mitosis y meiosis sólo en eucariotas),  el ADN eurcariota es más largo y completo, etc., etc., y, en fin, los demás seres vivos estamos compuestos por agrupaciones de células eucariotas, no de procariotas.

La diferencia entre la célula eucariota y la procariota constituye un salto evolutivo

Así, los científicos se devanan los sesos para encontrar una explicación a tal evento. Sin embargo, no ha llegado todavía nadie hablando de la necesidad de la intervención divina. Mientras que entre un habilis o un neanderthal y un sapiens la discontinuidad evolutiva es mucho menor, aquí Dios tuvo que intervenir para dotar al sapiens de algo que no tenían sus ancestros. ¿Por qué Dios interviene en unos saltos evolutivos sí y en otros no, cuando el de los eucariotas es mucho más difícil de explicar que el del sapiens? Se objetará, no, los hombres hacen cosas como la Capilla Sixtina, algo que ningún otro ser vivo ha soñado jamás, por lo que existe un salto cualitativo, una cosa radicalmente distinta que no es explicable mediante la evolución. Y yo volveré a decir: lo que hace una célula eucariota con respecto a una procariota es algo que la segunda no hubiera podido imaginar jamás (si es que una procariota pudiera imaginar algo), por lo que si hablamos de salto cualitativo, es más legítimo decirlo aquí que entre un sapiens y un habilis. O, si nos gusta muchísimo hablar de estas discontinuidades o saltos cualitativos, además del que pueda representar el ser humano, habría que hablar de muchos otros (la explosión cámbrica por decir otro) de modo igualmente legítimo. Si nos gusta hablar de intervenciones divinas, habría que hablar de muchas… ¡Ay! ¿Otro nuevo creacionismo catastrofista a lo Cuvier?

comentarios
  1. Manuel dice:

    Hola Santiago. Algunos comentarios a tu interesante artículo. En primer lugar decir que hay dos términos diferentes. Uno es evolución, aquel que habla de variaciones de los seres vivos a lo largo del tiempo. Sobre eso no hay dudas. Lo segundo es la teoría de evolución, el conjunto de ideas que intentar explicar los mecanismos por los que la evolución opera. El darwinismo (como parte de la teoría sintética) es una parte de ella, pero no la única. Existe otras como la simbiogénesis, el equilibrio puntuado, etc.

    La hipótesis más aceptada para el origen de la célula eucariota es la simbiogénesis. Ésta no está demostrada, pero al menos cuenta con toda una serie de evidencias experimentales. Aquí muestro una de ellas: http://oldearth.wordpress.com/2009/05/06/como-pasar-de-procariota-a-eucariota/

    Algunos lo consideran poco, pero Paley tenía aún menos evidencias para convertir la creación en una hipótesis científica.

    Un saludo

  2. Hola Manuel.

    Sí, ya conozco la teoría de Margulis (de hecho, pronto quiero dedicarle un post). Lo que he querido decir es que, a pesar de ella, el paso de los procariotas a los eucariotas es de los eventos biológicos más difíciles de explicar precisamente por constituir un salto muy brusco. El gradualismo de pequeñas variaciones propias del darwinismo no puede explicar esto (y todo evento evolutivo que suponga una gran ruptura).

    Con esto, por supuesto, no estoy negando la evolución (la cual para mí y para toda persona cuerda es algo de lo que no cabe duda), sólo afirmo que quizá sólo apelando a la selección natural como motor causal de la evolución, no todo cuadra bien. Por eso, efectivamente, hay diversas teorías alternativas como la de Margulis, Kimura o, incluso, cierto neolamarckismo que atribuyen a Jay Gould a partir de su última obra.

    Uno de los problemas de la teoría de Margulis es el del origen del cronocito del que hablamos hace unos pocos días…

    El cronocito o el «organismo de Dios»

    Un saludo.

  3. Manuel dice:

    Si, es cierto con el darwinismo entendido como pequeña variación génica + selección natural es muy difícil explicar cambios de gran calibre en los organismos. De todas formas incluso en casos de enormes variaciones la selección natural puede ser importante. Me explico. La variabilidad génica puede ser no sólo una pequeña mutación sino fusiones cromosómicas, variaciones en el patrón de la expresión génica (por metilaciones) o reguladores que cambian su patrón de regulación. Estos ejemplos se conoce que se han dado en el pasado. Tras esa variación génica puede haber deriva génica u otro mecanismo, pero incluso en esos casos el tamiz de la selección natural puede funcionar determinación el genotipo que mejor se adapta al medio. No me considero un neodarwinista ya que Darwin, al no tener conocimientos de biología molecular, se dejó muchos mecanismos importantes de evolución. Pero aún y así, pienso que la selección natural juega un importante papel en la evolución.

