Por qué no voy a ir a la huelga

Publicado: 7 junio 2010 en Ética y moral, Filosofía política
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1. Para que se hunda aún más la credibilidad de los sindicatos. Después de cuatro millones de parados y no manifestarse ni una vez, ahora convocan una huelga para salvar las apariencias, ya que «cantaría mucho» no movilizarse ante un recorte salarial y social como el que ha caído. Viendo que UGT o CC. OO. viven de las subvenciones del gobierno, lo único que se pretende es que esta huelga sea un día de paseo y banderola sin más consecuencias. Espero que si de esta crisis pueda sacarse algo bueno sea la pérdida del prestigio social de los sindicatos y la reflexión sobre la utilidad que realmente tienen. No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza cuando se presentan en nuestros institutos animándonos a la huelga.

2. Como profesor de secundaria creo que a los únicos a los que fastidio con  no asistir a mi jornada laboral es a los alumnos (a los que les niego su derecho a la educación) y a los padres (que tendrán que ingeniárselas para ver qué hacen con los críos). Al trabajar en un instituto público, los padres de mi alumnado serán gente de clase media (muchos funcionarios como yo) que no tienen la culpa de absolutamente nada. Si, al menos, mis alumnos fueran hijos de banqueros…

3. Otra utilidad de esta huelga, condenada al fracaso por sus mismos convocantes, es que el gobierno (contra el que hago la misma huelga) salga beneficiado ya que, aparte de comprobar triunfante el poco seguimiento del evento, se ahorra pagarme el día de sueldo (que además, es más de un día como todos sabemos, pues hay que pagar la seguridad social y demás). Paradójicamente, la huelga contra la rebaja de mi sueldo hace que éste se reduzca aún más, no perjudica más que a los que no tienen la culpa y beneficia al mismo gobierno…

4. La huelga ha sido convocada después de que la medida se aprobara en el Parlamento. Seguramente que cambiar la fecha inicial fue una medida estratégica del gobierno y de los sindicatos (¿por qué la cambiaron?), pero, aunque no lo fuera… ¿Qué sentido tiene manifestarse contra algo que ya ha sido aprobado? Tenemos certeza absoluta de que esta huelga no va a cambiar la medida… ¿Para qué hacerla entonces? Además, llevo un tiempo pensando en que las huelgas, que tenían mucho sentido en el siglo XIX, no lo tienen ahora. ¿Qué sentido tiene una protesta contra un sistema regulada por el propio sistema que, además, viendo sus resultados, no cambia el mismo sistema? Me da la impresión que quienes sean los que dominan este mundo (creo que son una especie de fuerzas impersonales, complejos nudos de intereses económicos) nos dicen algo como «os controlamos tanto que incluso os permitimos que os quejéis, eso sí, ordenadamente». ¿No debería ser una protesta contra el sistema algo que no estuviera regulado por el mismo, algo fuera de él? Además, también tengo la impresión de que todas las huelgas están ya tan politizadas que su finalidad ha quedado reducida exclusivamente a lo político. Francamente, no quiero bailarle el juego al PP ni a nadie.

5. Después de que gran parte del sector privado está en el paro y yo no he hecho nada por ellos cuando su situación es muchísimo más grave que  la rebajada de un pequeño procentaje del sueldo, no me siento con la autoridad moral de salir a la calle. ¿Alguien se creerá que nos movilizamos por el bien de la sociedad y no por nuestro bolsillo cuando hemos estado en silencio todos estos años? Entendería que los empleados del sector privado se sintieran ofendidos por esta huelga. Tristemente, esto consigue enfrentar a los pobres contra los pobres.

6. A pesar de todo, no quiero que mi no asistencia sea considerada como una victoria por parte del gobierno. No quiero que piensen que la poca participación en la huelga es porque estamos de acuerdo con las medidas. Por eso llevo todo este tiempo pensando en otras formas de protesta alternativas que no le hagan el juego ni a los sindicatos ni al gobierno, y esto ha vuelto a hacerme pensar en los pocos instrumentos de participación política que tengo a mi disposición. No me basta, desde luego, con no votar al PSOE en las próximas elecciones (que miedo me da que la gente olvide pronto esto y, viendo la «castaña» de oposición que tenemos, vuelvan a ganar). Así, un instrumento de protesta, entendido como prensa, es este Blog, reforzando además la idea de que Internet es un medio democrático de comunicación y expresión de ideas (quizá sea la futura forma de hacer política viendo que la tradicional está fracasando).

7. Empero, sigo sin estar satisfecho, por lo que animo a mis lectores y contertulios habituales que me propongan ideas de formas de protesta alternativas a la huelga.

comentarios
  1. Adolfo dice:

    Las razones por las que yo no voy a ir a la huelga son semejantes.

    A las tuyas incluyo que la veo como una huelga absolutamente inútil que hubiera sido efectiva hace año y medio, pero no ahora.
    En mi opinión ahora mismo la única huelga que sería útil sería una huelga general indefinida, o al menos de un tiempo suficiente como para que haga caer al gobierno. No creo que hoy en día ningún gobierno europeo sea capaz de aguantar más de una semana de huelga. Pero claro, para que esa huelga sirva para algo es necesario que haya una alternativa al gobierno actual, y una alternativa de verdad y que cambie algo de fondo. No vale la alternancia PPSOE

    saludos,
    Adolfo

  2. José Manuel dice:

    Estimado compañero Santiago, yo sí voy a ir a la huelga mañana, así que te respondo a las razones que has dado aquí:
    1. Yo tampoco confío en los sindicatos, pero es una falacia ad hominem decir que no se protesta ante algo injusto porque quien llama a la protesta es tal o cual. Estamos hartos de decirles a los alumnos que las afirmaciones no son más falsas o verdaderas por quién las dice, sino por su contenido, y esta es una buena ocasión para aplicar la lección. La verdad es la verdad, dígala Agamenón … o los sindicatos. Hay que protestar, salvo si uno considera que no hay nada por lo que protestar.
    2. Todos desarrollamos un trabajo, y todos fastidiamos a alguien al hacer huelga. Eso es inevitable, y en eso consiste la huelga. Es una manera de hacer notar nuestro poder si estamos unidos, y tampoco es un daño tan grave o irreparable. Es un toque de atención, para que vean, en nuestro caso, que un funcionario no es alguien que está todo el día tomando café, sino que nos encargamos de sus hijos.
    3. Efectivamente, nos quitan un buen pico del sueldo, y lo que más cabrea a quienes vamos es que para muchos sea la única razón de no protestar (que no es tu caso, como vemos). Yo, si me vendiera, no sería tan barato. Y no beneficiaría al gobierno si hiciéramos la huelga todos, aunque se ahorraran mucho dinero.
    4. Efectivamente, ya está aprobado. Por eso hay que protestar. Porque este gobierno nunca consulta nada con nadie, y luego a todo el mundo pide “arrimar el hombro”, y “ser solidario”. Razón de más para protestar, creo. Y la huelga es sólo una forma de protesta, que no excluye otras. Si me convocan para otras protestas, igualmente iré. En cuanto a lo de bailarle el juego a alguien… se aplica la misma crítica de falacia ad hominem: si haces algo que crees justo, no debes dejar de hacerlo porque coincides en la protesta con otros que no te gustan.
    5. Yo llevo mucho tiempo queriendo protestar, pero me han convocado ahora. Si cada vez que aumentaba el número de parados en 200.000 personas nos hubieran convocado a algo, yo hubiera ido. Ya es hora de despertar, en lugar de criticarnos entre nosotros.
    6. Tu no asistencia será considerada como solidaridad con ZP, y les dará argumentos a los sindicatos para no hacer una huelga general, mientras que un éxito arrollador de esta huelga haría inevitable la huelga general. Han sido muy listos, y han llamado primero a los menos huelguistas de todos los trabajadores, a los funcionarios. Demostrémosles que no somos paniaguados como ellos. Y protestes como protestes tendrán a tu lado a otros, de los que quizá pienses que les estás “haciendo el juego”. Pero insisto en que hay que pensar en la oportunidad de la protesta, no en quién va uno a encontrarse en el camino.
    7. Y una vez más, enhorabuena por el blog. Creo que es la única vez que discrepo de sus contenidos.