    Un saludo

  4. Totalmente de acuerdo contigo. Yo también creo que la selección natural es la principal causa de la variabilidad. Incluso pienso que la simbiosis de Margulis no es contradictoria al darwinismo, como ella misma afirma, sino que es complementaria. Unas células pueden fagocitar a otras, pero la selección natural es la que elegirá las fagocitaciones más aptas.

    En lo único que discrepo con Darwin es con el ritmo gradualista de la evolución. Creo que muchas veces es así, pero no siempre. Como ya hemos visto, hay saltos, aceleraciones o deceleraciones. Y en el mundo de los genes, viendo genes que determinan la acción de muchos otros o que dominan varias características, hay veces que un pequeño cambio en el genotipo, produce uno enorme en el fenotipo, lo cual siempre es un salto.

    La teoría del equilibrio puntuado no me convence. Creo que explica algunos casos, pero no todos.

    Quitando esto, sigo pensando que el neodarwinismo es la mejor teoría para explicar la evolución.

  5. Cuando uno no conoce la biología piensa que el gran salto es el que va del instinto a la inteligencia. Cuando se conoce la biología, uno se sorprende de que esto no sea así y de que el paso de las procariotas a eucariotas sea mucho más complejo. Sospecho que esto tardará en llegar a los libros de texo y que seguiremos oyendo a Manueles de Prada, evangelistas y otras gentes acientíficas opinar al margen de los hechos.

    La selección natural opera siempre, lo que puede cambiar es el mecanismo de variación genética. ¿Me equivoco?

    Entiendo que todas las hipótesis acerca de la velocidad de los cambios son gradualistas, en el sentido de que cada paso mejora (en el sentido adaptacionista) sobre el anterior. Sólo que unas hipótesis hablan de una velocidad más o menos constante y otras de tiempos con velocidad pequeña alternando con aceleraciones. ¿Es así?

    (Mis preguntas son sinceras, no se entienda otra cosa)

  6. Hola José Luis.

    Me temo, por lo que he leído, que las cosas no son tan sencillas. Margulis propone su simbiogénesis como mecanismo evolutivo alternativo a la selección natural, como fuente más importante de variación. La «fuerza» que generó la célula eucariota fue la suma constructiva de funciones completas (bacterias completas fagocitadas), no el cambio gradual de pequeñas variaciones que se heredan. Margulis no acepta el neodarwinismo y propone centrar la atención no tanto en los genes sino en los organismos, no tanto en el núcleo celular como en sus alrededores (en los que también hay ADN. Véase el famoso ADN mitocondrial).

    No obstante, gran parte de su teoría (que afirma que la simbiogénesis no sólo explica el paso a la eucariota, sino gran parte de la historia natural) aún carece de pruebas experimentales. Yo tengo aquí el famoso Curtis y Barnes, manual de biología universitario, y sí que citan a Margulis pero sólo para explicar este paso crucial.

    Sí, nadie, que yo sepa, ha negado la selección natural como horizonte último (ni Margulis. Ella sólo le quita importancia), pero sí que se discute si actúa a nivel de individuos, genes (Dawkins), especies, poblaciones, ecosistemas… Hoy en día se habla mucho de epigenética, que es que hay factores no genéticos que intervienen en la ontogenia, como la metilación de la que hablaba Manuel (vuelve un poquito de Lamarck). También está lo de la transferencia genética horizontal (bacterias que «enchufan» trozos de su ADN a otras que no son sus descendientes). En este sentido sí que el neodarwinismo ha de matizarse. No obstante, en su dogma central, la selección natural (en el sentido de que sobreviven los más aptos sea como sea que han llegado a serlo) y la no teleología u ortogénsis, siguen en píe.

    Con respecto a tu pregunta sobre la velocidad de la evolución, lo que pasa es que los fósiles nos indican grandes temporadas de tiempo en las que las especies permanecían estables, no cambiaban. Pero de repente, en unos pocos millones de años (tiempos evolutivamente cortos), tenemos un montón de especies nuevas y la mayoría de las anteriores extinguidas, que, de nuevo permanecerán mucho tiempo estables (por ejemplo, la era de los dinosaurios). Esto indica que la evolución opera en muchas ocasiones a saltos bruscos y no tan gradualmente como suponía Darwin.

    Hoy en día, según yo lo veo, lo más honesto dado el estado actual de la cuestión, es ser un neodarwinista heterodoxo, aceptar que siempre hay excepciones para todo y que nos queda mucho por saber y, lógicamente, estar abierto a lo que nos dicen los nuevos descubrimientos.

  7. Gracias, Santiago, por la lección. Esto de los blogs es genial, hasta puedes tener tu profesor particular 🙂

  8. Gracias a ti José Luis. Leyendo tu blog sí que se aprende mucho.

    Un saludo.

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