  3. Carlos S. dice:

    Me centro en tu pregunta (¿Alguien se creerá que nos movilizamos por el bien de la sociedad y no por nuestro bolsillo cuando hemos estado en silencio todos estos años?) para apuntar que no hay quien se mueva por algo que no sea su propio interés. Por eso no haz hecho «nada» por los parados, ni ellos (ya que la mayoría ha estado cobrando paro y un porcentaje menor realmente lo ha sufrido en profundidad, psicológicamente incluso. Si la masa no se hallara dividida de hecho (y no sólo de derecho, y no sólo por acción de los propios opresores) no habría opresión posible. Y cuando hay lucha es siempre dentro de unos límites, y por eso también subsiste la opresión (división entre opresores y oprimidos/corrompidos). En fin, la única protesta posible y legítima es la que mueven los propios intereses (que a veces confluyen en un número que hace masivo el movimiento, en más o en menos). La salida a esto, según lo veo, es la inevitabilidad de esas protestas y asimismo la inevitabilidad de un mero recambio como resultado (al menos hasta que nada pueda moverse!).

    Lo interesante de esta «crisis» es que se ponen en evidencia (¿de nuevo? ¿más que otras veces?) las cosas descarnadas, el resquebrajamiento de todos los modelos (que sin embargo se sostienen con palillos, casi como sea…) En fin… época interesante para estudiarlas todas.

    Claro… no te he contestado; pero es que como se deduce de lo que digo: no creo que se pueda dar una recomendación válida para todo el mundo, buena para «la sociedad»…

  4. Adolfo:

    Eso es: yo ME UNIRÍA SIN DUDARLO A UNA HUELGA INDEFINIDA en la que mantuviéramos meses a los críos en sus casas, reventando sus evaluaciones, sus pasadas al curso siguiente, las oposiciones paralizadas… Eso sí sería una protesta con sentido.

    José Manuel:

    Desde aquí quiero dejar claro mi máximo respeto y mi comprensión hacia los huelguistas. Entiendo tus razones y, además, admiro el sacrificio (que aunque pequeño, serlo es) de perder el día de sueldo y de, al menos, hacer algo y no quedarse con los brazos cruzados en la comodidad del reducto tan fortificado como cómodo en que consiste ser funcionario.

    Una cosa que me ha gustado mucho es que cuando en el instituto he discutido con otros profes y algunos diferían de mí, lo han hecho con suma educación. Parece como si todo el mundo aceptara bien el derecho a hacer o a no hacer huelga y respetara cualquier decisión.

    Así, al que realmente hay que criticar es a aquel que no hará absolutamente nada.

    Carlos:

    Es cierto que los empleados del sector privado tampoco se hubieran movido por mí. De hecho los que han conservado su trabajo no se han movido por los parados. Pero esto me es indiferente… Llámame ingenuo, pero yo soy uno de esos «monos de sus ideales» que criticaba Nietzsche. Yo soy de esos que aunque no creen en la realidad ni en la universalidad de los valores morales, tiene unos cuantos a los que intenta ceñirse, aunque a veces y no siempre con éxito.

    Es cierto que las crisis sacan toda la mierda a la luz. Cuando había bonanza nadie se acordaba del derroche y del despilfarro en el que todos hemos vivido con alegría, nadie veía mal a los liberados sindicales ni las subvenciones a casi todo. Es curioso como en los momentos críticos, las miserias salen a flote.

    Espero que no tengas razón (que en eso la tienes) y que esta crisis no sólo sirva para un mero recambio sino para auténticos cambios sistémicos.

  5. Roberto dice:

    Yo, en cuanto pueda, me iré a un pais del primer mundo. Dónde seguiré encadenado y jodido, pero será en otro idioma y espero enterarme menos.
    : /

    Un saludo!

  6. […] otras cosas suscribo plenamente lo indicado en la máquina de von neumann. Los sindicatos en su día tenían sentido (en el s. XIX), pero hoy en día no son más que un […]

  7. Ana dice:

    El grupo de profesores de secundaria es uno de los menos solidarios que conozco; un grupo desintegrado y sin una conciencia de clase exacta, en parte, porque muchos que ejercen dentro de la educación pública consideran ese trabajo como mero trámite de subsistencia ya que ellos habían sido llamados a labores mucho más doctas pero se quedaron por el camino enseñando a chavales adolescentes.
    Con un colectivo así es imposible llegar a un acuerdo unánime y se entiende perfectamente el respeto con que escuchaban tus razones para no ir a la huelga, no era porque sean muy educados simplemente, sino porque todavía no se han dado cuenta de que esto va con ellos, a pesar de que el poder adquisitivo de un profesor de secundaria haya descendido en un 40% en las últimas décadas. Así que sí, cada cual tiene lo que se merece, entre otras cosas la pérdida de consideración, de autoridad y de prestigio.

  8. Ana:

    Ese 40% (datos del CSI-CSIF) no sólo ha afectado a los profesores de secundaria. ¿O es que crees que los demás sectores son hoy más ricos que hace unas décadas? Y esos demás colectivos «más generosos» no se han manifestado mucho… que yo sepa ninguna vez a lo largo de esta crisis.

    Son muchas las razones por las que el colectivo de profesores ha perdido prestigio, pero no creo que una de ellas sea el no acudir a pseudohuelgas.

  9. Ana dice:

    Cada cual que haga lo que su conciencia le dicte pero argumentar que no se va a la huelga porque la han convocado los sindicatos me parece una medida errónea, ya que actualmente son los únicos que tienen esa capacidad.

    Que evidentemente todas las huelgas están politizadas en eso te doy toda la razón, pero intentar buscar una vía alternativa de protesta hoy por hoy es impensable por muchos post que escribas denunciándolo y muchos comentarios que te puedan dejar en ellos. El sistema está organizado como está organizado y tú como funcionario sabes muy bien de ello.

    Por último, es protestable todo, esté no esté aprobado,¡ hasta ahí podíamos llegar¡, pensar que porque ya hayan aprobado la medida los demás nos tengamos que quedar con los brazos cruzados es intolerable. Y los que hemos hecho huelga, aunque vayamos a recibir una pequeña pérdida en nuestro sueldo es mejor que esperar a que los demás nos lo den todo servido.

    Un saludo.

  10. Carlos S dice:

    No seré yo el que critique a nadie por evitar el dolor mediante un subterfugio: es lo que hace (hacemos) el ser humano sin alernativas (como dijo Nietzsche, por cierto). Pero, o se intenta comprender qué lleva a qué… o se pierde todo derecho a otra cosa que el relativismo.
    Un saludo y gracias.

  11. Francisca dice:

    Saludos a todos.

    En primer lugar, me gustaría felicitarte por este espacio de reflexión que has creado. Hace tiempo que sigo este blog aunque hasta hoy no había decidido participar activamente.
    Ha propósito de esta entrada parece claro que las razones para hacer o no hacer huelga están claras, y ambas tienen argumentos convincentes. Yo he decidido hacer huelga porque creo que es necesario manifestar públicamente nuestro descontento, más allá de sindicatos, pancartas políticas o un día de sueldo.
    La sensación que yo tengo es que el colectivo de profesores no somos capaces de dar forma a una rebelión, contra la que al final triunfa la rutina, y el ¿para qué?. Somos un colectivo pasivo y sí, Ana, tenemos lo que nos merecemos.

    Un saludo.

  12. Ana:

    Si analizas las razones de modo aislado, ninguna por sí sola es suficiente para no ir a la huelga. Sin embargo, todas en conjunto ya sí me lo parecen.

    Pero resumiendo, la principal razón es que la huelga es una farsa, realmente no se está protestando contra nada ni contra nadie. No se está haciendo nada que tenga ni la más mínima utilidad ni repercusión (¿por qué no han convocado una huelga indefinida?). No asistir a la huelga es también una forma de protestar contra el sistema mismo de huelgas y sus convocantes (si ellos son los únicos que pueden convocar huelgas… ¿cómo protesto contra ellos mismos?). Pero eso no quiere decir que uno se quede con los brazos cruzados, ni mucho menos.

    Y porque el sistema esté montado como esté montando eso no quiere decir que yo tenga que aceptar las reglas del juego. Que el sistema sólo me deje la huelga como medio de protesta no quiere decir que tenga que tragármelo. Creo que es un buen momento para reflexionar sobre eso.

    La humilde medida de protestar en el blog creo que tiene más alcance que asistir a la huelga, dónde sería un grano de arena más en ese 11% del que habla el gobierno o del 75 de los sindicatos… ¡Si es que si al menos en las cifras digeran algo de verdad de tal modo que mi asistencia se contabilizara! En mi blog, por lo menos, tengo el número de lecturas de la entrada y puedo medir realmente la incidencia de mis protestas 🙂

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